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Los materiales en la educación a distancia
27 Septiembre, 2012
Escrito por: Maya Viesca Lobatón
"Transformación de las prácticas educativas para adecuar su calidad a los requerimientos personales y sociales de formación humana, científica, cultural y profesional; significatividad y trascendencia del aprendizaje; mejor acceso, procesamiento y expresión de la información; diversificación de ambientes, multidireccionalidad, interdisciplinariedad y sentido creativo, son algunas de las características deseables de los programas de educación a distancia y, por qué no, de la educación en general"Cómo lograr esto es tarea de muchos de los que nos dedicamos a la educación. Cómo concebir y atender, desde las instituciones educativas, a un ser humano integral, que está relacionado con el entorno y con otros seres; cómo observarnos, preguntarnos y respetarnos en un contexto de permanente diálogo, y aún así atender demandas masivas, trabajar con presupuestos recortados y personal con poca formación en la producción de materiales; son preguntas y disyuntivas que permean nuestro trabajo cotidiano, y que sin embargo difícilmente logramos responder en nuestro actuar diario. Una posibilidad de concretar los planes institucionales y los objetivos pedagógicos, en educación a distancia, la he visto en la elaboración de materiales educativos. Los materiales educativos en la educación a distancia, y en general en cualquier modalidad en la que se utilicen, tienen una gran importancia, antes que nada porque son medios de comunicación, y además, porque la posibilidad de generar ambientes de aprendizaje en las modalidades abierta y a distancia queda, en gran parte, circunscrita a las posibilidades y uso que se haga de estos. Lo que me lleva a esta afirmación, y a proponer algunas sugerencias para la elaboración de materiales, trataré de exponerlo en los siguientes apartados.
La comunicación humana.
Lo social se ofrece al ser humano como proveedor de estructuras de sentido, a partir de las cuales socializa; bajo el entendido de que lo social no son las personas, sino los procesos de comunicación. No es posible pretender que la comunicación este determinada por el hombre, como individuo, sino que es algo externo a él, del cual se sirve. Pensando en que el único lazo de unión entre una persona y otra, entre una persona y un grupo, y, entre un grupo y otro sean el acto comunicativo, no resulta difícil comprender que lo social no es más que comunicación; y que el mundo de las posibilidades sociales está circunscrito a las posibilidades de comunicación. Como ya decía, dentro de la superestructura de la comunicación, los lenguajes se presentan como reductores de posibilidades. Los códigos y los símbolos forman los lenguajes, y éstos, constituyen la materia prima de la comunicación. El lenguaje corporal, el abecedario, el lenguaje binario, la iconografía..., no son más que ejemplos de esta materialización, cuya característica principal es la convención.emisor — mensaje — receptor
Durante mucho tiempo se dibujó a la comunicación, para su estudio, con un diagrama similar a este:
En el que intervenían: un emisor, un receptor, un mensaje, un canal y un código.4 Sin embargo este modelo ha sido ampliamente superado y, en la actualidad, cualquier intento tendría que adoptar una forma similar a esta .
El acto comunicativo no es un proceso lineal ni unidireccional. Contempla personas que emiten y reciben mensajes que son codificados y decodificados en función de una compleja articulación de factores psicológicos y culturales, en diversos códigos y medios, dentro de un ambiente cargado de significaciones, y a través de medios con características comunicativas específicas.
Cuando estamos en contacto con una persona, no sólo utilizamos el código lingüístico para comunicarnos; la forma en que vestimos, en que nos movemos, en que nos dirigimos al otro, el ambiente en el que estamos, son también factores perceptibles que envían información a nuestro alrededor: somos sujetos multimediados.
Sin embargo el hecho de compartir un código y que el mensaje emitido sea "entendido" por el otro, no implica que éste logre imponer un sentido. El sentido no es algo inequívoco, que viene dado en la forma del mensaje, verbal o visual. Más bien es algo que se negocia, es el producto de una tensión entre la significación5 que el texto (la imagen) propone y la apropiación que realiza el destinatario o receptor.
La idea de negociación, entendida como intercambio o interacción, supone la existencia de personas copartícipes de un proceso activo y continuo de significación en el que no es posible separar al enunciador del destinatario, por la simple razón de que es en la existencia del segundo, un otro capaz de entender, que tiene lugar el mensaje.6
Con esto se reitera lo planteado por Luhmann sobre lo reduccionista que resulta plantear, dentro de la comunicación, dos connotaciones que durante mucho tiempo ha tenido, la de efecto y la de finalidad.
La primera, por el hecho de que es en la existencia del otro, que se logra la comunicación, lo que sugieren una pérdida de sentido por parte del enunciador; y la segunda, porque la circulación de las significaciones, en la vida social, no puede reducirse a un mero utilitarismo, al cumplimiento de fines previsibles y específicos. Además, el lenguaje, más que una nomenclatura, una etiqueta que une al hombre y a la cosa, ofrece significado en la trama del lenguaje, y es esta trama la que hace posible el pensamiento, lo que permite afirmar que el lenguaje, lejos de "reflejar" el mundo o el pensamiento, los configura, en tanto dimensión significante: conocemos lo que podemos nombrar.
Hasta aquí, he perfilados dos de los elementos contextuales de los materiales educativos en la educación a distancia, la educación y la formación como sistemas, y la comunicación humana. El último elemento que quisiera trabajar para completar mi idea, sobre la elaboración de materiales educativos en la educación a distancia, es el concepto de ambiente de aprendizaje.