Convivencia Escolar

El reto: educar para convivir

Su cuerpo metodológico se construye a partir de tres fases planteadas para la investigación acción educativa. En la primera instancia, se hizo un diagnóstico que permitió la identificación de situaciones que generaban dificultades de convivencia escolar en el aula de clase. En la segunda fase, se ejecutó la implementación de las estrategias pedagógicas con miras a desarrollar las competencias ciudadanas comunicativas para el fortalecimiento de la convivencia escolar. Finalmente, en la tercera fase, se realizó la evaluación de estas estrategias, permitiendo este proceso determinar la manera como las estrategias pedagógicas fortalecieron o no la convivencia escolar. Los autores abordan la problemática desde la práctica pedagógica realizada en el aula. Con este fin se realiza un análisis profundo mediante la aplicación de diferentes instrumentos como la observación, el diario de campo, talleres y encuestas, mediante las cuales se identificaron las dificultades en el ejercicio de las competencias ciudadanas comunicativas, situaciones que infieren en el proceso de aprendizaje afectando el clima de aula y los resultados académicos de los estudiantes.

Desde lo anterior los autores concluyen que la convivencia escolar con un modelaje acertado, acorde y franco, logra desarrollar estructuras y esquemas que facilitan el aprendizaje en el aula y, por supuesto, mejora el clima del aula escolar. El desarrollo de competencias ciudadanas comunicativas, por su parte, logra construir en el aula dinámicas pertinentes en el sentido de generar una real escucha, la capacidad de expresar ideas y sentimientos sin sentir temor o miedo, y la capacidad de exponer puntos de vista claros y oportunos. Estas competencias, son transversales a la cotidianidad escolar, puesto que fortalecen no solo el campo educativo sino el ámbito personal, por ende, el maestro de aula comienza este camino de construcción ciudadana a partir de una práctica reflexiva que le permita identificar su realidad en el aula escolar, sus propios miedos y errores para revolucionarlos y apostarlos a un cambio esquemático de costumbres y tradiciones que, en consecuencia, se reflejan en nuevas competencias de los estudiantes que tiene la grata y no simple labor de educar. La didáctica, este elemento propio y soporte de una práctica pertinente para el desarrollo de competencias ciudadanas comunicativas, es sin duda un factor clave y esencial; esta permite la inclusión y la interiorización profunda de habilidades y actitudes acordes y fructíferas en la convivencia escolar.


Montaña Beltrán, A; Rocha Adame, Z; Rojas Hernández, A. (2019) El reto: educar para convivir. EDUCACIÓN Y CIENCIA, (21), 199-216. Recuperado de revistas.uptc.edu

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