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Tipos de autismo y sus características
Las características de un niño autista son: Dificultades de comunicación, de lenguaje y de socialización; son los síntomas clásicos de una persona con un caso de autismo.
A pesar ser una condición cada vez más común, no todas las personas saben que existen tipos de autismo y que es posible sufrir autismo sin necesariamente demostrar los síntomas más clásicos.
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¿Qué es el autismo?
La definición de Autismo o (TEA), es un trastorno del desarrollo, es decir, que suele aparecer en los primeros años de vida, comprometiendo las habilidades comunicacionales y de interacción social.
De acuerdo, a los datos del Center of Deseas Control y Prevención (CDC); El autismo afecta a 1 de cada 100 personas en el mundo.
A pesar de ser una condición antigua, sólo en 1993 fue que el síndrome pasó a integrarse a la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
En el año 2013, el autismo pasó a llamarse trastorno del espectro autista (TEA), justamente debido a la comprobación de que existen varios tipos de autismo.
En general, el trastorno se define por la presencia de déficit persistentes en la interacción social y en la comunicación. Aún no se sabe la causa precisa del autismo y por eso el diagnóstico es realizado, principalmente por medio de la observación del paciente.
Como el trastorno autista se relaciona con innumerables elementos esenciales de la vida del individuo, diagnosticarlo como autista y proceder con el tratamiento adecuado es de suma importancia, trayendo más calidad de vida a la persona que sufre con la condición.
¿Cuáles son los tipos de autismo?
El autismo se presenta en varios grados, con intensidad de los síntomas mayor o menor.
Es posible que algunos autistas enfrentan dificultades de aprendizaje, mientras que otros pueden tener una vida aparentemente “normal”, pero aún así sentir que no se “encajan” en la sociedad, especialmente por las dificultades de socialización.
Vea los tipos de autismo más comunes y sus principales características:
1- Síndrome de Asperger
Es considerada la forma más leve entre los tipos de autismo y es tres veces más común en los niños que en las niñas.
Normalmente, quien posee el síndrome cuenta con una inteligencia superior a la media y puede ser llamado también de “autismo de alto funcionamiento”. Común incluso en algunos famosos que presentan este grado de Autismo.
Es normal que el autista se vuelva extremadamente obsesivo por un objeto o tema y pase horas discutiendo o hablando sobre ese asunto.
Si el Síndrome no se diagnostica en la infancia, el adulto con Asperger puede tener más probabilidades de desarrollar cuadros depresivos y de ansiedad.
2-Trastorno Invasivo del Desarrollo
Esta es una “fase intermedia”, ya que es un poco más grave que el Síndrome de Asperger, pero no tan fuerte como el Trastorno Autista.
En este caso, los síntomas son muy variables. Sin embargo, de manera general el paciente presentará:
- la cantidad menor de comportamientos repetitivos;
- dificultades con la interacción social;
- competencia lingüística inferior al Síndrome de Asperger pero superior al Trastorno Autista.
3- Trastorno Autista
Son aquellos que presentan síntomas más graves que los otros dos tipos de autismo. En este caso, varias capacidades se ven afectadas de forma más intensa, como las relaciones sociales, la cognición y la lingüística. Otro factor bien común es la presencia intensificada de los comportamientos repetitivos.
Este es el tipo “clásico” de autismo y que suele ser diagnosticado de forma precoz, en general antes de los 3 años. Las principales señales que indican la condición son:
- falta de contacto con los ojos;
- comportamientos repetitivos como golpear o balancear las manos;
- dificultades en hacer pedidos usando el lenguaje;
- desarrollo tardío del lenguaje.
4- Trastorno Desintegrativo de la Infancia
Se considera el tipo más grave del espectro autista y el menos común. En general, el niño presenta un período normal de desarrollo, pero a partir de los 2 a los 4 años de edad, pasa a perder las habilidades intelectuales, lingüísticas y sociales sin conseguir recuperarlas.
¿Cuáles son los principales niveles del autismo?
Además de los diferentes tipos de autismo, también existen variaciones en relación a los niveles de gravedad, Ellos son:
Nivel 1 (Ligero)
Presentan dificultades para iniciar un relación social con otras personas y pueden tener poco interés en interactuar con los demás, presentando respuestas atípicas o fracasos a aberturas sociales. En general, presentan dificultades para cambiar de actividades y problemas de planificación y organización.
Nivel 2 (Medio)
Pueden presentar un nivel un poco más grave de discapacidad en las relaciones sociales y en la comunicación verbal y no verbal. Tienen limitaciones en iniciar interacciones sociales y daños sociales aparentes incluso con la presencia de apoyo.
Además son más inflexibles en sus comportamientos, presentan dificultades con el cambio o con los comportamientos repetitivos y sufren para modificar el foco de sus acciones.
Nivel 3 (Grave)
En ese nivel, existen déficit más graves en relación a la comunicación verbal y no verbal, además de dificultades para iniciar una interacción social, con graves perjuicios de funcionamiento.
Presentan dificultad para lidiar con el cambio y comportamientos repetitivos lo que interfiere de forma más acentuada en su funcionamiento. Cuentan con gran sufrimiento para cambiar el foco de sus acciones.
¿Cómo es el autismo en las mujeres?
El autismo es un síndrome que suele presentar síntomas más expresivos en los niños que en las niñas. Y con eso muchas mujeres pueden pasar la vida subdiagnosticadas, estando en alguno de los espectros del autismo pero sin tener el diagnóstico cerrado.
Normalmente, sólo las niñas con los tipos de autismo más graves suelen recibir el diagnóstico en la infancia, mientras que otras con niveles más leves pasan desapercibidas o con diagnósticos erróneos, como trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de personalidad limítrofe, agorafobia, entre otros.
Esto sucede; porque las niñas presentan menos actitudes restrictivas y repetitivas, además de lograr “camuflar” mejor los síntomas, imitando comportamientos sociales de otros niños de su edad.
Sin embargo, con la llegada de la adolescencia, el “camuflaje” se vuelve difícil de mantener, y muchas se enfrentan a la depresión y los síndromes de ansiedad. A pesar de eso, no todas son diagnosticadas correctamente, lo que hace cada vez más difícil para ellas relacionarse y tener una vida adulta autónoma con calidad.
No son raros los casos en que las mujeres sólo reciben el diagnóstico de autismo cuando son adultas. La buena noticia es que cada vez más los investigadores buscando estudiar el autismo en mujeres, desarrollando métodos de diagnóstico que sean más precisos para ellas.
¿Cuáles son los principales síntomas?
Son muchos los síntomas del espectro autista. En general, se observa en la infancia pero, por haber varios tipos y niveles, a menudo el problema puede extenderse hasta la vida adulta.
En general, podemos citar como síntomas:
- 8 a 10 meses, un niño autista puede presentar falta de respuesta cuando se llama y desinterés con las personas;
- los niños con autismo pueden no balbucear ni aprender a comunicarse con gestos;
- retraso anormal en el habla;
- cuando comienzan a hablar, pueden tener dificultades para combinar palabras en frases que tengan sentido o repetir la misma frase;
- los comportamientos repetitivos son síntomas clásicos, algunas acciones que pueden estar presentes; balancear el cuerpo, golpear las manos, reorganizar objetos y repetir palabras y sonidos;
- cuando los adultos, los autistas pueden llegar a ser obsesivos por ciertos temas, como fechas, números o asuntos.
- Algunos pueden presentar; rabia, hiperactividad o exceso de pasividad, necesidad intensa de repetición, baja capacidad de atención, movimientos corporales repetitivos, dificultades para lidiar con ruidos, aumento o disminución de la respuesta al dolor y falta de empatía.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
El diagnóstico del autismo es clínico. Es decir, se realiza por medio de la observación del comportamiento, además de una entrevista con los padres o los responsables.
Normalmente, los padres notan los primeros síntomas que suelen estar presentes en los primeros 3 años del niño.
Es posible que el diagnóstico se haga en la adolescencia o al iniciar la escuela, donde el niño puede tener dificultades para relacionarse.
En otros casos, principalmente en los niveles más leves, se diagnostica en la adultez. Esta situación es común que el paciente perciba en sí algunos de los síntomas y busque ayuda de un psicólogo.
¿Hay tratamiento?
Aunque no existe cura, el autismo sí tiene tratamiento, capaz de mejorar la calidad de vida del paciente. En general, un equipo multidisciplinario es indicado, ya que cada especialista trabajará una dificultad específica del autista.
Se suele indicar acompañamientos con:
- fonoaudiólogo que podrá acompañar al niño en el desarrollo del lenguaje no verbal y verbal;
- ludoterapia, por medio de juegos y juguetes el terapeuta trabaja la interacción social y visual del niño;
- el análisis aplicado de comportamiento, con el objetivo de amenizar determinados comportamientos nocivos y estimular otros;
- grupos de habilidades sociales para practicar las interacciones sociales del día a día y mejorar el comportamiento social;
Hay medicamentos no específicos para el autismo, pero ayudan con posibles problemas emocionales; ansiedad, hiperactividad, ataques de ira, impulsividad, agresividad y cambios de humor.
Es muy importante para el autista tener apoyo, en especial de la familia, comprendiendo sus Limites y dificultades y desafíos. Así mismo, es muy importante, que los padres reciban un apoyo psicológico que les ayude a diseccionarse y generar un ambiente estimulante para sus hijos.
Quien sufre con el autismo, la sugerencia es siempre buscar ayuda, tanto con profesionales especializados, como con grupos de autistas.
Fuente: Psylive