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Juegos para la etapa de educación infantil
1 Mayo, 2019
El recurso didáctico que compartimos corresponde a un artículo publicado en la revista digital de Andalucía llamada "Temas para la educación", y contiene una batería de juegos que se pueden implementar en las salas de educación infantil, con propósitos distintos. La etapa educativa que experimentan niños y niñas en la educación parvularia, se caracteriza por la importancia que tiene el desarrollo de todos los procesos madurativos, desde los puramente motores a los afectivos, socializadores y cognitivos. Según Fröebel el juego es la vía por el cual el niño y la niña se desarrolla de manera integral, y evoluciona en complejidad según la maduración. En las aulas de educación infantil debería ser el motor que impulse el aprendizaje.
El juego se considera el eje vertebrador sobre el que giran todas las acciones y vivencias infantiles. Con el juego, el niño y la niña disfruta, se entretiene, se distrae, crea y recrea, trabaja, se relaciona con otros niños y niñas… vive intensamente su realidad como ser inteligente. Además se le puede entender como la actividad corporal natural más importante de la vida del niño y la niña, pues en su práctica efectúa movimientos globalizados para los que necesita intuición, destreza, equilibrio y un aporte de energía que facilite su realización.
En concordancia con lo señalado en las Bases Curriculares de la Educación Parvularia, el juego es, en este nivel educativo, un concepto central. Se refiere tanto a una actividad natural del niño o niña como a una estrategia pedagógica privilegiada. Son innumerables las actividades que pueden llamarse juego en los párvulos a diferentes edades, desde tocar, golpear, manipular, llevarse todo a la boca, juntar hojas o piedras, amontonar, insertar anillos, cabalgar en un palo de escoba, imitar a la mamá, hasta participar en una dramatización, en juegos y actividades con determinadas reglas. El juego de ejercicio sensorio motor, en los que niños y niñas en forma individual utilizan todos los sentidos y los movimientos, es frecuente desde los primeros meses, pero no es exclusivo del nivel sala cuna. Más adelante, toman la forma de actividades motrices, donde correr, saltar, empujar y otros movimientos intervienen en otros juegos o actividades lúdicas, ejercitando sus nuevas destrezas corporales y/o liberando energía y tensiones. Otro tipo de juego, más propio del nivel de transición, es el de reglas, donde la estructura básica es grupal y consensual. El grupo determina la actividad a realizar, la cual se organiza en torno a unas reglas voluntariamente aceptadas. La naturaleza de las reglas es variable, pueden emerger en el momento o preexistir. A partir de los dos años aproximadamente, es frecuente el juego simbólico, en el que los niños y las niñas crean espontáneamente situaciones con su imaginación y a menudo dan un nuevo significado a los objetos y situaciones reales. La situación imaginaria que crean no es cualquiera; a través de estos juegos actúan sus necesidades, motivos profundos, aspiraciones afectivas. En este tipo de juego los párvulos ensayan comportamientos que aún no son capaces de hacer cotidianamente.
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