Convivencia Escolar
¿Qué hacer si mi hijo acosa a otros?

Si descubres que tu hijo está acosando a otros niños, recuerda que esto no significa que sea una mala persona, sino que podría estar expresando emociones difíciles o buscando atención e integración. A veces, quienes acosan también han sido víctimas o testigos de violencia en su entorno. Existen pasos que puedes seguir para ayudar a tu hijo a dejar de acosar y manejar sus emociones de manera positiva:
Fomenta el dialogo
Habla con tu hijo para comprender qué lo lleva a actuar de esa manera. ¿Se siente inseguro en la escuela? ¿Está enfrentando conflictos con amigos o familiares? Si le resulta difícil expresarse, considera buscar el apoyo de un orientador, trabajador social o profesional de la salud mental, quienes están capacitados para ayudar a los niños a manejar sus emociones.
Promueve formas saludables de afrontar los conflictos
Pídele a tu hijo que comparta una situación que lo haya frustrado y ofrece alternativas constructivas para reaccionar. Aprovecha este ejercicio para anticipar futuros escenarios y proponer respuestas que no lastimen a otros. Invítalo a ponerse en el lugar de la persona afectada e imaginar cómo pudo haberse sentido. Recuerda también que los comentarios en línea pueden causar tanto daño como los hechos en persona.
Reflexiona sobre tu propio comportamiento
A veces, los niños que acosan están replicando actitudes que observan en casa. Pregúntate si están expuestos a conductas dañinas, ya sean físicas o emocionales, por parte de padres o cuidadores. Haz un ejercicio de autocrítica y evalúa cómo te muestras ante tu hijo.
Ayúdalo a asumir responsabilidades y a reparar el daño
Si descubres que tu hijo ha acosado a otros, es fundamental mostrarle las consecuencias de manera respetuosa y no violenta. Puedes limitar actividades que fomenten el acoso, como el uso de redes sociales o ciertas reuniones. Anímalo a disculparse sinceramente y guíalo para que encuentre formas de ser más inclusivo en el futuro.
Es fundamental abordar el acoso escolar desde la empatía y el acompañamiento, ayudando a los niños a reconocer el impacto de sus acciones y ofreciéndoles estrategias para gestionar sus emociones de manera saludable. Guiarlos en el desarrollo de habilidades socioemocionales no solo los ayuda a dejar atrás comportamientos dañinos, sino que también les permite construir relaciones respetuosas y positivas en su entorno escolar.
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Fuente: unicef.org/
