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Fobia Escolar

28 Febrero, 2017

Fobia Escolar Causas de la fobia escolar La fobia escolar es un trastorno con múltiples causas. A continuación se detallan por orden de frecuencia los principales motivos que pueden dar lugar a que tu hijo tenga pánico a ir a la escuela:
  • Mala experiencia directa en el ámbito escolar: una de las causas clave de esta fobia es una mala relación del niño con un profesor o con algunos compañeros, debida a experiencias en las que el pequeño ha manifestado unos niveles elevados de malestar, que intenta evitar no acudiendo al colegio.
  • Mala experiencia observada o contada por otras personas: la transmisión de información o la observación es otro medio de adquisición de fobias. No es necesario que el niño haya tenido una mala vivencia, basta con que la haya observado en otro compañero o se la hayan contado otros amigos o incluso en medios de comunicación. Por ejemplo, que un niño se haya peleado con otro, le hayan amenazado o una conducta agresiva por parte del profesor a otro alumno.
  • Refuerzo por parte de la familia: esta causa interviene fundamentalmente en el mantenimiento de la fobia escolar. Aparece cuando al niño se le presta más atención en los momentos que muestra miedo o se queda en casa que cuando no lo hace. De esta manera, el mantenimiento de la fobia le permite obtener ganancias.
  • Rasgos de personalidad del niño: déficit de habilidades sociales, timidez, tendencia al aislamiento, etcétera.
  Consejos para afrontar la fobia escolar La actitud de los padres es fundamental a la hora de detectar y abordar un problema de fobia social. Por un lado no se debe permitir que el niño no vaya a la escuela. Sin embargo, una actitud rígida e impositiva al respecto puede sensibilizar aún más al menor. Es por ello que los padres deben mostrar una actitud comprensiva y de aceptación de lo que al niño le ocurre, pero de “no aprobación” de su comportamiento resultante: no ir a clase. Por ejemplo, pueden usar frases como “Me doy cuenta de que lo pasas mal cuando debes ir al colegio y te comprendo, pero tenemos que buscar la forma para ayudarte a que pierdas el miedo”. O “es importante ir al colegio y yo estoy dispuesto a ayudarte de la manera en que lo necesites, pero quedándote en casa no lo estoy haciendo”. Volver a la escuela es la terapia más eficaz pues, como en el resto de las fobias, es muy importante ayudar al niño a enfrentarse a su miedo. A la exposición se pueden añadir otras técnicas como la relajación previa en casa para que el niño vaya menos activado, o la visualización emotiva de imágenes agradables (por ejemplo verbalizar al niño las cosas buenas que puede encontrar cuando vaya a clase, así como la forma de resolver las dificultades que podría encontrar allí con su profesor u otros compañeros). Un psicoterapeuta especializado es quien entrena a los padres en la aplicación de estas técnicas. Si conocemos el motivo por el cual el niño no quiere ir al colegio es importante hablar de esto con él y transmitirlo en la escuela, para que también lo tengan en cuenta facilitándole el terreno en la medida de lo posible (por ejemplo, si hay un niño que le insulta debemos pedir a su tutora que esté especialmente pendiente de dicho niño y del comportamiento de nuestro hijo). De una manera suave, pero firme, los padres deben insistir en el regreso inmediato del niño a la escuela, por lo que deben explicarle que debe volver al día siguiente y así cumplirlo. Después, es recomendable que durante el camino a la escuela se elija un tema de conversación agradable para el niño, sin evitar el tema en caso de que el pequeño exprese su malestar, pero manteniendo la postura de que debe ir a la escuela y afrontar sus miedos. También es importante que los padres ayuden al niño fuera de casa a pasar más tiempo con otros chicos y chicas de su edad y no tanto con ellos. De esta manera, adquirirá las habilidades sociales adecuadas para relacionarse con sus compañeros de clase.   ¿Qué se puede hacer desde el colegio? El papel que juega el establecimiento, sus profesores, en la fobia escolar es también fundamental a la hora de detectarla, pero mucho más aún a la hora de eliminarla. La actitud de los docentes debe ser tolerante y comprensiva a la vez que firme respecto a la importancia de acudir al colegio todos los días. La escuela no debe sobreproteger al alumno con fobia escolar, pero sí facilitarle las cosas en la medida de lo posible, colaborando con los padres y un psicólogo especialista. Especialmente si el problema del niño radica en algún aspecto que provenga del colegio, este deberá hacerse cargo de abordarlo de forma inmediata con el fin de poder facilitar el bienestar del alumno en su aula. Por otro lado, es importante que los profesores empleen el refuerzo positivo ante la conducta del niño a venir a clase; esto es, nunca hay que ridiculizarle, sino animarle por haber venido, elogiando sus logros y avances en este terreno de una forma sutil, para que no se sienta distinto a sus compañeros.

Fuente.

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