Inclusión
Técnicas de autocontrol emocional para estudiantes
En este artículo se abordará sobre técnicas de autocontrol emocional para estudiantes. Dichas técnicas están enfocadas a enseñar a los más pequeños a comprender y gestionar sus emociones, con la finalidad de emitir una conducta más adaptativa al respecto (sobre todo ante las emociones negativas como la ira o la frustración).
Técnicas de autocontrol emocional para niños
Se plantearán diferentes técnicas de autocontrol emocional, las cuales se pueden adaptar a la edad evolutiva y cronológica del niño o niña, así como también a sus características, intereses y necesidades.
Pastel de la calma
Esta técnica consiste en dibujar un circulo en un papel (que será la torta), y se dividirá en diferentes trozos. Dentro de cada trozo escribiremos un “truco” o mecanismo para calmarnos cuando estemos excesivamente nerviosos.
Algunos ejemplos de “trucos” que se puede utilizar son: respirar profundamente, contar hasta diez, imaginar una escena agradable, etc. El objetivo de esta técnica es colaborar juntos, y de esta manera buscar, junto al estudiante, diferentes estrategias.
El globo
La segunda técnica es la del globo (o “ser un globo”). Se trata de hacer imaginar al estudiante que cuando nos enfadamos, nos ponemos nerviosos o nos irritamos, es como un globo que se va inflando poco a poco.
Una vez inflado, nos imaginaremos que volamos alto y que nos relajamos. Podemos utilizar una globo de verdad para ejemplificar la técnica y que sea más visual y comprensible para el estudiante.
El volcán
Esta es otra técnica, la cual resulta ideal para explicar en qué consiste la emoción de la rabia. A través de ella, le explicamos al pequeño que somos como un volcán; cuando estamos tranquilos y calmados, la lava permanece en nuestro interior. En cambio, cuando nos enfadamos, erupcionamos (la lava sale al exterior con fuerza).
El semáforo
Una de las más conocidas es el semáforo. Ésta consiste en enseñar a los niños a calmarse ante situaciones que les causen ira o frustración. A través de ella, se hace un paralelismo con el funcionamiento de un semáforo. Consta de tres pasos (los tres colores del semáforo).
Donde, a través de un dibujo del semáforo, realizado por el niño, donde colocará (justo al lado) las instrucciones que se propone que:
En el primer paso, cuando estamos en el color rojo, deberemos detenernos (como lo haría un vehículo ante el semáforo rojo); cuando pasamos al amarillo, deberemos pensar lo que nos está pasando “por dentro” y buscar posibles alternativas de actuación; finalmente, en el color verde, nos tranquilizaremos y actuaremos de forma racional.
Soplar burbujas
Dicha técnica utiliza el control de la respiración para obtener la sensación de relajación en el cuerpo, e implica imaginar que se hacen burbujas. Para ello, resulta necesario controlar la respiración; debemos soplar con suavidad para que las burbujas se creen.
Esta técnica, una vez aprendida, la pueden utilizar los niños solos (sobre todo cuando son pequeños), o podemos también acompañarles durante la práctica, simulando que se trata de un juego.
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Fuente: psicologiaymente.com