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Matriculados en enseñanza superior se duplican en una década en A. Latina

5 Junio, 2017

Matriculados en enseñanza superior se duplican en una década en A. Latina El número de estudiantes de programas de educación superior prácticamente se duplicó en América Latina y el Caribe en la última década, reveló un informe del Banco Mundial. Pero dado que apenas la mitad de estos alumnos se gradúan a tiempo, aún queda mucho por hacer en términos de eficiencia y calidad, precisó la investigación. De acuerdo con el estudio, titulado “Momento decisivo: La educación superior en América Latina y el Caribe”, la tasa bruta promedio de matrícula (definida como el ratio entre la cifra de matriculados en educación secundaria y la población de edad 18-24 años) creció del 17% en 1991 al 21% en el año 2000 y al 40% en el año 2010. Desde la década de los 2000, la expansión ha sido “grande y rápida para estándares internacionales”, aseguró la autora principal del informe, la economista senior del Banco Mundial María Marta Ferreyra, durante la presentación del estudio. Para graficarlo, dijo que “si comparamos a América Latina con Asia Central, empezaron casi prácticamente al mismo nivel en el año 2000, y, sin embargo, América Latina creció mucho más”. Si bien la desigualdad en el acceso a la educación superior aún abunda, se han registrado avances considerables, en particular entre grupos de ingreso bajo y medio, sostiene el informe. En promedio, el 50% más pobre de la población representaba el 16% de los alumnos de educación superior en 2000, pero esa cifra creció a alrededor de 25% en 2013. Además, explicó Ferreyra, las tasas de acceso tienen “tremenda disparidad” dependiendo del nivel de ingreso. “Las tasas de acceso para los estudiantes que provienen del 20% más rico de la población en promedio son del 55%, mientras que para los estudiantes que provienen del 20% más pobre de la población son solamente del 10%. Es decir, hay una brecha de acceso muy grande, de 45 puntos porcentuales de promedio en la región”, graficó. No obstante, un 56% de esta brecha se explica por una menor tasa de graduación de la educación secundaria de los jóvenes más pobres. Dicho de otro modo, el principal motivo por el que es menos probable que esos jóvenes accedan a la educación superior es que no se gradúan de la secundaria. Expansión de la oferta El crecimiento de la matrícula en América Latina y el Caribe ha estado acompañado por una gran expansión por el lado de la oferta. En la actualidad el sistema incluye aproximadamente a 20 millones de estudiantes, 10.000 instituciones y 60.000 programas. Desde principios de los años 2000, se han abierto aproximadamente 2.300 instituciones de educación superior (IES) nuevas y se han creado 30.000 programas nuevos. Por lo tanto, aproximadamente un cuarto de las IES actuales y la mitad de los programas actuales fueron creados desde principios de los años 2000. Según Ferreyra, “la mayoría de estos programas han sido abiertos por el sector privado”. Al mismo tiempo, las instituciones de educación superior privadas han visto crecer su cuota de mercado de 43% a 50% entre comienzos de la década de 2000 y 2013. De todas maneras, la región apenas posee unas 100 de las 500 mejores IES del mundo, un número solo superior al de África. Pese a la gran expansión en el número de instituciones de educación superior y en la tasa de inscripción, Ferreyra destacó que “los resultados están por debajo de su potencial, ya que apenas la mitad de los estudiantes que ingresan a la educación superior obtiene su título entre los 25 y 29 años de edad, ya sea porque continúan estudiando o porque abandonaron los estudios”. Algunas de las causas de la elevada tasa de abandono, según el informe, incluyen la falta de preparación académica, debido en parte a la educación de baja calidad que reciben en la escuela secundaria, y la falta de medios económicos entre alumnos de escasos recursos. En ese sentido, Ferreyra indicó que la investigación le permitió descubrir que “la brecha de ingreso a la educación superior entre los estudiantes que se gradúan de la preparatoria está explicada por el hecho de que los estudiantes del 20% más pobre tienen una preparación académica menor, saben menos al momento de graduarse de la preparatoria. Y además tienen entornos familiares más desfavorables”. Por ello, el vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar, enfatizó al presentar el estudio que “la educación superior es clave para incentivar el crecimiento y reducir la pobreza y la desigualdad”. En la misma línea, el economista chileno Sergio Urzúa, quien participó en la investigación, dijo a La Tercera que el mensaje del estudio “debe alertar a los hacedores de políticas en cuanto de los desafíos en el sector, en cuanto a acceso, aseguramiento de la calidad, incentivos a la investigación, e impacto sobre el desarrollo del país, incluyendo el crecimiento y la desigualdad”. “América Latina ha realizado importantes esfuerzos, pero queda mucho por corregir y mejorar”, aseguró el académico de la U. de Maryland. Fuente.

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