Aprendizaje

Neuroeducación: elemento para potenciar el aprendizaje en las aulas del siglo XXI

El ser humano es un ser integral dotado de habilidades cognitivas, físicas, emocionales, sociales y espirituales, todas ellas provienen de uno de los órganos más importantes de nuestro cuerpo: el cerebro. Para que la educación logre su propósito de transformar al ser humano primero es necesario entender de dónde debe partir este cambio. Los esfuerzos, entonces, deben ir enfocados al estudio de la neuroeducación. Primero se debe conocer cómo funciona el cerebro; cuáles son sus partes, áreas y funciones principales, para posteriormente, entender cómo se aprende, cómo se procesa la información, cómo se registra y se evoca, facilitando así, las experiencias de aprendizaje que se dan en el aula. Una vez que los docentes tienen este conocimiento, pueden implementar los aportes de la neuroeducación en sus prácticas pedagógicas promoviendo mejoras en los aprendizajes. Introducir la neuroeducación en el aula puede transformar la manera de dar clase y de abordar las diferentes asignaturas a lo largo de la trayectoria escolar.

Cuando se alcanza un aprendizaje se produce un cambio en el interior del cerebro, que puede incluir: nuevas sinapsis como resultado de la experiencia; modificación sináptica, ya sea para fortalecer, debilitar o reprogramar nuevas neuronas y se da la eliminación de aquellas que ya no se utilizan y en los casos más extremos, como en las lesiones, pueden ocurrir reprogramaciones en áreas completas del cerebro para compensar la situación. El aprendizaje, desde la mirada neuroeducativa, comienza con la recepción o creación de la nueva información, su proceso en diferentes áreas del cerebro y su posterior almacenaje, para poder evocarlo cuando se necesite.  Los estudios en neuroeducación aportan ciertos elementos que deben ser tomados en cuenta por docentes y estudiantes para mejorar el rendimiento académico y de esa forma conseguir una optimización de las funciones cerebrales. Estos elementos son: la percepción, atención, memoria, funciones ejecutivas, emociones, la curiosidad, el movimiento y el ejercicio físico, el juego y el arte.


Domínguez Márquez, M. (2019). Neuroeducación: elemento para potenciar el aprendizaje en las aulas del siglo XXI. Educación y ciencia, 8(52), 66-76. Recuperado de educacionyciencia

Suscríbete a nuestro boletín

Newsletter