Convivencia Escolar
Los 4 pilares de la educación
Los fundamentos que sustentan el acto educativo, conocidos como los pilares de la educación, fueron establecidos por Jacques Delors en un informe presentado a la UNESCO. Delors, quien lideró la delegación europea en la Segunda Comisión Internacional sobre Educación para el siglo XXI en 1991, delineó estos principios fundamentales para guiar la educación en todo el mundo.
El libro "La educación encierra un tesoro", también conocido como el Informe Delors, es una compilación de las reflexiones de pensadores, tanto antiguos como contemporáneos, sobre la educación. En este informe se establecen los cuatro pilares fundamentales que deben guiar el sistema educativo: "aprender a conocer", "aprender a hacer", "aprender a ser" y "aprender a vivir con los demás".
Aprender a conocer
Este principio plantea que la educación no debe limitarse a transmitir a las nuevas generaciones conocimientos desarrollados por otros, como si memorizar fuera suficiente. En su lugar, debe fomentar la capacidad de adquirir y construir nuevos saberes de manera autónoma. Esto implica formar a los estudiantes para que construyan su propio conocimiento, desarrollen una postura crítica frente al saber y orienten su pensamiento hacia valores trascendentes. En términos más simples, se trata de enseñar a aprender.
Aprender a hacer
Dado que la educación y la formación integral del individuo no se limitan a la transmisión de conocimientos, sino que también incluyen valores y perspectivas, es fundamental que la educación enseñe a ser. Esto implica forjar la identidad basada en valores deseables, con el fin de formar generaciones más comprometidas con las virtudes de la cultura.
Así, la educación debe ir más allá de su sentido meramente utilitario, para formar individuos con un profundo sentido de pertenencia, justicia, trascendencia y verdad.
Aprender a ser
Dado que la educación y la formación integral del individuo no se limitan a la transmisión de conocimientos, sino que también incluyen valores y perspectivas, es fundamental que la educación enseñe a ser. Esto implica forjar la identidad basada en valores deseables, con el fin de formar generaciones más comprometidas con las virtudes de la cultura.
Así, la educación debe ir más allá de su sentido meramente utilitario, para formar individuos con un profundo sentido de pertenencia, justicia, trascendencia y verdad.
Aprender a vivir con los demás
Finalmente, la educación debe enseñar a convivir, es decir, enfrentar los desafíos que la humanidad enfrenta como sociedad global en el siglo XXI. Esto incluye la violencia, la discriminación, la desigualdad y la injusticia, problemas complejos pero que deben comenzar a abordarse desde una edad temprana.
La formación social, moral y ética de las nuevas generaciones depende en gran medida de la educación que reciben de las generaciones anteriores. Por ello, es fundamental educar con el objetivo de fomentar la armonía en el reconocimiento del otro y cultivar un profundo sentido de comunidad. Esto permitirá resolver las diferencias, presentes o futuras, de manera civilizada, responsable y, sobre todo, ética.
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Fuente: concepto.de/