El conflicto en las instituciones escolares
El artículo que destacamos en la presente edición de nuestro boletín, tiene como objetivo proporcionar a la comunidad escolar las herramientas necesarias que permitan visualizar el conflicto desde la perspectiva de la educación para la paz, como eje de transformación y crecimiento personal e institucional, así mismo fomentar la capacidad de transformar el conflicto por medios pacíficos. La metodología empleada en la construcción de este escrito se centró en la investigación documental, utilizando como técnica el análisis de contenido y el estudio de la sociedad actual, observando la presencia de conflictos en las instituciones escolares. De acuerdo a la forma en que se atienda transformará o provocará violencia, este fenómeno plantea la necesidad social de incorporar al sistema educativo acciones con una clara intencionalidad que permitan transformar el conflicto desde un proceso continuo, sistemático y permanente.
La escuela es una institución que educa para la vida y en la vida hay que saber convivir. Así de sencillo o más bien dicho, decirlo es sencillo, pero como institución social donde a diario se relacionan cientos de personas, vivir en convivencia resulta con frecuencia un dilema y más aún cuando no se le da la necesaria atención a la transformación de los conflictos. La escuela se puede convertir en un territorio hostil para docentes, directivos, alumnos y padres de familia, por eso, la transformación de conflictos reviste, en la actualidad, una exigencia especialmente apremiante. Todas las instituciones, y las escuelas no son la excepción, se caracterizan por vivir diversos conflictos de distinta índole, de diferente intensidad y con diversos protagonistas. Se suscitan permanentemente situaciones conflictivas que todos quienes están inmersos en un centro educativo han vivido y seguirán viviendo, pero se puede dar una mejor transformación a los conflictos.
Al hablar de conflicto se requiere desarrollar una visión alternativa, fundamentada en valores públicos, democráticos y colectivos, que sitúe la existencia del conflicto como elemento consustancial e insoslayable del fenómeno organizacional, necesario para la vida, en general, y para el desarrollo organizativo de las escuelas. Además, el conflicto exige afrontarlo con valor, pues el conflicto y las posiciones discrepantes pueden y deben generar debate y servir de base para la crítica pedagógica, y, por supuesto, como una esfera de lucha ideológica y articulación de prácticas sociales y educativas liberadoras. La concepción tradicional del conflicto, lo califica como una confrontación bélica, algo negativo, no deseable, sinónimo de violencia, riña, pelea, discusión, a nivel popular hay todo un vocabulario que se ha desarrollado para hablar del fenómeno de conflictividad humana y, en consecuencia, como una situación que hay que corregir, y, sobre todo, evitar. En el ámbito educativo, la concepción negativa del conflicto afecta a todos sus ambientes. Perturba el proceso de enseñanza-aprendizaje, el desarrollo social y funcional de la escuela, etc. Cualquier referencia que se hace al conflicto, lo caracterizan como una desviación, algo disfuncional, patológico y aberrante. Se resalta que hay que remediar, dirigir o darle resolución al conflicto, tratándolo como si fuese una enfermedad que invade y corroe el cuerpo de la institución.
Pérez-Archundia, Eduardo; Gutiérrez-Méndez, David (2016). EL CONFLICTO EN LAS INSTITUCIONES ESCOLARES. Ra Ximhai, 12(3),163-180. México. Recuperado de redalyc