¿Cómo enseñar a distancia, manteniendo la cercanía?
En esta oportunidad compartimos un manual elaborado con el patrocinio del Ministerio de Educación de Chile, en alianza con EducomLab, que tiene por objetivo orientar el desarrollo de clases online para directivos y docentes chilenos. Este surge a partir de la necesidad que generan las medidas sanitarias por la pandemia del coronavirus. Hay cientos de excusas que justifican el por qué no estamos preparados para hacer clases online, como hay también decenas de razones que explican la dificultad que tenemos para llegar a nuestros estudiantes a través de pantallas. Y la verdad es que todas son válidas, porque a nadie se le enseñó a hacerlo en la universidad. Tampoco está en los contratos de profesor. Es más, hay miles de sitios en Internet que podrían proveer de material a los estudiantes e informarse ellos solos con el contenido que se requeriría para completar los objetivos de aprendizaje. De hecho, hay softwares basados en inteligencia artificial capaces de gestionar el aprendizaje de los estudiantes, reconociendo paso a paso cuánto aprenden y cuánto más necesitan reformar. En teoría los estudiantes no necesitan a los profesores.
Pero lo cierto es que la responsabilidad es educar estudiantes y formar personas, no informarlas, porque para eso Internet puede ser una excelente fuente de información. Ahora, en este contexto de pandemia que nos obliga a encerrarnos en nuestros hogares, nos damos cuenta de lo felices que éramos haciendo nuestras clases en la sala. Y nos sentiríamos afortunados si volviéramos a realizar nuestros programas de forma presencial. Sin embargo, esta es nuestra realidad por el momento y tenemos que cuestionarnos cómo estamos haciendo nuestras clases de forma remota. Porque, nos guste o no, al final, seremos la primera generación de profesores que tuvo que enseñar online en nuestro país, y nuestra responsabilidad es hacerlo de la mejor forma posible. Aunque lo hacemos de forma inconsciente, estamos acostumbrados a planificar nuestras actividades en función de la “presencia” que esperamos tener en ellas.
De forma similar, en un proceso de enseñanza-aprendizaje la “presencia” de las diferentes partes interactuando son fundamentales. Es impresionante cómo funciona nuestra cabeza, pero si profundizamos en esta idea, veremos que hace sentido: piense en todas las “presencias” que visualiza para diseñar el contenido de un curso o la dinámica de una clase. Un profesor o profesora al preparar una clase no parte de la nada, sino que comienza estableciendo su presencia en el diseño de la experiencia de aprendizaje, teniendo en cuenta la realidad de los estudiantes que tendrá. Luego construye, en la estructura del curso, oportunidades para interactuar con esos estudiantes a través de la instrucción directa y la retroalimentación. Sin embargo, el elemento más relevante es por lejos la interacción. La inquietud que surge de inmediato es cómo se logran estos aspectos cuando no hay presencia física. Es decir, si ya es un desafío lograr con éxito este diseño de forma presencial, ¿cómo se alcanzan estos elementos en una clase a distancia cuando los estudiantes no comparten el mismo espacio físico?
Halpern, Daniel; Piña, Martina; Lozano, Constanza; Jashes, Daniela; Letelier, Evelyn; Traverso, Claudio (2020) ¿Cómo enseñar a distancia manteniendo la cercanía? Manual de ayuda clases online para directivos y docentes chilenos. EducomLab. TrenDigital UC. Ministerio de Educación. Chile. Recuperado de bibliotecadigital.mineduc