Convivencia Escolar

El maestro como mentor de convivencia escolar

13 Mayo, 2019

El siguiente artículo fue escrito por Luis Alfredo González Monroy, perteneciente al Grupo Interindisciplinario de Evaluación Pedagógica GIEP, de la Universidad de Magdalena, Colombia. El principal propósito del documento es llevar al lector a hacerse una autoreflexión sobre sus prácticas de pedagogía social desarrolladas en la cotidianidad de la escuela, desde la perspectiva de vivencia y convivencia escolar. Esto porque el concepto de armonía en la escuela hoy en día debe entenderse desde términos que impliquen formación humana integral, es decir, desde la acción y la actuación pedagógica, donde cada maestro/a con su sabiduría y experiencia, se empodera del contexto cultural y curricular en el que está inmerso para asumir con todo rigor el compromiso y la confianza que la familia y la sociedad le han depositado, en el afán de formar una nueva generación de seres humanos capaces de vivir y convivir en el placer de estar juntos.

Desde el título del documento parece importante entender qué significa el concepto mentor. De acuerdo con lo que se declara en el sitio definicion.de mentor es un término que procede de Méntor, el consejero de Telémaco en la Odisea. Este personaje de la mitología griega era hijo del Álcimo y amigo de Ulises. Por extensión, el concepto de mentor refiere a quien actúa como guía o consejero de otra persona. La relación entre el mentor y el aprendiz o discípulo se conoce como mentoría. A través de este vínculo, el mentor comparte su experiencia y conocimientos con la otra persona para que ésta pueda desarrollarse con éxito a nivel profesional, personal, etc. La clave de la mentoría está en la comunicación. Puede tratarse de una comunicación verbal, con múltiples charlas; una comunicación práctica, donde se enseñan situaciones concretas; o una comunicación más bien simbólica, en la que prima el ejemplo. Lo importante es que el aprendiz logre asimilar los conceptos que intenta transmitir el mentor.

Considerando esta mirada del concepto, el maestro de hoy está llamado a ser mentor de sus estudiantes, una persona autoreflexiva, autoregulada, que es capaz de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en si mismo experimenta. Maturana plantea que un buen maestro es aquel que aprende de manera constante a ser responsable y consciente desde su ecología mediática en la conservación de su habitar como ser humano, entendido éste como un habitar que generamos continuamente con nuestro hacer. La tarea del maestro debería estar centrada en formar personas seguras de sí mismas, personas reciprocas, solidarias, incapaces de hacerle daño a sus semejantes y sí lo llegan a hacer, que tengan la capacidad de pedir perdón y estar dispuestos a resarcir los daños cometidos. Aún estamos insertos en el paradigma que predica que los niños son el futuro del mundo, ha llegado la hora de sustituirlo por aquel que dice: los adultos son el futuro de los niños. Como mentores los docentes debemos estar conscientes de que somos la guía que nuestros estudiantes observan e imitan en su proceso de formación integral.

Fuente: Equipo área migración de la pastoral Social de Zacualpa, Centro de Derechos Humanos y de Justicia Internacional, Boston College. Consejería en Proyecto PCS (2013). Center for Human Rights and International Justice Boston College. Massachusetts, Estados Unidos. Recuperado de https://www.bc.edu/

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