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Consejos para crear hábitos de estudio y ayudar a los niños a estudiar en casa
29 Mayo, 2017
Los niños de 6, 7 y 8 años experimentan un cambio fundamental en el colegio y es que con el paso a primaria llegan los deberes y los exámenes. Nuestros hijos tienen que hacer frente al hecho de manejar un volumen cada vez más grande de información para aprender. Hasta este momento los niños no tenían la costumbre de sentarse en casa a hacer los deberes. Ahora es el momento de iniciar hábitos de estudio. Crear un buen hábito nos asegura en gran medida el éxito escolar en el futuro.
Crear un hábito de estudio consiste en generar una rutina diaria de trabajo académico e incorporarla en la dinámica familiar.
Lo más habitual en niños menores de 6 años es llegar de la escuela, comer alguna colación, jugar gran parte de la tarde, dentro o fuera de casa, y cuando llega la hora, meterse al baño para luego ir a cenar. Pues bien, una vez que nuestros hijos pequeños inician la educación primaria habrá que encontrar un hueco entre estas actividades para empezar a hacer tareas. Lo importante es crear unos hábitos de estudio y un sistema de trabajo que en el futuro les ayuden a afrontar tareas más complejas.
Al principio, con 6 años, no serán más que unos sencillos ejercicios de mates o lengua. Con 7 y 8 años los niños tendrán que empezar a aprender de memoria ciertas cosas. Y en los años sucesivos el tiempo que tendrán que dedicar cada tarde a realizar tareas más complejas se irá ampliando.
Así que lo más recomendable es iniciar esta rutina desde los 6 años e ir ampliando progresivamente el tiempo que dedican al estudio.
En este artículo sobre hábitos de estudio, se revisan los siguientes temas:
• ¿Está nuestro hijo preparado para adquirir un buen hábito de estudio?
• Consejos para crear hábitos de estudio
• Cómo ayudar a los niños a crear hábitos de estudio
¿Está nuestro hijo preparado para adquirir un buen hábito de estudio?
Antes de que un niño sea capaz de sentarse a hacer deberes, existen una serie de actitudes que pueden darnos pistas de lo fácil o difícil que le puede resultar a nuestro hijo mantenerse sentado y atento a la tarea que está realizando.
Algunas de estas actitudes son:
- La atención sostenida o la capacidad para trabajar durante largo rato en una misma tarea.
- La concentración o la capacidad para centrar la atención en algo al margen de distracciones.
- La memoria o la capacidad para recordar y repetir.
- La tolerancia a la frustración o si el niño continua insistiendo en hacer algo, aunque en el primer intento le haya salido mal... a pesar de que le cueste conseguirlo.