Evaluación
Estrategia para una retroalimentación efectiva
La retroalimentación surge bajo la necesidad de otorgar un mayor uso pedagógico a la evaluación, siendo una de las prácticas que mayor impacto genera en el aprendizaje de los estudiantes.
Me imagino que muchos de nosotros recordamos situaciones en donde estando en una sala de clases, nuestro profesor enérgicamente nos pidió la participación frente a una pregunta, corrigiendo nuestras respuestas y resaltando en primer lugar los aspectos negativos. La sensación de duda, inseguridad, nerviosismo e incluso miedo a participar abundaba en el salón de clases.
¿Tenía que ser de ese modo? ¿Cómo se define una retroalimentación efectiva? ¿Existe otra manera de hacerlo? La retroalimentación es efectiva cuando el estudiante logra aplicarla para mejorar su aprendizaje, por sobre el resultado inmediato de un trabajo. Pero ¿Qué significa retroalimentar? ¿Qué estrategia o técnica concreta podemos utilizar en el aula? Antes de proponer una estrategia determinada, realicemos un pequeño repaso a la definición de retroalimentar en el área educacional.
¿Qué es la retroalimentación?
La retroalimentación es el proceso en el cual un agente interno o externo, entrega información acerca del desempeño frente a una actividad determinada, se puede dar mediante opiniones o juicios fundados sobre el proceso de aprendizaje, siendo muy importante para conseguir aprendizajes significativos y de calidad. Es relevante destacar que dicho agente puede ser tanto el docente, compañero e incluso algún texto o libro.
¿Cómo puedo lograr una retroalimentación efectiva?
Para que una retroalimentación sea efectiva, el profesor necesita generar espacios de confianza y un clima que favorezca los estados emocionales positivos y de motivación, ya que estos movilizan las energías de los estudiantes para aprender. Diversos estudios demuestran que una retroalimentación negativa provoca desmotivación en los alumnos y estos muchas veces dejan de esforzarse (Timperley, 2017). Esto se debe a que la motivación moviliza las energías de los estudiantes para aprender.
Dicho lo anterior, podemos deducir que el ambiente de confianza, motivación y señales positivas emanadas desde el exterior contribuyen en la efectividad de una retroalimentación, logrando la tan anhelada consolidación del aprendizaje.
¿Qué técnica concreta podemos usar para llevar a cabo una retroalimentación efectiva?
Técnica “SANDWICH” de retroalimentación:
Cuando escuchamos relatos como el descrito al iniciar el presente artículo, somos conscientes de lo que experimentamos en nuestra vida estudiantil, e incluso de algunas prácticas que seguimos implementando en el aula. Pero lo que no comprendemos, es que muchas de esas metodologías impiden que el estudiante logre desenvolverse en un clima emocional favorable, que le permita comprender el contenido y consolidar su aprendizaje. Por lo tanto, abordando todo lo anteriormente expuesto, se propone como una estrategia efectiva, la técnica del “Sándwich” dentro de la retroalimentación.
¿De qué trata esta técnica? Es una técnica usada en las distintas etapas de la vida, la cual se traspasa al mundo educacional, siendo conocida como una estrategia efectiva para entregar un feedback constructivo cuidando no afectar la autoestima de la persona que recibe la información.
Para esto, se usa el ejemplo visual del sándwich, con la finalidad de ejemplificar las etapas de una retroalimentación adecuada.
- En primer lugar nos encontramos con la alabanza, la primera capa del "Sándwich". Simulando ser la puerta de entrada para emitir la corrección. Se comunica a la persona lo está haciendo bien y se valora el esfuerzo, considerando siempre las capacidades individuales del estudiante.
- En segundo lugar nos encontramos con el contenido, la parte más importante y atractiva del "Sándwich".
Cuando el estudiante ya está preparado emocionalmente, las amígdalas cerebrales reciben los estímulos positivos del exterior (la alabanza inicial emitida por el profesor): ¡Bien Anita, lograste ordenar en forma adecuada los números! ¡Te felicito por tu participación! En este momento el hipotálamo está preparado para recibir la información e iniciar el proceso de consolidación del aprendizaje. El estudiante escucha la corrección en un ambiente positivo de aprendizaje – ¡Anita lo hiciste muy bien! Pero recuerda que debes comenzar a sumar siempre por la unidad, para que el resultado de la suma sea el correcto. La estudiante debe comprender cuál fue su error, transformándolo en una oportunidad de aprendizaje. Pero ¿logrará aplicarlo en otros contextos? ¿Realmente aprendió la importancia de comenzar a sumar por las unidades?
Por último, nos encontramos con la alabanza final junto con el ejemplo. La última capa, es el sostén del famoso bocadillo. El estudiante recibe la corrección, pero necesita observar diversidad de ejemplos para lograr su comprensión, a tal punto, que sea capaz de aplicarlo en otros contextos o situaciones de aprendizaje.
La técnica propuesta cobra aún mayor relevancia cuando comprendemos la necesidad de aprender mediante la observación del profesor, modelando la ejecución de un ejercicio, siendo potenciado con la formulación de diferentes ejemplos. Entonces, el estudiante bajo un ambiente emocional favorable crea una imagen mental, absorbe los pasos que realiza el docente y se encuentra listo para su aplicación. Solo al llegar a esta etapa podemos determinar la efectividad de una retroalimentación.
Según lo expuesto anteriormente la técnica "Sándwich" contribuye a realizar una retroalimentación efectiva, favoreciendo el clima emocional positivo y reconocimiento de los pequeños logros, promoviendo las condiciones necesarias para lograr la consolidación del aprendizaje.
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Fuente: https://www.app-escuelas.online/