Aprendizaje

10 recursos clave para fomentar la lectura en el aula

Una de las actividades que intentamos fomentar en los niños desde temprana edad es el de la acción lectora. Pero ¿estamos fomentando la comprensión de la lectura de la mejor manera?

Podemos definir la lectura, como una herramienta del lenguaje con la que podemos interpretar el lenguaje hablado. Por ello, cuando nuestros alumnos comienzan a leer se da un proceso complicado, ya que requiere del dominio y la coordinación de varios procesos cognitivos. Estos procesos nos ayudan a reconocer diferentes símbolos escritos como una letra específica, de relacionar esa letra con un sonido, de integrar cada letra, en una palabra, cada palabra en una frase, esta en un texto y además de comprender el significado del mismo.

Por lo que podemos distinguir dos procesos:

Por un lado, hablamos de conciencia fonológica, la cual podemos traducirla como la capacidad de reconocer un sonido con una letra concreta, es decir cuando pronunciamos el sonido “s” el niño deberá identificar este sonido con el símbolo escrito “s” o viceversa.

Por otro lado, debemos distinguir la comprensión. Comenzar a leer es mucho más que el hecho de reconocer letras y asociarlas con sonidos. Leer implica comprender el mensaje del texto, lo que a su vez podemos distinguir entre el reconocimiento del mensaje literal y del mensaje figurado.

Una vez superada esta compleja fase, el alumno será capaz de desarrollar la comprensión lectora, decodificar los símbolos, comprender el mensaje y razonar sobre el significado de este. Es por ello, que tanto en los centros educativos como en el hogar debemos preparar un ambiente propicio para el hábito lector. Como sabemos, el ser humano aprende por continuidad, rutina y persistencia, por lo que no serviría de nada que un alumno aprendiese a leer a sus edades tempranas, si no seguimos fomentando el proceso lector en las edades venideras.

A continuación te presentamos 10 ejercicios los cuales consideramos claves para fomentar la lectura tanto en el aula como en el hogar.

1. Rutina diaria

Como sabemos el ser humano aprende a base de constancia y rutinas de conductuales, por lo que para poder desarrollar en nuestro alumnado este hábito, tenemos que dedicar un espacio diario para la lectura dentro de su actividad diaria.

2. Leer de forma digital

En pleno siglo XXI, estamos inmerso en la era digital, por lo que seguir insistiendo en el formato papel, en ocasiones, puede ser contraproducente para el interés en la literatura de nuestros alumnos. Por ello, es primordial, conocer recursos bibliográficos online con los que poder trabajar con nuestros alumnos.

3. Interpretación dramatizada

Podemos dedicar dentro de ese tiempo que estableceremos a la lectura dentro del aula, a recitar lo que los alumnos leen, enfatizar en los cambios de voces, jugar con la tonalidad, cambiar las vocales…en definitiva, experimentar diferentes formas de interpretación de un texto, con la intención de hacerlo más atractivo.

4. Retos y desafíos

Debemos adaptar la lectura a la edad de cada niño, no simplemente para que sean capaces de comprender lo que aparece en el texto, si no para prestarles el desafío de poder entender una serie de textos más complejos. Con este desafío, bien planteado, podrán comenzar a encontrar el placer de descubrir lecturas cada vez abstractas.

5. Libertad de elección

Reconocer la variedad de gustos literarios de nuestro alumnado, es darles la oportunidad de aprender de la pluralidad. Por tanto, poder ofrecerles un mayor número diferenciado de ejemplares literarios, nos devolverá un alumnado con una mayor capacidad de elección.

6. No imponer la lectura

Es importante crear un ambiente distinguido para la lectura, pero sin llegar a obligar esta acción, ya que podríamos recibir un efecto contrario y que nuestros alumnos pierdan el interés por la misma.

7. Leer a través del juego

Presentar la lectura como un juego más de la vida cotidiana. Se han demostrado la importancia del aprendizaje basado en el juego, por ende, ofrecerles la lectura desde el mismo, puede tener efectos muy positivos en nuestro aula.

8. Fomentar la escritura de sus historias

Un alumno que comprende lo que lee, es un alumno con una capacidad imaginativa que debemos seguir desarrollando, y para eso es importante que se les de la oportunidad de ser los creadores de sus propias historias, bien sea a través de un cuento, una poesía, un cómic, una obra de teatro, etc.

9. Biblioteca en el aula y visita guiada a bibliotecas

Como comentamos anteriormente, ofrecerles una variedad literaria es esencial. En ocasiones, los centros no disponen de las facilidades económicas o estructurales para poder tener una biblioteca para todo el alumnado, pero esto no nos impide de tener la nuestra en el aula y/o poder realizar visitas a la biblioteca más cercana.

10. Talleres de cuentacuentos

Darles la oportunidad de leer, ensayar, vocalizar, gesticular, verbalizar y dramatizar aquello en lo que están mostrando interés es propiciar un gran interés no solo para el protagonista, si no, además para los espectadores.

Por último, enfatizar en la importancia de aceptar la individualidad de nuestro alumnado. Reconocer sus diferencias nos facilita el camino para fomentar sus intereses.

 

Fuente: Eim

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