Evaluación

La evaluación de los aprendizajes. Problemas y soluciones.

En esta perspectiva, se señala la evaluación, en su dimensión pedagógica, formativa, como un elemento más del proceso de enseñanza aprendizaje. Se manifiesta en su esencia cuando no lleva aparejada una calificación o cuando esta no tiene repercusiones más allá de la valoración del progreso del interesado. En ocasiones se pretende contraponer las funciones formativa y certificadora de la evaluación; sin embargo, ambas funciones, no son, en absoluto, excluyentes sino complementarias: evaluamos, fundamentalmente, para mejorar, pero ¿cómo mejorar sin saber de dónde partimos ni adónde hemos llegado? Medir, interpretar, valorar y tomar decisiones: todo ello constituye el proceso de evaluación, un proceso complejo, global que cobra su verdadero sentido no en una u otra de sus fases sino en la totalidad de la misma, estableciéndose un bucle interminable, continuamente perfectible. La evaluación es un elemento indispensable que forma parte natural de cualquier actividad humana, deportiva, académica, labora; personal o grupal, que implique un proceso; es la brújula que nos va indicando si llevamos la dirección y velocidad adecuadas hacia nuestro objetivo. Siguiendo con el símil, la evaluación es un corrector automático de dirección, que tiende constantemente a llevarnos a la senda prefijada originalmente, con el fin de corregir errores sobre la marcha, variar la dirección, aumentar la intensidad, dosificar las fuerzas o incluso abandonar a tiempo la carrera.

La incorporación del concepto de competencias ha venido a enriquecer y complicar el proceso de evaluación. Evaluar competencias es mucho más difícil que evaluar únicamente conocimientos o procedimientos, requiere una nueva perspectiva, nuevas formas y nuevos instrumentos. En el texto se proponen una serie de consideraciones que favorecen un proceso evaluativo de calidad: la evaluación ha de establecerse en función de unos objetivos previamente establecidos, claramente formulados y conocidos por todos los intervinientes en el proceso evaluador; definir una serie de criterios de evaluación válidos, así como estándares o niveles de aprendizaje, y unos instrumentos de evaluación igualmente válidos y fiables. Desde ahí la autora nos ofrece una reflexión que permita la vinculación de la evaluación de contenidos, objetivos y competencias como una triada.

Arribas Estebaranz, José María (2017) La evaluación de los aprendizajes. Problemas y soluciones. Profesorado Revista de Currículum y formación del Profesorado, Vol. 21, Núm. 4. Recuperado de recyt.fecyt

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