Todo profesor/a que se dedica con compromiso y vocación a su labor educativa, espera dejar alguna huella en sus estudiantes. Busca trascender a través de las generaciones de niños, niñas y jóvenes en cuyo proceso formativo incide, directa o indirectamente. Esta aspiración implica involucrarse y entregarse más allá de los conocimientos de las disciplinas que imparte, significa preocuparse de cada estudiante en particular, reconocerlos y valorarlos por las personas que son.
Si cada uno de nosotros, adultos ya formados, nos diéramos un tiempo para recordar a quienes contribuyeron en nuestro proceso educativo cuando éramos estudiantes ¿recordaríamos a todos nuestros profesores? ¿quiénes se nos vendrían a la memoria? ¿qué hicieron esos profesores para que los recordemos incluso hoy en día? Probablemente recordaremos a más de algún profesor que dejó una huella negativa, sin embargo a los que recordamos con cariño y agradecimiento, son aquellos que nos marcaron positivamente.
Claramente lograr trascender y dejar huella no es una tarea sencilla, requiere de acciones concretas que van más allá de lo que supone el rol de un profesor en el aula. Implica vocación y querer hacerlo, ser conscientes del impacto que podemos generar en nuestros estudiantes. Con ese espíritu compartimos estos diez consejos que te pueden ayudar a convertirte en un profesor inolvidable.
Diez consejos para convertirte en un profesor inolvidable
Seguramente tienes unos cuantos maestros en la memoria que recuerdas con especial cariño y quizá debas a alguno de ellos la inspiración que te llevó a convertirte en profesor. Conseguir ese efecto en tus alumnos no es sencillo, pero hay algunas claves que pueden ayudarte a marcar la diferencia, despertar su motivación y ayudarles a amar el conocimiento y disfrutar con el aprendizaje. Te damos diez consejos para conseguirlo.
DIEZ CLAVES PARA DEJAR HUELLA EN TUS ALUMNOS
1. Despierta su curiosidad. El niño curioso aprende mejor, con más interés y más implicación y, además, se acostumbra a mantener los ojos abiertos en cualquier ámbito de la vida. Anima a tus alumnos a preguntarse siempre el motivo y los efectos, a indagar acerca de las afirmaciones que aparecen en el libro de texto o a buscar más información sobre los detalles que llamen su atención. Hacer lluvias de ideas, organizar debates o animar a tus alumnos a descubrir algo nuevo cada día y compartirlo en clase son buenas formas de entrenar la curiosidad.
2. Enséñales a aprender. Es esencial que ofrezcas a tus alumnos herramientas y estrategias para que ellos mismos construyan su propio aprendizaje. Aprender activamente resulta mucho más eficaz que hacerlo de forma pasiva y, además, estarán adquiriendo hábitos, pautas y recursos que podrán utilizar en cualquier materia y en cualquier ámbito para formarse de manera autónoma o profundizar en un tema que les interese.
3. Acostúmbrales a pensar. Es más importante que memorizar o estudiar, incluso más que las matemáticas, la lengua o las ciencias naturales. Anima a tus alumnos a utilizar la lógica y la argumentación, a analizar lo que ocurre a su alrededor para cuestionárselo y a decidir por ellos mismos, porque son destrezas que ejercitarán a lo largo de la vida y cuyo aprendizaje te agradecerán siempre.
4. Muestra el lado práctico del conocimiento. Puede resultar más complicado con algunas asignaturas o niveles pero, siempre que sea posible, intenta completar las explicaciones teóricas con la aplicación real del conocimiento que estás transmitiendo a tus alumnos. Para ello, lo ideal es acercar la teoría a su realidad cotidiana, con experimentos, excursiones o salidas, anécdotas, enigmas, problemas sobre temas que les afectan directamente o supuestos a los que tendrán que enfrentarse dentro de unos años, por ejemplo, en el ámbito laboral.
5. Sorpréndeles. No te acomodes en un enfoque o forma de trabajar en el aula, sé creativo y busca nuevas ideas para que tus clases les resulten diferentes y motivadoras, desde un cambio radical hasta un pequeño detalle que llame su atención. No solo mantendrás el interés de tus alumnos y evitarás que ellos también se acomoden, sino que además comprobarás qué técnicas funcionan mejor, cómo les motivas de manera más eficaz y cuáles son las metodologías que se adaptan a tu forma de enseñar. Puedes recurrir a las TIC o a los juegos educativos, utilizar una canción, una película o una serie para enseñarles cualquier asignatura o llamar su atención con un video divertido.
6. Descúbreles un libro. Contagiar a tus alumnos el amor por la lectura es uno de los mayores regalos que puedes hacerles. Si encuentran un libro, un personaje o una historia que les enamore nunca olvidarán al profesor que se lo recomendó. Lee con ellos fragmentos de un cuento que te guste, haz una biblioteca de aula, anímales a traer a clase sus libros favoritos o pon en práctica algunas ideas para fomentar la lectura de forma diferente.
7. Transmíteles valores. Niños y jóvenes pasan en el centro escolar muchas horas de su vida y, entre números y conceptos, trabajos, exámenes y notas, tiene que haber espacio para la conciencia social, la tolerancia, el respeto y el resto de valores que harán de ellos personas comprometidas y responsables. Puedes analizar la actualidad para estar al tanto de lo que sucede en el mundo o reflexionar y debatir sobre conceptos y problemas éticos que afrontan a diario y que además puedes relacionar con la asignatura.
8. Dales voz y escúchales. Tus alumnos aprenderán de ti, pero tú también aprenderás de ellos si eres capaz de acercarte, tomarte un tiempo y escucharles. Practica la empatía, trata de entenderles y ponerte en su lugar y puede que te sorprendan. Prueba a ceder de vez en cuando el lugar de profesor a uno de tus estudiantes, ten siempre en cuenta que no hay dos cursos ni dos alumnos iguales, fomenta que todos se integren en clase y presta atención a los que se sienten solos.
9. Mantén una actitud positiva. El humor o la diversión son herramientas indispensables en el día a día en el aula y te ayudarán a mejorar el clima de la clase. Un gesto tan sencillo como una sonrisa puede servirte para transmitir el entusiasmo y la alegría de aprender y lo mucho que se puede disfrutar compartiendo conocimientos y experiencias. No te rindas cuando una clase se complique y de este modo les enseñarás la importancia de pensar de forma positiva para afrontar la vida, con sus problemas y dificultades.
10. Sé justo. Aunque trates de mantener el buen ambiente del aula, habrá momentos en los que tendrás que exigir, poner un examen, castigar o regañar a quien no atiende, se comporta mal o no hace los deberes. Estos pequeños enfrentamientos con tus alumnos son inevitables, pero será tu capacidad para gestionarlos lo que marque la diferencia. Mantén la calma, deja claros los motivos de tu resolución y actúa con justicia: reprende a quien lo merece, pero ofrécele siempre la posibilidad de solucionarlo, dale una segunda oportunidad y recuerda también premiarle con tu reconocimiento cuando corresponda.
Fuente: Aulaplaneta (2015). Sitio web de AulaPlaneta, área de educación del Grupo Planeta. Sección Recursos Tic. Diez consejos para convertirte en un profesor inolvidable. España. Recuperado de https://www.aulaplaneta.com/