Novedades
7 consejos para gestionar con éxito una clase conflictiva
14 Julio, 2019
Los cambios experimentados por la sociedad en general, se han visto directamente reflejados en las salas de clases. Estudiantes con fuertes cambios de humor, con acceso ilimitado a una desbordante cantidad de información, nativos digitales, la mayoría de ellos con opinión, otros tantos con serias dificultades para reconocer y respetar a la autoridad.
En este contexto, sumado a la diversidad de todo tipo a la que se debe atender, no es extraño encontrar grupos cursos en los que los estudiantes se potencian y generan un clima conflictivo +, ya sea entre ellos, con el docente o con la asignatura. Esto implica que el profesor se encuentra con una enorme barrera que derribar para poder cumplir su objetivo, el cual es que sus estudiantes aprendan.
Si los estudiantes no se comprometen con su aprendizaje, si no comprenden su relevancia y su utilidad práctica en la vida cotidiana, y más aún, si el clima de aula no provee las condiciones mínimas de armonía y motivación, es bastante improbable que logren algún tipo de aprendizaje. Entendiendo esto y contando con la férrea convicción de que se puede dar vuelta la situación, los docentes se encuentran con el obstáculo de las "herramientas" que le permitan abordar de la mejor manera posible a un grupo complejo. Ese es el propósito del artículo que compartimos, entregar algunos consejos prácticos que pueden llevar al aula y así enriquecer sus estrategias pedagógicas.
7 Consejos para gestionar con éxito una clase conflictiva
Clase conflictiva. Este artículo es uno de esos artículos que nacen de lo que podría llamarse la biografía de la experiencia. Pero, ¿qué es la biografía de la experiencia? En el caso del autor, son más de 15 cursos académicos y más de siete mil horas de docencia directa en las aulas con alumnos. Más de siete mil horas en las que ha tenido la suerte de ir adquiriendo sencillos pero efectivos recursos que luego ha utilizado en grupos muy disruptivos, poco cohesionados o con una conflictividad conductual manifiesta. ¿Quieres saber qué recursos son los que le funcionan en una clase conflictiva? ¿Quieres conocer qué estrategias le han ayudado a gestionar con éxito la conflictividad de determinados grupos? Si tú también eres de los que has tenido o tienes alguna clase conflictiva, esperamos que este artículo te sirva de ayuda. Acerca de la expresión ‘clase conflictiva‘. Antes de continuar con el artículo, es importante matizar la expresión ‘clase conflictiva’. Hay que partir del hecho de que la conflictividad en el aula puede verse no como un problema, sino como una oportunidad. Esto permite cambiar la perspectiva que se tiene de esa clase conflictiva, por lo que cambia la forma de gestionar la clase. Las estrategias que aquí se proponen no son infalibles. Pero pueden ser un punto de partida para algunos docentes que en este preciso instante se están enfrentando a una clase conflictiva. 7 Estrategias para lidiar con una clase conflictiva. 1. Puntualidad. ¿Por qué suelo llegar siempre unos minutos más tarde a una clase conflictiva? Esta es una pregunta que debemos hacernos para reflexionar sobre el hecho de que en grupos conflictivos muchos docentes demoran al máximo para entrar. Si nos detenemos a observar esta actitud, nos daremos cuenta de que cuanto más tardamos en entrar en una clase conflictiva, más disruptivo encontraran al grupo. Por tanto, ¿qué te aporta ser puntual? Ente otras cosas la puntualidad te beneficia porque:- Ganas en autoconfianza y en seguridad.
- Preparas con más tiempo todo el material que necesitarás para llevar a cabo la sesión lectiva.
- Puedes dirigirte a determinados alumnos mientras el grupo se dispone a iniciar la sesión lectiva para interesarte por ellos.
- Puedes atender algunas peticiones que te hagan algunos alumnos antes de empezar tu sesión lectiva.
- Hablar y hacerlo en movimiento con lentas rotaciones. Los alumnos que te siguen con la mirada suelen dejar de hablar con mayor frecuencia.
- Aproximarte a los alumnos más disruptivos y hablar justo a su lado pero no a ellos, sino al grupo y nunca dirigiéndoles, la mirada.
- Sentarse en el borde de la mesa de un alumno disruptivo sin dejar de hablar a la clase y sin dirigirle la mirada.
- Acercarte al alumno y sonreírle.
- Decirle algo agradable, hacerle una broma.
- Interesarte por algo que no tenga que ver con el centro escolar.
- Darle las gracias por su comportamiento durante la sesión lectiva.