Convivencia Escolar

La inteligencia emocional y la educación de las emociones desde el modelo de Mayer y Salovey

Progresivamente las instituciones escolares han reconocido que además de información y formación intelectual los niños y los adolescentes necesitan aprender otro tipo de habilidades no cognitivas. En definitiva, han suscrito la importancia del aprendizaje de los aspectos emocionales y sociales para facilitar la adaptación global de los ciudadanos en un mundo cambiante, con constantes y peligrosos desafíos. La escuela del siglo XXI ha asumido y reflejado desde el inicio este debate y se ha comprometido con la doble misión de educar tanto la cabeza como el corazón, lo académico y lo emocional. Con la certeza de que ambos tipos de aprendizajes están inseparablemente interconectados y que se trata de una falsa dicotomía: No es necesario apostar por uno de ellos en detrimento del otro. Para dar respuesta a estos problemas y riesgos potenciales, diferentes organizaciones e instituciones han propuesto diversas iniciativas. En España, podemos encontrar en las publicaciones y páginas Web del Ministerio de Sanidad y Consumo y el Ministerio de Educación y Ciencia, así como en las correspondientes publicaciones y páginas Web de cada comunidad autónoma y diversas organizaciones no gubernamentales, diferentes programas de prevención y promoción educativa que van desde la educación vial, hasta el consumo de tabaco y alcohol, pasando por la educación en valores.

Así, las escuelas, institutos e incluso las universidades, aunque en menor medida, han sido saturadas de la implementación simultánea de programas de prevención. Esta situación de sobre respuesta política e institucional bienintencionada ya se produjo en los 90 en EE.UU. La conclusión diez años después, es que no se puede mantener en el tiempo este tipo de intervención descoordinado y fragmentado porque pueden convertirse en algo incluso contraproducente para los estudiantes. Si analizamos estos programas, nos encontramos que más allá de los contenidos específicos informativos sobre conductas y hábitos saludables, tratan de intervenir y mejorar algunos de los aspectos emocionales y sociales del estudiante, aunque sin partir en la mayoría de los casos de un modelo teórico explícito. En EE.UU., una de las propuestas más interesantes e integradoras proviene de lo que se denomina Social and Emotional Learning (SEL; aprendizaje emocional y social), tema que compartimos en números anteriores a través del artículo Competencias del aprendizaje social y emocional (https://educrea.cl/competencias-del-aprendizaje-social-y-emocional/)


Fernández Berrocal, Pablo; Extremera Pacheco, Natalio (2005). La Inteligencia Emocional y la educación de las emociones desde el Modelo de Mayer y Salovey. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3), 63-93. Recuperado de redalyc

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