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Convivencia escolar: colaboración escuela-hogar

20 Enero, 2020

El documento que compartimos en esta oportunidad corresponde a la presentación de un trabajo final de un estudiante de maestría en psicología escolar. El propósito del documento es dar a conocer una intervención realizada en una escuela secundaria con el fin de mejorar la convivencia escolar, desde la perspectiva de la colaboración entre la escuela y el hogar. En el texto se desarrollan tres capítulos teóricos en dónde se aborda la necesidad de involucrar a las familias en el proceso educativo y los beneficios para los estudiantes, desde un enfoque de la convivencia escolar y la educación para los adultos. Se describe el diagnóstico que se hizo en la escuela secundaria dónde se realizó la intervención; el diseño del taller “Convivencia Escolar: La colaboración escuela-hogar” que se llevó a cabo, incluyendo la descripción de las sesiones, con sus objetivos, recursos y metodología de desarrollo; y la evaluación que se hizo de la intervención.

Somos fundamentalmente animales grupales y nuestro bienestar es mucho mayor cuando nos encontramos en un ambiente armónico, en el cual vivimos en estrecha comunión. Para la supervivencia es indispensable la independencia y la autoconfianza, pero en el discurrir de nuestra vida no podemos prescindir del apoyo y de la compañía de los otros. Esta necesidad de vivir en comunidad implica aprender una serie de normas y valores que faciliten la vida en sociedad, por lo que en los centros escolares resulta importante transmitirlas a las y los estudiantes para que las reproduzcan en una sociedad. Convivir se refiere no sólo a compartir una clase o un espacio físico, sino compartir también un sistema de convenciones y normas para que la vida en común sea lo mejor posible. La convivencia se refiere a un valor intrínseco de la comunidad que debe encontrarse en el interior de todas y cada una de las instituciones y los escenarios sociales que la comunidad organiza y sostiene, entre ellos la escuela.

La creación de espacios de participación de padres y madres en la escuela ha sido defendida desde su contribución al clima y convivencia escolar, misma que generaría mejores condiciones para la tarea de enseñar y aprender. En otras experiencias, la incorporación de la familia a la escuela se propone mejorar la coordinación entre la familia y la escuela para que las propias familias desarrollen habilidades para atender las necesidades de aprendizaje de sus hijos. Las políticas deben intervenir el pacto, es decir, intervenir en la familia y en la escuela. Por lo tanto, se deben plantear políticas que intervengan a la familia y a la escuela separadamente y en conjunto o en relación. La primera acción es estructurar un marco de referencia de la relación: en qué cabe estar de acuerdo y en qué no; en qué es necesaria la participación de la familia y en qué no; en qué la escuela es exclusivamente responsable y en qué no. Pero, como es obvio, también se requiere un acuerdo sobre cuáles son las condiciones sociales y escolares mínimas para la viabilidad del acuerdo.

Romero, H. A. (2010). Convivencia escolar: Colaboración escuela-hogar. Tesis de maestría. Facultad de Psicología, Universidad Nacional Autónoma de México. PEAS, Programa Alcanzando el Éxito en Secundaria. Recuperado de tutoriaaprendizajeadolescentes

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