Novedades
Pedagogía Pikler para el día a día en la escuela
26 Diciembre, 2018
Emmi Pikler nació el 9 de enero de 1902, fue pediatra formada en Viena durante los años 20 del siglo pasado, en la cuna europea de las ideas reformistas. Su espíritu autodidacta se nutrió del psicoanálisis, del constructivismo, de la teoría del apego y de autoridades de la pedagogía como Montessori o Steiner. Su visión del niño pequeño - un ser activo, competente, capaz de iniciativas - le lleva a convencer a las familias que ella acompaña desde su rol profesional, de lo adecuado del desarrollo motor autónomo y de la importancia de una actividad auto-inducida y conducida por el niño mismo.
Demostró su “visión del niño como ser autónomo” durante décadas, hasta que su tesis alcanzó validez científica, observando, reflexionando y registrando la actividad cotidiana de cientos de niños y niñas en el “Hogar Infantil” de la calle Lóczy (Budapest), después “Instituto Lóczy”, que Emmi Pikler dirigió desde 1946 hasta 1979. Cientos de criaturas, cuyas familias biológicas no las podían mantener a su cargo, encontraron en Lóczy un verdadero hogar, más que un orfanato. Emmi Pikler se esforzó en cubrir todas sus necesidades, ofreciéndoles el máximo bienestar y favoreciendo su optimo desarrollo en todos los planos de la persona (físico, emocional, cognitivo, social). En la casacuna de la calle Lóczy nace así un modo de encargarse de los niños pequeños original e innovador. Sin buscar reproducir la relación maternal, proyecto vano en una institución - Emmi Pikler y sus colaboradoras permitirán a los niños establecer vínculos cálidos con sus cuidadoras, gracias a una atención exclusiva ofrecida a cada uno durante los cuidados, a una coherencia en la vida cotidiana, a una estabilidad de los adultos y a las respuestas finamente adaptadas a las necesidades individuales.
Pikler desarrolló una serie de Principios Pedagógicos para formar a las cuidadoras que se ocuparían de los bebés, pero más que un “método”, propone una manera diferente de mirar al niño, que se explicita en un cambio de actitud del adulto, una transformación del rol que desempeñamos (padres-madres-educadores/as) en nuestra relación con cada niño y niña, quedando los adultos en un lugar de igualdad y respeto respecto a los bebes. Para favorecer la calidad de este vínculo Emmi Pikler crea un sistema de cuidados único y original, casi un arte, convirtiendo los momentos cotidianos de los cuidados (aseo y vestido, lactancia y comidas, porteo, estar en brazos e inducción al sueño) en momentos privilegiados, de máxima intimidad, atención y contacto, en los que el bebé experimenta e integra vivencias esenciales que cimentan la seguridad emocional que necesita para sentirse disponible a nivel psicomotriz y mostrarse activo en la exploración de su entorno, y así poder apropiarse del mundo externo por propia iniciativa, favoreciendo el aprendizaje autónomo.
Emmi Pikler falleció en 1984. En la actualidad el Instituto Pikler continúa acogiendo niños con la misma rigurosidad y preocupación en su bienestar, con la misma voluntad de ofrecer a cada uno lo que necesita. Estos aportes se han extendido en forma universal, especialmente en la atención de sala cuna.
Fuente.