El sistema de admisión escolar (SAE) que ya opera en todas las regiones del país, sumando a la región metropolitana a partir de este 19 de agosto, ha generado polémicas y controversias desde sus inicios. Más aún lo ha hecho el proyecto de ley denominado "Admisión justa", impulsado por el actual gobierno para modificar algunos de los aspectos relevantes del SAE.
Lo más controversial que propone "Admisión justa" es la posibilidad de que los colegios y liceos denominados de excelencia puedan incorporar en su proceso de admisión la selección por mérito académico. Esto porque la medida se contrapone a la ley de inclusión, específicamente en lo que refiere a la no selección de estudiantes, puesto que se considera una forma de discriminación.
De acuerdo a lo que informa la tercera en su versión digital, días previos a que se votara el proyecto en la Cámara, la Ministra de Educación Marcela Cubillos, explicó que tanto el algoritmo matemático con que funciona el SAE como las medidas de admisión justa, son experiencias recogidas de otros países en los que han dado buenos resultados.
Admisión Justa: cómo funciona la selección por mérito en N. York y Boston
En la antesala de la votación del proyecto, la ministra Marcela Cubillos destaca que en esas ciudades se permite a los colegios de alta exigencia aplicar pruebas de admisión.
El Sistema de Admisión Escolar (SAE), que comenzará a funcionar el 19 de agosto en la Región Metropolitana, se desarrolla a través de un algoritmo matemático que distribuye los cupos en los colegios según la preferencia de postulación de las familias. Pero no es una innovación chilena.
El modelo es un mecanismo de aceptación diferida diseñado por los matemáticos estadounidenses David Gale y Lloyd Shapley, en 1962, y ha sido aplicado en los sistemas de admisión de las escuelas de Boston (1999) y Nueva York (2003).
Pero en ambos casos, además del uso del algoritmo, se permite que algunos colegios seleccionen a sus alumnos por mérito. Según información del Ministerio de Educación (Mineduc), en esas ciudades hay 11 “escuelas públicas altamente selectivas”, denominadas exam schools, pues se debe rendir una prueba para obtener un cupo.
Estos colegios tienen egresados destacados -entre ellos, 11 premios Nobel, cinco firmantes de la Declaración de Independencia y 12 destacados economistas- y reciben seis veces más postulaciones que vacantes disponibles. En el caso de Nueva York, la prueba es aplicada por el Departamento de Educación de esa ciudad, y en Boston la administra la fundación Educational Records Bureau. En ambos casos, los cupos son asignados según desempeño académico.
La ministra de Educación, Marcela Cubillos, da cuenta de esta información en vísperas de la votación en la Cámara del proyecto Admisión Justa, que fue rechazado en la Comisión de Educación y que el martes 09 de julio se votó en sesión especial. Dice que los datos confirman que su propuesta “además de estar alineada con el sentir de las familias, también se condice con prácticas generalizadas y validadas en el mundo”.
“Si en los países de la OCDE, e incluso en ciudades que tienen un algoritmo de admisión similar al de Chile, el mérito se considera un criterio de admisión válido y justo, ¿por qué nuestro país va a ser la excepción?”, agrega.
Bárbara Manríquez, asesora del Mineduc para el SAE, agrega que, al revisar experiencia internacional, “no se justifica prohibir la selección por mérito desde el Estado y tiene más sentido dejar que sea definido por cada proyecto educativo, como propone el proyecto Admisión Justa”.
Tareas pendientes
En medio de la implementación del SAE en Santiago, el Centro de Desarrollo de Liderazgo Educativo (Cedle) realizó un estudio para verificar los puntos débiles del sistema, cuya implementación comenzó en 2016 en la Región de Magallanes.
María Teresa Rojas, doctora en Educación e investigadora del Cedle, encuestó a 157 directores de colegios, de las regiones de Tarapacá, Coquimbo, Los Lagos y Magallanes, y concluyó que la información acerca de la ley es escasa y a veces confusa.
Además, los directores encuestados creen que las escuelas tienen pocas capacidades para liderar procesos de inclusión y predomina la idea de que el SAE pone en riesgo el esfuerzo individual de los escolares, lo que podría agudizarse este año, cuando el sistema funcione en la Región Metropolitana, pues “por la cantidad de habitantes y variables geográficas como la distancia, la implementación será más compleja”, dice Rojas. Por ello, recomienda mejorar la entrega de información a quienes participan del SAE, en especial a los directores.
Fuente: Said, Carlos (2019) Versión Digital Diario La Tercera. Sección Nacional. Chile. Recuperado de https://www.latercera.com/