Noticias

¿Reformular la PSU? Expertos analizan la efectividad de la prueba de admisión a la educación superior

4 Diciembre, 2017

¿Reformular la PSU? Expertos analizan la efectividad de la prueba de admisión a la educación superior SANTIAGO.- El pasado 27 y 28 de noviembre más de 295 mil inscritos rindieron la Prueba de Selección Universitaria (PSU) para poner a prueba sus conocimientos de enseñanza media y optar por alguno de los 104.858 cupos que ofrece el Sistema Único de Admisión (SUA) o las otras instituciones. Esta prueba de ingreso a la educación superior se implementó el año 2004, luego de reemplazar a la Prueba de Aptitud Académica (PAA). Si bien diversas autoridades defienden la prueba, análisis internacionales, como el informe Pearson, son más bien críticos con este sistema de selección. Algunos de los cambios apuntan a disminuir las inequidades que produce la prueba, las que, para diversas autoridades y expertos, solo son el reflejo de las desigualdades del sistema escolar. Diversos especialistas analizan la PSU. ¿Es un sistema de admisión que mide de forma adecuada las aptitudes y conocimientos de los jóvenes? ¿Qué cambios podrían incluirse? ¿Es una prueba equitativa? Entra al debate: Expertos analizan la efectividad de la PSU “El error es pedirle a la PSU algo que no es, y pensar que con una prueba vamos a medir todo lo que podemos medir. Podría haber otras alternativas, por ejemplo, instrumentos que midan la capacidad de comunicar, de trabajar en equipo; realizar entrevistas grupales e individuales o colocar a los postulantes en situaciones donde tengan que reaccionar a ciertos desafíos. Esas cosas, que son sumamente importantes para el futuro de las personas, no las mide la PSU. Estos cambios no se han hecho porque quizás hay un costo y un cambio cultural que no se ha querido asumir. Creo que en esa dirección va el tema del Ranking de Notas, que es un buen avance en ese sentido, pero sin duda que no es urgente porque también está esta falsa idea de que la inequidad es producto de la PSU. La inequidad es real y es porque la gente no sabe leer ni escribir, sumar ni restar, por eso hay que tener otro instrumento que mida ese tipo de cosas. La prueba no es que sea equitativa o poco equitativa, la prueba mide algo en particular, y lo que hay que preguntarse es por qué no estamos midiendo otras cosas. El problema no es este instrumento, es la falta de otros instrumentos que midan competencias. Llama la atención que tengamos el mismo sistema desde hace décadas. Lo importante es probar e implementar nuevas formas, y entender que no con cambiar la prueba todo esto se arregla, porque ahí hay una utopía muy grande”.

Tomás Recart, director general de Enseña Chile.

   “El informe Pearson señala falencias técnicas importantes en la prueba, que deben ser subsanadas. Por cierto, ello no significa que la PSU debe ser desechada, son varios los países que utilizan un sistema de prueba estandarizada para el ingreso a la educación superior y este sistema tiene múltiples ventajas, pero sin duda la prueba es susceptible de ser mejorada para que mida mejor las aptitudes y conocimientos de los jóvenes, y elimine los sesgos de género y curriculares que contiene, así como otras falencias. La PSU o las pruebas estandarizadas tienen una gran ventaja frente a otros instrumentos y es que un mal resultado en la prueba no te condena para siempre, existe la alternativa de volver a darla. Por el contrario, el ranking o las notas de Enseñanza Media no se pueden cambiar y un sistema basado únicamente en estos instrumentos te determina para siempre tu trayectoria. Dicho esto, es evidente que la PSU necesita mejoras en línea con lo recomendado en el informe de la agencia Pearson. Por otro lado, los resultados de la PSU son inequitativos si consideramos el nivel socioeconómico de los jóvenes que la rinden. ¿Significa que la prueba es el problema? No necesariamente. La PSU es un instrumento con el cual medimos conocimientos y competencias, el instrumento se puede perfeccionar, pero evidentemente el gran responsable de las diferencias en rendimiento escolar es el sistema educativo, que no logra disminuir de forma satisfactoria las brechas que produce la cuna”.

Sylvia Eyzaguirre, investigadora en Educación del Centro de Estudios Públicos (CEP).

  “Creo que la PSU si es necesaria, porque los jóvenes que postulan necesitan tener una base o un piso para poder acceder a la universidad. Esto no quita que se puedan mejorar algunos aspectos en que se puede enfocar en ciertas habilidades dependiendo de lo que el alumno quiera estudiar. Por ejemplo, si quiere estudiar teatro que haya una ponderación especial según sus habilidades con respecto al teatro. En ese sentido, tiene que existir alguna medición que incorpore las habilidades y es necesario que se vean las aptitudes. Si bien se demonizó mucho en su tiempo la Prueba de Aptitud Académica (PAA), de alguna manera era más práctica que la PSU en ese sentido. Además de ver otras habilidades, hay que considerar las habilidades blandas, que tienen que ser incorporadas porque son necesarias para un desarrollo universitario”.

Eduardo Cortés, profesor de educación media ganador del Global Teacher Prize Chile.

  “De acuerdo a los informes técnicos internacionales, en particular, el informe de Pearson, la respuesta es negativa. Hay que reformular la PSU, en particular, establecer cuáles son las aptitudes y conocimientos que requieren manejar los estudiantes para tener éxito en la universidad. Eso no se ha hecho. En definitiva, para que la PSU sirva bien a su propósito se requiere corregir el error de haber convertido las pruebas de admisión en un "súper simce" de la educación media científica humanista. La PSU necesita cambios. Los dos informes internacionales (el del ETS del año 2005 y el de Pearson del 2013) señalan el inadecuado grado de dificultad de la PSU de Matemáticas para el grupo que la rinde. El problema se resolvería si hubiera dos pruebas de matemáticas, una de razonamiento matemático sobre la base de contenidos básicos y otra de conocimientos avanzados. Esta prueba avanzada sería para las carreras que lo requieran. También hay que modificar la prueba de Ciencias. Se deben entregar tres puntajes separados para biología, física y química. Además las pruebas de Lenguaje y de Ciencias Sociales también requieren de cambios, puesto que su capacidad predictiva es muy baja, cercana a cero. Asimismo, la actual prueba se focaliza en contenidos curriculares de tercero y cuarto medio del currículum científico humanista, lo que deja en desventaja a los alumnos de la educación media técnica profesional. El informe de Pearson hizo recomendaciones claras y precisas para avanzar en equidad, pero los rectores del CRUCh no las han acogido”.

Mladen Koljatic, académico e investigador de la Facultad de Administración de la Pontificia Universidad Católica.

Fuente.

Suscríbete a nuestro boletín

Newsletter