Protocolo de actuación ante la disrupción en el aula

A continuación compartimos un documento extraído de un sitio web denominado herramientas para la gestión de los riesgos psicosociales en el sector educativo, que es financiado por la Fundación para la prevención de riesgos laborales, de origen español.  El tema que se aborda en este documento se relaciona con la disrupción en el aula, puesto que numerosos estudios indican que corresponde a uno de los mayores estresores a los que está expuesto el profesorado. La dificultad y tensión que una gran parte del profesorado manifiesta sufrir en los procesos de enseñanza-aprendizaje se atribuye, mayoritariamente, a la indisciplina de una serie de estudiantes, denominados disruptivos, que impiden con sus comportamientos y actitudes el desarrollo normal de la clase, siendo frecuentes la falta de respeto a la autoridad del profesor y a las normas establecidas. En este contexto el aprendizaje de los estudiantes no es el adecuado, son frecuentes los conflictos personales y el clima de convivencia se resiente. A la hora de afrontar esta situación, generalmente no existen propuestas de centro que favorezcan una actuación coordinada, sino que es cada trabajador, con los conocimientos específicos que tiene o ha aprendido a lo largo de su carrera profesional, el que intenta dar una respuesta individual a sus problemas específicos. Para abordar la disrupción de manera eficaz, es necesario que cada colegio instaure un modelo de intervención a nivel de centro, de tal modo que se recojan un conjunto de pautas concretas de actuación, tanto a nivel personal como institucional, que proporcionen consistencia y uniformidad de acción ante este problema. A través de un protocolo específico cada centro deberá reflexionar sobre el tipo de estudiantes que tiene, cuáles son los principales comportamientos disruptivos a los que se enfrenta o cuáles serían las medidas y estrategias más oportunas a tomar para favorecer un tratamiento común ante este tipo de hechos. El objetivo de este documento es ejemplificar un modelo de intervención sobre la disrupción basado en la reflexión y los acuerdos compartidos que reflejen una serie de pautas concretas de actuación, tanto a nivel personal como institucional, por parte de los miembros de una organización educativa determinada. Con ello se pretende, por una parte aclarar cuales serian las "buenas prácticas" para afrontar la disrupción para que el conjunto de profesores las pueda asumir como propias, y por otra, aportar mayor coherencia y consistencia en la actuación ante los incidentes o situaciones de indisciplina en el aula. Se espera que este planteamiento contribuya a apoyar al profesor que ha de tomar medidas, al tiempo que los estudiantes toman conciencia de que la forma de afrontar los conflictos en el centro en particular, es predecible, y con ello justa. No se trata de buscar un solo y único camino ante las diversas situaciones conflictivas que se dan en el aula, dado que ello siempre exige una adaptación a la situación particular, que en muchos casos requiere de una flexibilización, ajuste, buen control y manejo del profesor, sino de buscar puntos comunes de actuación que favorezcan la seguridad, la autoridad y la autoestima de todas las partes implicadas en este tipo de conflicto. Fuente.