Convivencia Escolar

Convivencia y clima escolar: claves de la gestión del conocimiento

23 Julio, 2019

El siguiente  artículo aborda la temática de la gestión del conocimiento de los estudiantes y su relación con la convivencia y el clima escolar. Se aborda la escuela como un espacio de socialización secundaria, teniendo como materia prima de análisis el conjunto de interacciones sociales que se dan en su interior. La hipótesis de base que sustenta el presente trabajo es que en la medida que la convivencia escolar se verifique en un clima de respeto y tolerancia, sustentada en valores como la cooperación y la confianza, la gestión del conocimiento, entendido como un proceso donde los conocimientos y comunicaciones son orientados hacia un objetivo con habilidad y sabiduría, será más eficiente, redundando en mejores aprendizajes, contribuyendo con ello a mejorar la calidad de la educación. En las relaciones sociales, dentro y fuera del aula, se encuentran mundos diversos sustentados en experiencias y vivencias personales, alimentados por capitales culturales que interactúan recíprocamente; en suma, se produce una amalgama entre la cultura nacional, local, de las familias y de la institución educativa. Esta interacción socioeducativa es el núcleo del trabajo pedagógico. Allí se encuentran y relacionan personas condicionadas por experiencias distintas, socializadas en contextos disímiles, adhiriendo a modelos culturales contrapuestos: por una parte, los profesores y por otra, los estudiantes; allí se verifica la convivencia escolar en un determinado clima de aula y laboral. Lo tradicionalmente esperable es que cuando se produce esa interacción social al interior del aula, los profesores enseñen y los estudiantes aprendan, los profesores usen metodologías de enseñanza aprendidas en la universidad, y en las prácticas pedagógicas, y los estudiantes se motiven, haciendo precisamente lo que se espera de ellos: estudiar.  Sin embargo, la época que nos toca vivir, nos demuestra que actualmente son múltiples y diversas las fuentes de conocimiento a las que acuden las nuevas generaciones de estudiantes; es decir, no solo aprenden de las relaciones pedagógicas con sus maestros. En este nuevo contexto, la escuela mantiene una misión aceptada socialmente: educar. En ese proceso se conjugan contenidos y valores que son considerados útiles para el desempeño social de los niños y jóvenes. A pesar de todos los cambios experimentados en las últimas décadas se sigue esperando que la escuela les enseñe a sus estudiantes y a su vez los estudiantes aprendan de sus profesores. Es sabido que detrás de los contenidos y valores que se expresan en objetivos educacionales, entiéndase como «currículum explícito» simultáneamente existe una forma tácita de enseñanza que entrega normas sociales y expectativas que tiene la sociedad sobre los estudiantes. Es lo que se denomina «currículum oculto»; es decir, que las escuelas hacen lo que se supone que deben hacer; dicho de otra forma, entregan lo que será útil para el orden social establecido. A través del currículum oculto se transmiten las expectativas asociadas al papel de los estudiantes, las cuales entran en contradicción con los objetivos del currículum explícito, expectativas que con frecuencia resultan imposibles de entender para determinados estudiantes, a los que con frecuencia se denomina como «conflictivos». Fuente: Sandoval Manríquez, Mario. (2014). Convivencia y clima escolar: claves de la gestión del conocimiento. Ultima década, 22(41), 153-178. https://dx.doi.org/

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