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El diario como estrategia didáctica

29 Agosto, 2019

La tarea de planificar requiere del despliegue de una serie de habilidades y conocimientos por parte de los profesores, entre las que destaca el uso de estrategias pedagógicas que promuevan el desarrollo de aprendizajes significativos de los estudiantes, dentro de un marco constructivista. Con el fin de ofrecer alternativas de estrategias que enriquezcan el repertorio de nuestros lectores docentes o interesados en el tema, presentamos el uso del Diario como estrategia didáctica. Es sabido que cualquier estrategia que implique la escritura de reflexiones, opiniones o registros es tremendamente útil para desarrollar las habilidades vinculadas al proceso de redacción. Sin embargo, el Diario, además de promover las habilidades comunicativas, permite desarrollar el pensamiento, las habilidades de indagación científica, las habilidades sociales, entre muchas otras. Esto porque se le puede dar múltiples usos según el objetivo que se persiga. En el siguiente artículo encontrará fundamentación teórica respecto de la relevancia del uso de El Diario como estrategia didáctica, diferentes tipos de diario que puede implementar en su práctica pedagógica y algunas recomendaciones básicas a considerar para escribir un diario, independiente del tipo de que se trate.

El diario como estrategia didáctica

El diario es un escrito personal en el que puede haber narrativa, descripción, relato de hechos, incidentes, emociones, sentimientos, conflictos, observaciones, reacciones, interpretaciones, reflexiones, pensamientos, hipótesis y explicaciones, entre otros. Puede estar lleno de apuntes rápidos, espontáneos, autocríticos y con cierto matiz autobiográfico, donde se da constancia de los acontecimientos propios y del entorno. Su uso implica pasión, disciplina, observación, memoria de los eventos, interés, entre otros. En síntesis constituye un lugar desde donde se puede usar la escritura, fotos, mapas, dibujos, esquemas, etc. para:
  • Reflexionar y pensar por escrito sobre las experiencias vividas.
  • Documentar y sistematizar la experiencia.
  • Realizar labores de experimentación, ya que permite hacer comparaciones, establecer relaciones entre las informaciones, establecer conclusiones y tomar decisiones sobre los siguientes pasos de la experimentación.
El diario ha sido analizado por varios autores como un instrumento de formación, que facilita la implicación y desarrolla la introspección; y de investigación, que desarrolla la observación y la autoobservación recogiendo observaciones de diferente índole (Latorre, 1996). Dos de los autores que más han analizado el diario como estrategia didáctica son Porlán y Martín, para ellos constituye una herramienta para la reflexión y análisis del pensamiento reflexivo, por tal motivo tiene un gran potencial en la investigación. En el diario puede recogerse lo que sucede en el espacio de labores, desde el punto de vista de quien escribe, anotando en él una descripción de lo que ocurre, así como sus interpretaciones e impresiones, lo cual posibilitará sacar más adelante conclusiones acerca de las razones del comportamiento. Esto posibilita el abandono de conductas robotizadas y rutinarias, permitiendo la reflexión y potenciando la capacidad de generar un conocimiento profesional crítico. Además, constituye una guía para la reflexión sobre la práctica, favoreciendo la toma de conciencia sobre el propio proceso de evolución y sobre los propios modelos de referencia. Algunos de sus objetivos pueden ser:
  • Recoger información significativa sobre un proceso.
  • Racionalizar las impresiones generales.
  • Acumular información histórica.
  • Favorecer actitudes investigativas, ya que estimula la descripción de sucesos, la detección de problemas y la reflexión crítica, a través del diseño de alternativas (hipótesis) y la capacidad de observación, entre otros.
Un profesor investigador no deberá moverse bajo unas pautas consideradas como convenientes y fijadas por otros, asumiéndolas sin cuestionar nada, sino que conocerá como debe actuar a raíz de contrastar su práctica cotidiana con otras prácticas y teorías educativas, sociológicas y psicológicas. Además, deberá cuestionarse no sólo cómo deben hacerse las cosas sino que también se preguntará los porqués y estará obligado a la reflexión constante, sometiendo a contrastación crítica cualquier comportamiento, creencia o teoría (Torres, 1986). TIPOS DE DIARIO Existen muchos tipos de diario según los objetivos que se planteen con los mismos. Algunos tipos de diario son: Diario personal: también llamado diario de vida. Es informal y en él se escribe cómo se siente y piensa, como lo que sucede a diario en lo personal, en el entorno de amistades, familiar, escolar o laboral. Ayuda a pensar en la misma persona, mirarse, tratar de entenderse y tratar de entender a los demás. Es utilizado por muchos escritores y creadores y puede convertirse en un futuro en parte de una autobiografía. Diario de viaje: en él se narra la experiencia personal, para que la lean amigos y familiares o como un aporte a la comunidad de viajeros. Puede incluir información del lugar visitado, datos útiles para quienes quieran ir a ese lugar, experiencias personales o anécdotas y fotos. Puede contener entre otros: una breve historia del lugar, su geografía y situación política-económica; el porqué se ha decidido visitar ese lugar; cuáles considera las “paradas obligadas” o los lugares más importantes que un viajero no debería perderse al visitar ese lugar; qué otras cosas recomienda (restaurantes, museos, cámara, repelente de mosquitos, medicamentos, etc). El relato puede hacerse día por día o con un texto que comprenda toda la estadía, representa la esencia de donde se estuvo y aquello que se considera único. Diario escolar: es una hoja de registro de información que elabora el estudiante a medida que avanza sobre los distintos temas del curso. Este registro da cuenta del trabajo del estudiante, de su producción a partir del estudio independiente y la interacción con otros, da cuenta de sus reflexiones, sus propuestas, sus preguntas y respuestas. En él se escriben todas las cosas relacionadas con los estudios, memorias de estudiante, entorno de la institución educativa (personas, salones, bancas, jardines, etc.). Busca agudizar la capacidad de observación de lo que pasa alrededor. El diario como archivo de experiencias y método para documentar vivencias: tiene como objetivo conducir a la investigación. La técnica de este diario tiene aplicaciones en el quehacer académico y puede ser un punto intermedio entre la experiencia y la reflexión, pues funciona como punto de enlace. Ejercita una forma de recopilar de manera sistemática experiencias preliminares a la reflexión. Se basa en que la reflexión teórica tiene su fundamento, constatación y soporte en la realidad y experiencia; y a su vez la experiencia se enriquece y orienta con la teoría. Es decir, existe una relación estrecha entre la vida cotidiana - con los pensamientos, sentimientos y conductas, con la subjetividad de percepción de la vida - y el trabajo intelectual, por tal motivo este tipo de diario busca evitar la separación entre el quehacer intelectual y la propia cotidianidad. Es muy propicio para la investigación ya que permite plasmar por escrito y documentar la acción recíproca entre la experiencia vital y los pensamientos que dicha experiencia genera con miras a la investigación: busca que la práctica no se convierta en acto espontáneo o simple activismo, y que no quede solamente como acto teórico. De esta manera es propicio, entre otros, para que los estudiantes planteen su tema de investigación para las tesis de grado, ya que proporciona insumos teóricos y trabajo experimental, apoyado en experiencias de aprendizaje directo. Diario de campo: puede ser un archivo para acumular la información que se va consiguiendo durante el transcurso del trabajo de campo, almacena datos, nombres, mapas, planos y todas las referencias necesarias para seguir elaborando la propia información. Puede servir de agenda para anotar citas y horarios; puede utilizarse como diario en el que se reseñe todo lo que va ocurriendo; finalmente se puede convertir en una memoria o diccionario en el que se apunten las palabras desconocidas, las siglas, los nombres de personas o de lugares, los organismos o países, direcciones de Internet, etc., que contribuyan al estudio. También puede registrarse lo que aportan los entrevistados, notas sobre mapas y planos, que sirvan para localizar personas o situaciones y que resulten imprescindibles para el resumen final. Pueden hacerse dibujos de lo que se ve y recuerda. En general, es un instrumento para analizar, categorizar y hacer una revisión crítica de la propia labor. Proporciona a autores, formadores, asesores e investigadores de la cotidianidad elementos para la reflexión que ayude al enriquecimiento del inventario de alternativas posibles de acción, de la ampliación de la capacidad de acción y de la transformación de las prácticas. Diario docente: es un instrumento útil para provocar la reflexión pedagógica, ya que posibilita la descripción, análisis y valoración de la dinámica de los procesos de docencia y de aprendizaje mediante un relato sistemático y pormenorizado de lo sucedido. El diario docente permite recoger observaciones de hechos considerados relevantes para el docente y que contribuyen al conocimiento de la realidad del grupo de estudiantes, así como plasmar y reflexionar críticamente su propia actividad teórico-práctica. Es un recurso importante para la investigación en el aula y guía de evaluación, así como de futuras planificaciones. Porlán y Martín (1991), dos de los teóricos que más se han dedicado a su estudio, parten de la idea de que toda práctica obedece a una teoría y la relación entre ambas no se plantea en términos jerárquicos, sino dialécticos. En este sentido, el docente es un profesional que diagnostica problemas, formula hipótesis de trabajo, experimenta y evalúa, escoge materiales, diseña actividades y establece relaciones entre conocimientos diversos. Desde esta perspectiva el diario del profesor podría ser el receptáculo de todo este trabajo educativo, punto de reflexión y salida para nuevas actuaciones, ya que suministra información respecto a la estructura y funcionamiento de su actividad mental y constituye uno de los instrumentos básicos de evaluación que debe elaborar si pretende tener una actitud reflexiva en su labor. No es un método objetivo de observación, ni una catalogación exhaustiva de las actividades de la clase, pero sí permite poner al descubierto esa relación que existe entre las concepciones y creencias del profesor y su acción didáctica. Y esto a su vez es fundamental para la transformación en las prácticas docentes, ya que todo cambio de la acción didáctica del docente ha de pasar necesariamente por un cambio de sus concepciones o creencias. De esta manera, la trasformación cualitativa de los procesos de enseñanza-aprendizaje debe pasar por un conocimiento personal que permita sentar las bases para el diseño de una propuesta de formación de profesionales autónomos, críticos y reflexivos. IMPORTANCIA DEL DIARIO EN EL PROCESO FORMATIVO La utilización de los diarios en la formación profesional ha sido justificada por varios autores como Zabala, Yinger, Porlán y Martín, entre otros. Algunos de los principales valores que encuentran en la utilización del diario como estrategia de formación están:
  • Es activo y personal.
  • Implica una reflexión sobre lo narrado y sobre la conducta profesional.
  • Requiere una estructuración deliberada de su significado relacionando la información obtenida con la ya experimentada con anterioridad.
  • Es multirrepresentacional e imaginativo y favorece la organización de la experiencia vivida en la formación.
  • Facilita la reconstrucción del proceso seguido, con lo que se obtiene información sobre la evolución del pensamiento del profesor.
  • Permite la obtención de autoinformación reforzadora e informativa.
  • Favorece la estructuración, síntesis y análisis de la información.
  • Fomenta el autoanálisis.
  • Facilita la inclusión de la acción en los comentarios del profesorado.
  • Produce un filtraje cognitivo de la conducta y un alejamiento respecto a ella.
  • Permite detectar problemas y explicitar las concepciones personales.
  • Posibilita el cambio de concepciones.
  • Facilita la transformación de la práctica.
¿CÓMO SE ESCRIBE UN DIARIO? El uso del diario como estrategia didáctica depende en buena medida de las posibilidades que cada docente encuentre en él y de la creatividad con la cual proponga la actividad. Es claro que es útil en procesos formativos que tengan que ver con prácticas profesionales y en general con el desarrollo de competencias como: observación, descripción, análisis, síntesis, valoración, sentido crítico, reflexión y autorreflexión, entre otros. Se va a retomar la propuesta de Martín y Porlán para plantear una metodología de escritura del diario del profesor. Sin embargo, esta no tiene que circunscribirse sólo a este tipo de diario sino que puede llevarse a otros ámbitos del proceso de aprendizaje. Esto autores hablan de dos fases para la escritura del diario: 1. Fase de descripción: en la cual se registran las "impresiones que, como en una película, se nos quedan después de terminar o en el intervalo de una jornada" (Martín, 1994). Luego se puede ir sistematizando el registro, siguiendo un guión que se haya fijado con anterioridad. Estos autores proponen utilizar el siguiente:
  • Descripción general de la clase: organización y distribución de la jornada.
  • Descripción pormenorizada de una o varias actividades.
  • ¿Qué hace el profesor durante su desarrollo?
  • ¿Qué hacen los estudiantes?
  • Acontecimientos más significativos durante su desarrollo: tipos de conductas, frases textuales (de profesores y estudiantes).
  • Descripción de conflictos (si los hubo) entre los estudiantes y, entre los estudiantes y el profesor.
  • Dudas y contradicciones personales, reflexiones que surgen durante o después del desarrollo de las actividades.
2. Fase de descripción + análisis: aunque durante la fase anterior se van añadiendo interpretaciones, impresiones, reflexiones y valoraciones espontáneas, en esta nueva fase, plantean Porlán y Martín, debe irse incorporando un cierto grado de diferenciación entre lo que se describe y el análisis más sosegado, sistemático y racional posterior o paralelo a la descripción. Este análisis, proponen los autores, puede referirse a problemas relacionados con la dinámica de clase, la metodología, la secuenciación y adecuación de objetivos y contenidos, la evaluación, etc. El diario debe ir pasando progresivamente de la primera a la segunda fase de tal modo que, al poco tiempo de elaboración del mismo, se pueda configurar el diario con dos partes: la descripción y el análisis, el cual proponen Martín y Porlán debe realizarse sobre los problemas o aspectos que retomamos y ajustamos al ámbito académico universitario en los siguientes puntos:
  • Primeros contactos con la realidad institucional y su entorno.
  • Descripción y análisis sobre las actividades diarias y rutinarias en las actividades académicas.
  • Reflexiones sobre las relaciones de comunicación en el aula, la disciplina, las relaciones entre estudiantes y profesores y entre estudiantes entre sí.
  • Cómo se aprende y se enseña en la clase, el tipo de actividades que se realizan en general y en cada una de las áreas.
  • Uso del libro de texto, Internet, material web y otros materiales didácticos.
  • Cómo se evalúa y cómo se programa.
  • Cómo se cree que percibe el profesor a los estudiantes o viceversa.
  • Atención especial a algunos estudiantes.
  • Relación entre la universidad y el medio.
  • Comunicación entre los profesores y la universidad, entre los mismos docentes y el equipo directivo y las comunicaciones con ellos.
  • Actividades complementarias.
Martín y Porlán advierten que es posible que al empezar el diario pueda darse una visión simplificada y poco diferenciada de la realidad, lo cual conduce a que se centre inicialmente en aspectos anecdóticos, olvidando las variables del contexto. Pero el diario debe propiciar el desarrollo de un nivel más profundo de descripción hasta llegar al relato sistemático. Pero con el paso del tiempo debe irse clasificando, por ejemplo, si lo que se observa son los procesos de docencia y aprendizaje pueden categorizarse en el siguiente tipo de observaciones:
  1. Las referidas al profesor tipos de actividades, conductas normativas y reguladoras, etc.
  2. Las referidas a los estudiantes, comportamientos individuales y del grupo clase, participación en las actividades, concepciones más frecuentes, etc.
  3. Las referidas a la comunicación, a la organización, al cronograma, etc.
Luego, el análisis de estas observaciones puede problematizarse a partir de preguntas como: ¿qué conductas suelen manifestar los estudiantes frente a determinadas actividades? ¿cuál es la respuesta del estudiante frente a determinado comportamiento del profesor? ¿cómo influye en el desarrollo de las actividades una reorganización del espacio? De esta manera, las primeras descripciones deben conducir a una visión más analítica a media que se van categorizando y clasificando los distintos acontecimientos y situaciones recogidos en el diario. Al mismo tiempo que se reflejan y detectan los problemas prácticos, estos se van aclarando y delimitando en la mediad que van siendo trabajados. En este sentido, plantean los autores que todo problema es un proceso continuo que se va desarrollando, reformulado y diversificando en sucesivas aproximaciones desde lo general a lo concreto, desde la descripción al análisis, desde la explicación a la valoración. En conclusión, el proceso sería descripción, análisis y valoraciones recogidas en el diario, un segundo momento de lectura, discusión y análisis de todo lo anterior, a través del cual se realice un intercambio de puntos de vista, experiencia, etc., un tercer momento para la detección de problemas y finalmente la elaboración de conclusiones para el diseño de nuevos programas de intervención. ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA LA ELABORACIÓN DEL DIARIO
  1. No tener miedo de escribir la experiencia personal y las actividades académico-intelectuales o profesionales. Anotar aquellos sucesos que producen fuerte impresión, ideas que emergen de la experiencia, sentimientos frente a hechos. Todo ello debe documentarse en el diario antes de que se desvanezcan en el recuerdo. También, pueden consignarse poesías, dibujos, fotos alusivas a lo que se desea expresar, pensamientos, entre otros. Puede hacerse una "lluvia de ideas" que surjan en torno a un tema o temas de investigación o en relación con una vivencia. El poner todo esto por escrito ayudará después a delimitar el enfoque que quiere darse en el tratamiento de algún tópico de investigación, entre otros.
  2. Ser organizados y sistemáticos al elaborar un diario. Es como organizar una agenda de investigación. Dicha organización va surgiendo de la experiencia misma, clasificando lo que se va documentando con encabezados, notas personales, resúmenes de libros, notas bibliográficas y esbozos de proyectos.
  3. Tomar notas de todo cuanto merezca ser leído. Las notas pueden tratar de captar la estructura del razonamiento del autor o bien, tomar notas de ideas, temas, asuntos particulares en los que se esté interesado de acuerdo a la organización del diario.
  4. Registrar observaciones y notas de campo. El registro debe iniciarse desde los primeros contactos con la experiencia que se quiere documentar. El registro de observaciones y de la información proveniente de otras fuentes, como conversaciones informales, debe hacerse tan pronto como sea posible. Estos registros no sólo se efectúan durante el trabajo de campo, sino también después, al recordar o trabajar acontecimientos y sentimientos significativos no anotados. Además, debe distinguirse en las anotaciones y registros las partes que corresponden a descripciones de las interpretaciones y aclaraciones del observador. En la medida también de lo posible, las palabras de otras personas deben reproducirse fielmente entre comillas y con su referencia.
  5. Estructura de las notas y registros. Tener orden y regularidad en el registro de las notas. Realizar la identificación completa, fecha, tiempo de observación, lugar, circunstancias especiales. Hacer diagramas y dibujos simples de los lugares en los que se hacen observaciones, ubicación de las personas y objetos. Esto en el caso de querer documentar una visita a algún lugar especial de observación. Escribir notas al margen para hacer aclaraciones, hipótesis tentativas y otras anotaciones de utilidad en la etapa de análisis del material recogido. Diferenciar temas con anotaciones que permitan separar e identificar actividades o situaciones diferentes.
Referencias
  • Gonzalo, R.(2003). El diario como instrumento para la formación permanente del profesor de educación física . Ef Deportes, 60. Recuperado de https://www.efdeportes.com/efd60/diario.htm
  • Latorre, A. (1996). El Diario como Instrumento de Reflexión del Profesor Novel. Actas del III Congreso de E. F. de Facultades de Educación y XIV de Escuelas Universitarias de Magisterio.Guadalajara: Ed. Ferloprint.
  • Martínez Bonafé, J. (1988). Pensamiento del Profesor y Renovación Pedagógica. Revista Investigación en la Escuela, 4, 15-19.
  • Porlán, R. (1987). El Maestro como Investigador en el Aula. Investigar para Conocer, Conocer para Enseñar. Revista Investigación en la Escuela, 1, 63-69.
  • Porlán R, y Martín J. (1991). El Diario del Profesor. Sevilla: Ed. Diada.
  • Shavelson, R. y Stern, P. (1985) Investigación sobre el Pensamiento Pedagógico del Profesor, sus juicios, decisiones y conducta. En Gimeno, J y Pérez, A. La Enseñanza: Su Teoría y su Práctica.Madrid: Ed. Akal.
  • Torres, J. (1986). El Diario Escolar. Revista Cuadernos de Pedagogía, 142, 52-55.
Fuente: Ospina, Diana Patricia (2005) El diario como estrategia didáctica. Aprende en Línea. Universidad de Antioquia. Colombia. Recuperado de https://aprendeenlinea.udea.edu.co/

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