La entrada en vigencia de la Ley de Inclusión, trajo consigo una diversidad de cambios en el acceso a los diferentes establecimientos educativos del país. El fin a la selección, con la implementación del Sistema de Admisión Escolar (SAE), más conocido como tómbola, son parte de las iniciativas que la ley promueve con el propósito de asegurar el acceso a una educación gratuita y de calidad para todos. Sin embargo, la evidencia demuestra que los liceos emblemáticos de alta exigencia continúan utilizando algunos mecanismos de selección para el ingreso de sus estudiantes.
La publicación realizada por latercera.com en enero pasado da cuenta de esta realidad. Desarrollo de pruebas de selección, cupos prioritarios y sorteos propios, son algunas de las acciones que llevan a cabo la mayoría de los planteles de mayor exigencia a nivel nacional. Esto debiera finalizar hacia el 2020 cuando el SAE esté implementado en todo el país, puesto que la región metropolitana aún no ingresa al sistema. Sin embargo, la información entregada en la publicación genera, a lo menos, inquietud, puesto que queda la duda respecto de la equidad real con que se accede al sistema.
Cuáles son las acciones, qué establecimientos lo están implementando, qué opiniones existen al respecto, son parte de los antecedentes que entrega la publicación que compartimos y que le invitamos a conocer.
Pruebas, cupos prioritarios y sorteos: así seleccionan los liceos de alta exigencia
Al igual que el Instituto Nacional, el Liceo 1 tampoco aplica un test, no así el Liceo de Aplicación y los colegios de Providencia. En tanto, los liceos Bicentenario seleccionan un porcentaje de sus estudiantes, pero también están incorporando por sorteo.
El proyecto Admisión Justa, que impulsa el Ministerio de Educación (Mineduc), busca que retorne el “mérito” como factor de selección de alumnos en los colegios, lo que modificaría sustancialmente el Sistema de Admisión Escolar que diseñó el gobierno anterior.
Pero los colegios de la Región Metropolitana, que son los que todavía pueden seleccionar (lo que terminaría a fin de año, según la Ley de Inclusión), tienen diversos métodos para escoger a sus estudiantes. Y entre ellos, existen varios planteles de alta exigencia, como los liceos Bicentenario y emblemáticos, que combinan pruebas, cupos prioritarios y sorteos propios.
Por ejemplo, el Instituto Nacional puso fin al tradicional test de acceso. Y el mismo camino tomó el Liceo 1, donde también se diseñó un proceso de seis variables para seleccionar.
Entre estas, el establecimiento considera el desempeño escolar previo, al que le asigna el mayor valor. Pero también toma en cuenta el nivel socioeconómico, la pertenencia a minorías étnicas o inmigrantes, la residencia en la comuna de Santiago, la variable familiar (si tiene hermanas en el liceo o es hija de exalumnas), y el talento y liderazgo, donde se mide la participación en actividades extracurriculares y de compromiso social.
No ocurre lo mismo en el Liceo de Aplicación, donde la selección todavía se hace mediante pruebas de admisión. Según lo que informó el plantel sobre el proceso de admisión 2019, los postulantes debieron entregar las notas y una carta de presentación y motivación familiar, además de rendir un examen de habilidades en Lenguaje y Matemática.
En Providencia, en tanto, la admisión a los colegios está establecida por el municipio, de forma homogénea para todos los recintos. Según lo señalado por la Corporación de Desarrollo Social de la comuna, a todos los postulantes a los cursos desde 7° básico a 1° medio se les exige una prueba de conocimientos.
Según lo define la municipalidad, se trata de la “aplicación de un instrumento de evaluación diagnóstica para los aprendizajes”, que en otras palabras es una prueba de conocimientos en Lenguaje y Matemática, además de considerar la preferencia por el establecimiento. Ese es el mecanismo que utilizan planteles emblemáticos, como el Liceo José Victorino Lastarria y el Liceo 7.
Aplicación del sorteo
En el caso de los liceos Bicentenario, que son parte del programa de gobierno para apoyar a ciertos colegios, el escenario también es disímil. En el caso del Liceo Bicentenario de Puente Alto, que es el segundo mejor de Chile en puntaje PSU, la admisión se realiza con una mezcla de cupos prioritarios y sorteo, similar al sistema de admisión que se aplica en el resto del país.
El director Miguel Ángel Castellani explica que desde 2016 han ido aumentando progresivamente la cantidad de cupos sorteados, desde 12% hasta casi 70% en el último proceso de admisión, con la idea de adaptarse al nuevo modelo, que llegará a fin de año a la Región Metropolitana. Mientras que los otros cupos los llenan seleccionando a alumnos, pero según su pertenencia a la comuna, si poseen hermanos en el colegio o si son hijos de funcionarios.
“Nos adelantamos a la ley para adaptarnos al cambio, y además los profesores pidieron un sistema de admisión especial. Nuestro proyecto busca recibir a niños prioritarios, con dificultades en las notas, pero tenemos un muy buen rendimiento en el colegio, por lo que es todo un desafío”, dice el director.
¿Es bueno el modelo del sorteo? Castellani dice que “si pudiera decidir, sería partidario de seguir seleccionando un porcentaje de los alumnos, porque ellos le dan un tiraje académico al resto de los niños, y que el resto sea seleccionado por la tómbola”. Pero sí está a favor de que regresen las entrevistas, pues “eso nos daba indicadores respecto de la familia, para ver si apoyan a los niños”.
Un caso similar es el del Liceo Bicentenario de Talagante, donde admiten a todos los niños que llegan, y si la demanda es mayor a la oferta, los cupos se llenan priorizando a aquellos que tienen hermanos en el colegio y a quienes son hijos de funcionarios, y los cupos que quedan se sortean.
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