Convivencia Escolar
La convivencia escolar y la formación ciudadana
5 Mayo, 2019
Esta semana compartimos un trabajo elaborado en el contexto Cubano, que trata sobre la convivencia y la solución de los conflictos para contribuir a la formación ciudadana de los estudiantes en la Secundaria Básica. Se destaca la forma en que la escuela debe enseñar a los estudiantes a ser buenos ciudadanos, las diferencias entre el ejercicio pasivo y activo de la ciudadanía y las dificultades que existen en la convivencia escolar a pesar de las orientaciones institucionales existentes. Se realiza un análisis teórico respecto de la solución de los conflictos como un aspecto que afecta la convivencia y la propuesta de un sistema de acciones para contribuir a la preparación de los Profesores Generales.
La formación ciudadana es base y fundamento de la formación integral del ser humano. Corresponde al desarrollo de una actitud responsable para la convivencia social presente y futura. Incluye diversas dimensiones, compuestas por todos aquellos elementos que dotan al estudiante de modelos de comportamiento adecuados para desenvolverse en la sociedad en general, ante cada una de las instituciones, sus miembros y ante las propias necesidades e intereses que como ciudadano tiene. Dentro de esas dimensiones, la educación para la convivencia desempeña un papel preponderante en la formación ciudadana de los adolescentes, dada la influencia de las informaciones del desarrollo tecnológico, la propia crisis de valores que existe a nivel global y que se manifiesta en la intolerancia, en la falta de respeto a lo diferente, en el uso de la violencia como vía para solucionar los conflictos de cualquier índole, las agresiones a poblaciones civiles, y la readecuación o movimiento de valores en la escala de determinados grupos o clases de la sociedad, a la cual pertenecen los escolares .
Es por tanto un imperativo en la formación ciudadana de los adolescentes enseñarles a comprender la inevitable presencia de conflictos en la vida escolar y social en general, así como diferentes estrategias para solucionarlos sin recurrir a manifestaciones de violencia, ya sea en el plano escolar, social o familiar, ya que estas deterioran las relaciones interpersonales y pueden causar lesiones de diversa índole. Para ello es imprescindible que los profesores reciban y mantengan una preparación acabada y desde su formación inicial docente.
La escuela debe enseñar a los escolares a ser buenos ciudadanos mediante el currículum formal, pero también el oculto, a través de mensajes subliminales que el estudiante recibe en la relación con sus profesores, en la organización de las clases y en la ética sobre la naturaleza del buen ciudadano, que es aquel que posee autonomía personal; consciente de su participación responsable; poseedor de derechos que deben ser respetados y con los deberes que estos traen aparejados, vínculos con sus conciudadanos y participación responsable en proyectos que lleven a transformaciones positivas en la sociedad. De ahí que la institución escolar debe responsabilizarse con la educación ciudadana de sus estudiantes, haciéndoles sentir que son miembros y parte suya, como comunidad cívica. No es posible el desarrollo y preservación de una sociedad democrática sin una participación activa de los ciudadanos.
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