Convivencia Escolar

“Con-vive y Sé feliz”: proyecto de innovación sobre la convivencia escolar

8 Abril, 2019

En este número compartimos con nuestros lectores una investigación que tiene como objetivo principal, mejorar la convivencia en las aulas de un colegio público. Para ello, se elaboró un cuestionario dirigido a los maestros de dicho centro para conocer la problemática existente y comprobar las necesidades planteadas en el mismo. Una vez analizadas las respuestas, se comprobó que la problemática se vincula especialmente a conflictos y dificultades de convivencia, sobre todo en el último ciclo de primaria. Para responder a las necesidades surgidas se elaboró un dossier con toda una serie de estrategias y actividades enfocadas a mejorar la convivencia del centro, en especial, en las aulas del tercer ciclo. La violencia escolar en sus diversas manifestaciones representa algo más que el fracaso de algunos estudiantes, de sus familias o profesores, es un síntoma del agotamiento de un modelo de centro educativo que no responde a las necesidades de los estudiantes ni de la sociedad actual. En este modelo de escuela no hay lugar para la diversidad. Por el contrario, promover una convivencia positiva supone adoptar una actitud respetuosa con las diferencias y un rechazo a las desigualdades. Todas las personas son valiosas, la diversidad no se percibe como un problema a resolver, si no como una riqueza en la que se apoya el aprendizaje de todos los estudiantes, el desarrollo profesional de los docentes y la mejora del centro educativo como organización. Afrontar desde el fondo los problemas de convivencia en la escuela supone trabajar por la promoción de una convivencia directa. Debemos adoptar un nuevo modo de mirar los problemas de convivencia escolar en el que las relaciones interpersonales constituyen una clave fundamental. Resulta inútil tratar de modificar el comportamiento de los estudiantes con sanciones que representan la privación de algo cuyo valor ha sido descubierto y apreciado previamente por los estudiantes. De acuerdo con Acosta Mesas, el aprendizaje de la convivencia no consiste en predicar valores, si no en “practicarlos” desarrollando las capacidades que constituyen la “inteligencia moral y emocional”: el conocimiento de uno mismo, la empatía, la comprensión crítica, el juicio moral, la autonomía, la solidaridad, etc. Aprendemos a convivir a través de prácticas que desarrollan la valoración personal y la de otros, la capacidad de sentirse apreciado y de apreciar respetando las diferencias, que fomenten el sentido de pertenencia al grupo y la interdependencia de sus miembros, la capacidad de ayudar y recibir ayuda, la capacidad de autorregularse y de afrontar los conflictos. El concepto de problemas de conducta es una denominación que hace referencia a los comportamientos de una persona, el cual no es lo habitual y que está mal visto por la sociedad. Estos constituyen un grupo complicado de problemas emocionales y de comportamiento en los jóvenes. Los comportamientos manifestados no son los esperados por parte de los adultos. También hay que tener presente que los problemas de conducta varían mucho según la etapa evolutiva en la que se encuentran las personas. Esta investigación se centra en los estudiantes de Educación Infantil y Primaria. Fuente.

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