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¿Cómo puedo dar retroalimentación efectiva a mis estudiantes?
6 Octubre, 2017
Como profesores, frecuentemente evaluamos a nuestros alumnos en clase para verificar hasta qué grado se han cumplido los objetivos de aprendizaje y qué tanto han comprendido los contenidos de la materia. Recordemos que la evaluación trasciende al simple proceso de calificación numérica de un proceso de aprendizaje. Si logramos que la evaluación sea un momento de reflexión sobre el camino recorrido y una oportunidad más para el aprendizaje, estaremos ayudando al alumno a desarrollar la metacognición para alcanzar un verdadero proceso de mejora continua. Es importante que el docente logre convertir la evaluación del aprendizaje en “un proceso de autoevaluación en donde el educador solamente guía al alumno a identificar el proceso que se ha logrado respecto de los objetivos propuestos” (Villalobos, 2011, p. 96).
Es por ello que la retroalimentación cobra sentido como un elemento fundamental dentro de la evaluación educativa. “La retroalimentación es la información que recibimos respecto de nuestra comunicación o conducta” (p. 139). A continuación te presentamos algunos principios para generar procesos de autorreflexión que permitan reforzar la enseñanza y el aprendizaje.
En primer lugar, existen tres condiciones necesarias para que los alumnos puedan beneficiarse de la retroalimentación que reciben de su profesor (Sadler en Juwah, 2004, p. 4). Es decir, asegurarse de que el alumno:
- Conozca y comprenda el objetivo de aprendizaje que se pretende alcanzar.
- Compare su nivel actual de desempeño con el que se establece en el objetivo.
- Establezca acciones concretas que le permitan alcanzar el nivel de desempeño marcado en el objetivo.
- Facilita el desarrollo de la autorreflexión y la autorregulación del aprendizaje. Para lograrlo, puedes pedirle a tu alumno que realice una autoevaluación con base en criterios definidos, en el que analice las fortalezas de su desempeño y las áreas específicas en las que necesita mejorar, definiendo estrategias concretas para lograrlo. También puedes fomentar la retroalimentación entre los propios compañeros.
- Fomenta el diálogo entre el profesor y los alumnos en torno al aprendizaje. Además de la retroalimentación escrita que generalmente proporcionamos a los alumnos, es importante encontrar momentos breves de diálogo con el alumno, en los que se les puede pedir que lean la retroalimentación recibida y la comenten con sus compañeros para que definan estrategias concretas que les ayuden a mejorar su desempeño. Es importante dar seguimiento a la retroalimentación y en el próximo periodo de evaluación, se les pida a los alumnos que comenten cuáles fueron los comentarios de la retroalimentación pasada que más les sirvieron y cómo los ayudaron a mejorar.
- Clarifica en qué consiste el desempeño esperado (en cuanto a objetivos, criterios y estándares). Al momento de la retroalimentación, recordemos retomar los objetivos que se plantearon al inicio del curso y evaluar las conductas observables que reflejan el logro de dichos objetivos. Para ello, se sugiere el uso de rúbricas de calificación. También se les puede mostrar a los alumnos un ejemplo de trabajo que realmente refleje el nivel de desempeño deseado.
- Proporciona oportunidades para cerrar la brecha entre el desempeño actual y el esperado. Si se trata de la retroalimentación sobre un trabajo, te sugerimos dar la oportunidad al alumno de realizar una segunda entrega para que pueda realizar las correcciones necesarias. Si se trata de un examen, anota las sugerencias de fuentes o actividades que tu alumno puede consultar o realizar para reforzar el contenido que no quedó claro.
- Proporciona información de calidad al estudiante sobre su proceso de aprendizaje. Para ello es necesario retomar los criterios de aprendizaje definidos previamente, proporcionar la retroalimentación en un tiempo cercano a la fecha en que se realizó la entrega o evaluación que incluya los elementos positivos y a mejorar, así como orientaciones concretas para el alumno. Te sugerimos delimitar y priorizar las áreas de mejora.
- Refuerza la motivación y la autoestima del estudiante. Es fundamental hacer de la retroalimentación una experiencia positiva para el alumno, ayúdalo a identificar claramente los aspectos en los que necesita mejorar, reforzando los elementos positivos y las fortalezas que ha demostrado en su desempeño, para hacerlo consciente de ellas y que pueda potenciarlas al máximo.