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Clima de aula y buenas prácticas docentes con adolescentes vulnerables: más allá de los contenidos académicos

29 Diciembre, 2018

El objetivo del presente artículo publicado originalmente por la revista "Contexto Educativo"  es analizar una serie de elementos relacionados con las buenas prácticas docentes, que inciden de forma importante en la configuración del clima de aula, especialmente con alumnado vulnerable. Se parte de las percepciones de profesores-tutores y alumnos del primer ciclo contrastadas a partir de tres instrumentos: el Test de Adaptación Multifactorial Infantil (TAMAI) y dos cuestionarios sobre “Percepción del Clima de Aula por el Alumnado”  y “Percepción del Clima de Aula por el Profesorado”. Entre los resultados obtenidos, como buenas prácticas docentes en relación al clima de aula destacan la actitud de escucha del profesorado hacia los alumnos, su disponibilidad para acompañarles en el proceso educativo y neutralizar la creación de estereotipos y etiquetas excluyentes, la importancia de la formación del profesorado en la gestión de las emociones y, sobre todo, de su predisposición para compartir esas emociones. Otros resultados significativos muestran la desigual necesidad de escucha de los alumnos, el “punto ciego” que suponen las preconcepciones negativas mutuas entre profesorado y alumnado y la forma en que las percepciones de los alumnos cambian dependiendo del grado de vulnerabilidad y el nivel de inadaptación escolar que presentan Un importante factor de buenas prácticas en escuelas eficaces es la existencia de un buen clima escolar, así como experiencia y formación en convivencia y resolución de conflictos por parte de los centros educativos. Tanto es así que se puede considerar que la labor relacional debe preceder a la enseñanza de conocimientos, con el objetivo de dar lugar a la creación de vínculos personales como elemento de mejora del clima de aula. El clima escolar se encuentra mediatizado por un contexto configurado a su vez por múltiples factores en diferentes niveles: organizativo o institucional, de aula e intrapersonal. Así, en el  aula se dan cita tanto   elementos humanos, como la interacción entre alumnado y profesorado dentro de un contexto socioeducativo definido, como otros procesos más relacionados con los contenidos objeto de enseñanza. El clima de aula se construye a partir de las normas, hábitos, ritos, comportamientos y prácticas sociales que emergen de las relaciones que profesores y alumnos establecen entre sí, formando unas pautas socioafectivas determinadas. Y también a partir de la percepción del alumno sobre su acogida por los demás, su pertenencia a la institución, la relación con el profesor y con sus compañeros. Esta percepción del alumno puede coincidir o no con la percepción del profesor, pero se enmarca en una dinámica de intercambio de interpretaciones que es parte esencial de la naturaleza del proceso educativo. Los profesores eficaces en la mejora de las habilidades sociales y del comportamiento del alumnado, proporcionarán un impulso fundamental a la adquisición de competencias académicas y la enseñanza de contenidos académicos. Efectivamente, se ha comprobado que la percepción de las relaciones interpersonales influye tanto en el clima de aula –que a su vez se genera a partir de las interpretaciones que los grupos hacen de él– como en el logro de objetivos académicos. Fuente.

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