Aprendizaje
El proceso de enseñanza-aprendizaje desde una perspectiva comunicativa
6 Septiembre, 2012
"En los últimos años se ha dado mucha importancia a la relación educación-comunicación. Educación, hoy, es construcción de significados que tienen como base la comunicación; entendida como el conjunto de recursos personales, psicológicos y pedagógicos que un profesor utiliza, o puede utilizar, en su relación con el estudiantado, cargada, no solo, de conocimientos de la ciencia que explica, si no también de sensibilidad y afectividad que potencien su crecimiento personal; donde la práctica pedagógica diaria sea percibida como un proceso de construcción de significados y la comunicación que se desarrolle en las aulas posibilite el desarrollo de un clima favorable entre todos los participantes del proceso"Escrito por: Gisela Bravo López; Maritza Cáceres Mesa; Universidad de Cienfuegos, Cuba
Introducción
En los últimos años se ha dado mucha importancia a la relación educación-comunicación. Educación, hoy, es construcción de significados que tienen como base la comunicación; entendida como el conjunto de recursos personales, psicológicos y pedagógicos que un profesor utiliza, o puede utilizar, en su relación con el estudiantado, cargada, no solo, de conocimientos de la ciencia que explica, si no también de sensibilidad y afectividad que potencien su crecimiento personal; donde la práctica pedagógica diaria sea percibida como un proceso de construcción de significados y la comunicación que se desarrolle en las aulas posibilite el desarrollo de un clima favorable entre todos los participantes del proceso. No es difícil observar que en la mayoría de los salones de clase los estudiantes tienen que atender permanentemente al profesor, quién poseedor de los conocimientos, los transmite como verdades acabadas, dando poco margen para que el estudiante reflexione y llegue a soluciones, de forma independiente. Es por ello que la cuestión principal sigue siendo, probablemente, bajo qué concepción y con qué procedimientos realizar los cambios fundamentales para desarrollar un proceso docente educativo comunicativo, independiente y creador. De ahí que el objetivo de este trabajo sea caracterizar el objetivo del proceso enseñanza- aprendizaje como uno de los componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje, desde una dimensión comunicativa, de manera que el tratamiento didáctico del mismo propicie en la práctica, una interrelación entre profesores y alumnos y alumnos entre sí y permita la implicación del alumno en su propio proceso de aprendizaje. Caracterizar el objetivo separado de los demás componentes, de ninguna manera significa que se desconozca el carácter sistémico de dicho proceso.Desarrollo
En la literatura pedagógica son numerosos los trabajos que tratan el problema de los objetivos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. En ellos encontramos diversas definiciones, clasificaciones, funciones, características y principios para la determinación y formulación de los objetivos de un plan de estudios, asignatura y plan de clase. Se les ha denominado de diferentes maneras, (funcionales, instructivos, terminales, específicos, operativos…), se han elaborado taxonomías para clasificarlos, según el dominio a que hacen referencia (Bloom, 1971), llegando a formular los resultados esperados del aprendizaje del alumno en términos de conductas observables (objetivos operativos) (Arrieta, 1989). El planteamiento de objetivos, como componente indispensable de toda actividad humana, ha sido trabajado por las más disímiles tendencias psicológicas: desde aquellas que de forma extrema, mecánica y particularizada han argumentado la necesidad de su concreción especifica (conductismo y neoconductismo), hasta aquellas que en reacción a estas teorías, han pretendido negar su existencia, eliminando del vocabulario psicológico y didáctico el término que convencionalmente lo designa, proponiendo en sustitución otros más abarcadores y generalizadores como el de proyecto, finalidades y otros. Sin embargo, producto de la influencia que ha ejercido el enfoque tecnológico en la enseñanza (variante contemporánea que se fundamenta teóricamente en él, conductismo o neoconductismo), el criterio dominante actualmente en la práctica educativa, consiste en darle prioridad al objetivo en la programación de la enseñanza, e incluso en establecer una relación muy estrecha entre objetivos y resultados a lograr, quedando así todo el proceso evaluativo determinado por los objetivos inicialmente previstos. De igual forma se vinculan a los objetivos los restantes componentes del proceso de enseñanza-aprendizaje. En el pensamiento pedagógico latinoamericano, han surgido críticas al paradigma didáctico de los objetivos conductuales, por los presupuestos teóricos de los que ellos parten, y se han rechazado algunas tendencias que han llegado a posturas extremas, que niegan o rechazan incluso el uso del termino “objetivo” y prefieren apelar como ya se ha señalado a otras denominaciones como “finalidades”, “proyectos”, “propósitos” para designar el carácter dirigido a un fin que tiene la actividad humana. Sin embargo, esta postura se contrapone a un hecho cierto: toda actividad se construye sobre la base de finalidades u objetivos que orientan las acciones humanas en pos de sus metas. De aquí que no sea posible prescindir o restar importancia a los objetivos en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Lo importante en sí no es la palabra que se utilice en su denominación si no el contenido que ella designe, su forma de concebirlo, su significado en relación con el aspecto de la realidad que ella abarque. ¿Cómo entender entonces el objetivo en la enseñanza desde una dimensión comunicativa? ¿Qué funciones desempeña en este proceso? Desde esta perspectiva que se analiza, los objetivos tienen una significación fundamental, no como enunciados fijos e inmutables que haya que lograr a toda costa, sino como guías orientadoras del proceso. No puede concebirse que los fines o propósitos que el educador se trace, tengan necesariamente que traducirse de forma directa en resultados concretos, observados y medibles. Por un lado, porque los estudiantes se diferencian sustancialmente entre sí, comienzan su aprendizaje con niveles de desarrollo diferentes en sus conocimientos y habilidades, proceden de medios familiares y sociales variados, poseen una historia de vida particular y rasgos de personalidad muy diversos. Esto hace que las influencias educativas sean vivenciadas y vinculadas a esquemas referenciales diferentes. Por otra parte, y sobre la base de lo anteriormente dicho, durante el propio proceso la vida de cada alumno transcurre de forma muy diversa, enfrenta situaciones muy disímiles que dejan una huella específica en su personalidad. De acuerdo con Sacristán (1982) la pedagogía por objetivos responde a un modelo cerrado de programación que se limita a comprobar el logro de un objetivo. Mientras que la enseñanza, al ser un modelo abierto y flexible, debe considerar el proceso seguido por cada alumno. Como señala este autor, por imperativos del esquema conductista, solo son objetivos los que representan conductas observables. Estos objetivos se concatenan linealmente para alcanzar otros más generales, de acuerdo con un proceso también lineal de aprendizaje. En la concepción conductista existe un isomorfismo entre objetivos propuestos y logrados, en tanto uno y otros se concretan en términos conductuales. Este autor propone una concepción más flexible, mas abierta del objetivo, que es la que nosotros asumimos, donde no se da una coincidencia total entre objetivo propuesto y objetivo logrado, sino que se considera el objetivo declarado como una guía orientadora del proceso didáctico y del aprendizaje, que lleva a la consecución, por parte del estudiante, de un resultado peculiar para cada uno de ellos, de acuerdo con sus propias características. Esta concepción que se asume acerca del papel de los objetivos en el proceso de enseñanza- aprendizaje puede ayudar a precisar nuestra definición al respecto. Los objetivos del proceso de enseñanza-aprendizaje constituyen los fines o resultados, previamente concebidos como un proyecto abierto y flexible, que guían las actividades de profesores y estudiantes para alcanzar las transformaciones necesarias en estos últimos. Como expresión del encargo social que se plantea a la escuela reflejan el carácter social del proceso de enseñanza, sirviendo así de vínculo entre la sociedad y la escuela. Como se deduce de la definición anterior; los objetivos constituyen el componente que mejor refleja el carácter social de proceso de enseñanza-aprendizaje e instituyen la imagen del hombre que se intenta formar, en correspondencia con las exigencias sociales que compete cumplir a la escuela. Además de esta característica, juega una función de orientación dentro del proceso de enseñanza- aprendizaje, lo que equivale a decir que influye en el desenvolvimiento de los restantes elementos de este proceso, por ello cumple las funciones siguientes:- Es el elemento didáctico en el que se plasma y se concreta la intencionalidad educativa.
- Influye en el comportamiento del resto de los componentes y estos en relación de subordinación y coordinación influyen sobre el mismo.
- Orienta la actividad de profesores y estudiantes, pues al especificar el fin a lograr guía la estructuración del proceso para lograrlo y hasta que nivel llegar en el desarrollo previsto.
- Constituye un criterio de valoración de la efectividad o calidad del proceso, pues permite, en unión de otras determinaciones procedentes de la práctica, evaluar las acciones logradas en los estudiantes, la propia actividad del profesor y la programación previamente planificada en su proceso de realización y comparar la diferencia alcanzada entre el nivel de entrada y salida de los estudiantes.
- COMPRENSIBLES, que exista claridad en su redacción, que se comprenda claramente lo que se espera lograr, que el lenguaje que se utilice este acorde al desarrollo del estudiante.
- VIABLES, que puedan lograrse teniendo en cuenta: el tiempo, la base material de estudio, el nivel de entrada de los estudiantes y las posibilidades reales que ellos tienen de superar las insuficiencias en los requisitos previos. Esto de ninguna manera quiere decir que no sean susceptibles de modificación y ajuste en relación con los intereses de los estudiantes o con las condicionantes que impone su propia realización a la práctica de la enseñanza.
- SUSCEPTIBLES DE SER VALORADOS, deben contener los indicadores de calidad que permitan su ulterior valoración.
- Definir lo interesante y lo conveniente.
- Flexibilidad entre profesores y alumnos.
- Establecer los objetivos reflejando lo convenido, para que se individualicen y se conviertan para ambos en una tarea.
- Deben ser lo más concretos posible y con una sola intención pedagógica, es decir, una sola acción de acuerdo a las condiciones reales existentes para su logro en tiempo y forma.
- Elaborarse de forma clara para que sirvan como guía de orientación al trabajo del profesor y del estudiante.
- Deben ser negociados con los alumnos, teniendo en cuenta los conocimientos antecedentes que poseen los estudiantes y los consecuentes que deben alcanzar durante el desarrollo de la unidad y en el sistema de clases, así como el nivel de desarrollo intelectual del grupo.
- Que expresen lo que deben desarrollar los estudiantes tanto en lo intelectual, educativo, político, ideológico, ético, etc.
- Se debe tener presente el nivel de asimilación del conocimiento a lograr.