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La educación a distancia soportada en nuevas tecnologías. ¿Un modelo generador de mitos?

27 Septiembre, 2012

Escrito por: Juan José Almenara Casas. Doctorando en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), España
"El autor de este artículo pretende poner en la palestra las herramientas de aprendizaje utilizadas hasta hoy en la modalidad de educación a distancia. Esto porque hasta nuestros días se pone en duda la efectividad de las estrtaegias y recursos utilizados.”

1. La educación a distancia. ¿Modelo Generador de Mitos?

A partir de la década de los sesenta, se produce un aumento de la demanda social de educación. Las universidades tradicionales no pueden hacer frente a las cada vez más numerosas solicitudes de ingreso de una masa ingente de personas que ven en la educación un instrumento de liberación y democratización. Ahora bien, el grueso de esta nueva avalancha estudiantil no sólo se mueve por impulsos democratizadores, también exigen una formación acorde con el grado de especialización que requiere un mercado cualificado. Según SARRAMONA (1981:153). Las nuevas tendencias de la educación que comienzan a perfilarse en esta época y que en nuestra opinión, se mantienen hasta nuestros días, se podrían sintetizar en: Masificación. Diversidad. Combinación de estudio-trabajo. Ante este panorama, el autor se plantea: “¿realmente es deseable tener que acudir periódicamente a una escuela para recibir en colectivo la enseñanza deseada?”, a lo que replica: “nadie puede pensar que la educación permanente ha de ser equivalente a una escolarización permanente”. Este nuevo marco, dejaba a las claras las deficiencias de un sistema educativo que incorporaba contenidos y métodos de instrucción irrelevantes para las necesidades nacionales, una desproporción educativa entre el número de egresados y la capacidad de absorción del mercado, un aumento en el descontento profesional cuando las oportunidades no correspondían con las aspiraciones forjadas en el sistema educativo...(SANYAL 1976:31). Por esta razón, se empiezan a maquinar nuevas formas de educación capaces de catalizar estos nuevos requerimientos ofreciendo una respuesta de calidad. Nace la educación superior a distancia. A lo largo de todos estos años, la Educación a Distancia (EAD en adelante) ha sido el sistema educativo que mejor se ha ajustado a los parámetros que demandaban las nuevas tendencias educativas apuntadas líneas arriba. Beneficiándose de los nuevos avances en el campo de las telecomunicaciones, este sistema ha asentado un nuevo paradigma de actuación en educación, en contraposición con el sistema tradicional tan reacio a este tipo de cambios. Muchos han sido los estudios que confirman la bondad de la EAD, asegurando que el rendimiento obtenido por sus alumnos es incluso superior al obtenido por los alumnos que cursan sus estudios en universidades presenciales (véase GARCÍA ARETIO 1987). Pero las diferencias van aún más lejos; entrado el siglo XXI, el uso que está haciendo la EAD de los avances telemáticos, permiten solventar los problemas más acuciantes de este tipo de educación que la ponían en seria desventaja con respecto a la educación presencial: ausencia de «feedback» inmediato, comunicación unidireccional de sus materiales... Sumadas las ventajas que ofrecía la EAD al empuje de estas herramientas de última generación, ha hecho que autores como GARCÍA ARETIO (2001: 81-86) atribuyan, entre otras, las siguientes ventajas a la EAD:
  • Posibilidad de diversificar la oferta educativa para atender a las necesidades actuales de educación, siendo posible atender a numerosa población dispersa en todos los lugares del globo, favoreciendo de esta manera la igualdad de oportunidades.
  • El material didáctico de la EAD se estructura de manera que posibilita el autoaprendizaje. Esta metodología resulta, al menos, tan eficaz como la presencial.
  • La interactividad entre docentes y estudiantes en la EAD es incluso más elevada que en la educación presencial, sobre todo ahora con incursión de las nuevas vías de comunicación que permiten aún una mayor participación de los estudiantes en el proceso formativo.
Antes estas ventajas, cualquier persona que desee emprender unos estudios universitarios en cualquier parte del planeta, o bien reciclarse o perfeccionar sus estudios para mejorar su competencia, no dudaría en elegir a éste como el sistema a través del cual emprender su acción formativa. Pero...¿las ventajas que se atribuyen a estos sistemas educativos, se corresponden con su verdadera potencialidad? En nuestra opinión, lo novedoso de un sistema educativo basado en las TIC han hecho que muchos autores escriban sobre las virtualidades de este modelo de enseñanza sin ni siquiera conocerlo de primera mano. Estamos de acuerdo con ROBERTO APARICI (1997) cuando afirma que: “La influencia de la informática y los sistemas tecnológicos digitales de comunicación están provocando cambios en la mentalidad de mucha gente, que abrumada por los resultados que anuncian las grandes empresas, termina haciendo consideraciones de orden casi mágico en torno a la tecnología y sus potencialidades” Nuestro papel a lo largo de este ensayo será el de desmontar algunos de los mitos o creencias acerca de la EAD, más concretamente, de la introducción de las TIC como apoyo para la consecución de sus objetivos, que han logrado introducir sus raíces en los más profundo de la creencia social. En nuestra opinión, estos mitos esconden algunas desventajas o inconvenientes que han sido minimizados por la aparente perfección de este modelo educativo. Sin más dilación, apuntaremos los mitos que luego serán analizados en profundidad:
  • La EAD es un modelo democrático de enseñanza que permite que todo el mundo pueda acceder a él.
  • La EAD es un modelo de enseñanza que hace posible la igualdad de oportunidades.
  • Los materiales que se utilizan son autosuficientes, es decir, incorporan todo lo necesario para que el sujeto a través de su lectura, sea capaz de interiorizar sus contenidos con una efectividad igual o superior a la persona que estudia la misma materia presencialmente. Ahora con las nuevas tecnologías, este hecho se hace aún más patente.
  • En la actualidad, con las TIC, los materiales que utiliza la EAD son mucho más inteinteractivos.
  • En definitiva, con las nuevas tecnologías podemos cambiar el sistema de EAD

2. Educación a distancia: ¿Un modelo de enseñanza democrático?

Mucha es la tinta que se ha gastado propugnado una mayor apertura de los materiales de aprendizaje a distancia en aras de una participación bidireccional del estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje en todos sus niveles (desde la elaboración de los materiales hasta la cumplimentación de los cursos). Está claro que con las TIC, “ los alumnos pueden influir en mayor medida en sus programas y poner en tela de juicio todo cuanto aprenden” (Aparici, R 1999:179). Pero, ¿quiénes tienen oportunidad de acceder a estas oportunidades? : Según un informe realizado por Nua Internet Surveys en el año 2001 había entre Canadá y EEUU 136.86 millones de internautas, por 83.5 millones en Europa. En cambio entre Sudamérica y el Caribe contaban con unos 10 millones, mientras que en África sumaban 2.5 millones de personas conectadas a Internet. Realizando una comparativa fácilmente podríamos contestar a la cuestión planteada más arriba. Si tenemos en cuenta además, que inmersos en un paradigma informativo, la persona, comunidad o región que tiene posesión de la información ostentará de igual modo el poder, ¿podemos hablar entonces de un modelo democrático? La evidencia es contundente. Desde esta argumentación podemos aproximarnos aún más a la concepción de la EAD como facilitadora de la democratización de la enseñanza. Si normalmente los países del norte son los que tienen en su manos la información, y esta información es trasvasada a los países menos desarrollados en forma de materiales formativos ¿qué modelos de comportamiento, conducta... estarán “absorbiendo” los países menos desarrollados?. Al igual que la anterior respuesta, ésta carece de discusiones. Si entendemos democracia como la oportunidad ofrecida al común de las personas de participar de un evento o proceso determinado, podemos ver, que los ansiados movimientos pro-democratización de la educación a través de modelos de EAD,son posibles, pero asumiendo muchos riesgos.

3. ¿Es posible la igualdad de oportunidades a través de la educación a distancia?

Este mito va estrechamente unido al razonamiento anterior. Según APARICI Y MARÍ SÁEZ (1997), desde el momento en que existen países inforricos (poseedores de información) e infopobres (dependientes de la información de los países inforricos) desaparece la igualdad de oportunidades. Este proceso se puede acrecentar con la aplicación de las nuevas tecnologías al ámbito educativo ya que, mientras los primeros además de producir información, la distribuyen y generan nuevas formas de producción, los segundos tienen dificultades para obtenerla o nunca podrán hacerlo. A los porcentajes tratados líneas arriba nos remitimos. Tal y como afirman estos autores, “esta concepción será causa de nuevas exclusiones, donde unas cuantas megalópolis, situadas por lo general en el norte, distribuirán la mayor parte de masa informativa en grado aún superior de lo que lo realizan ahora.” Por esta razón, y como advierte Matterlart (1995:12), “la globalización no es incompatible con el aumento de las desigualdades”. En suma, podemos pensar en las múltiples posibilidades que ofrece la EAD para la igualdad de oportunidades en materia educativa, pero nunca debemos perder de vista que sus planteamientos hunden sus raíces en un proceso de globalización informativa que puede tener varias consecuencias:
  • Económicas: Si los países inforricos poseen la información y la información es poder, esto indudablemente se traducirá en unos mayores beneficios económicos. En este sentido, la educación y concretamente la EAD actúa como un factor que acusa más estas diferencias. Si atendemos a los principios económicos de las teorías del capital humano, comprobaremos que una mayor formación se traduce a posteriori en un incremento de los beneficios económicos del país.
  • Políticas y sociales: El proceso de globalización que indudablemente se transmite a través de la EAD tiene el cometido de integrar “datos, hechos o referencias en un planteamiento común “(Fernández de Buján, F. 2001: 150). Si bien este planteamiento puede contribuir a la igualdad de oportunidades, creará brechas más profundas en la identidad de los países consumidores de una EAD impregnada de valores y principios procedentes de las culturas occidentales.

4. ¿Proporcionan los materiales de enseñanza a distancia un aprendizaje tan eficaz?

Esta es la pregunta que muchos de los estudiantes se plantean cuando las expectativas que han puesto en esta modalidad de enseñanza-aprendizaje no se ven cumplidas. Tal y como apuntábamos en la primera parte de nuestro discurso, son muchos los estudios que confirman la eficacia del aprendizaje a través de la utilización de estos medios. Pero...¿son los resultados el verdadero objetivo que debe perseguir la EAD? Según ROSS PAUL (1990), la concepción de la enseñanza como una mera asimilación de saberes ha hecho que se oculte la finalidad más importante que debe perseguir un modelo educativo que soporta su acción en materiales para el autoaprendizaje: “el fomento de la autonomía del estudiante”. Este es el criterio que utilizaremos para desmontar el mito de la superlativa efectividad pedagógica de estos materiales. Para defender nuestra argumentación nos centraremos en una serie de contraejemplos que anota este mismo autor, completados con estudios elaborados por otros autores que vienen a reforzar su síntesis:
    • Los materiales didácticos prefabricados elaborados por la mayoría de las universidades que imparten EAD, sobre todo si son de buena calidad, pueden resultar especialmente autoritarios para muchos alumnos que se sentirán incapaces de rebatir críticamente sus planteamientos. Ante las opiniones recogidas sobre la utilidad de las actividades propuestas para la evaluación de conocimientos en una muestra significativa de estudiantes de la Open University, se pudieron recoger las afirmaciones como esta:
Me siento un poco acobardada...casi forzada a copiar. Tengo que poner más o menos lo que el piensa....Me cabreo conmigo misma porque acepto que la persona que ha hecho el comentario me está dando una especie de respuesta correcta” (LOCKWOOD, F. 1989:137).
  • Los contenidos de los cursos a distancia tienden a ser demasiados densos, por el hecho de estar no sólo al alcance de los alumnos, sino también de sus colegas los profesores. Esto puede provocar que el alumno de más importancia a los contenidos que a sus aplicaciones. García Aretio (2001) ha apuntado en varias ocasiones la urgencia en la creación de cursos más abiertos haciendo uso de las posibilidades de las nuevas tecnologías. Esto facilitaría la participación de los distintos agentes del proceso de enseñanza- aprendizaje a distancia logrando cursos más asequibles y adaptados a las necesidades del estudiante. Naturalmente, esto no se cumple en la mayoría de los casos. Intentando modular su metodología a los nuevos requerimientos de la sociedad, las macrouniversidades a distancia se apresuran a ofrecen cursos a través de Internet.
  • Esta celeridad les lleva “reproducir en la pantalla de la computadora el mismo texto que se encuentran en un manual impreso, el mismo mapa, dibujo, cuando se podía hacer un uso más creativo de la multimedia” (Aparici, R y Marí Sáez, V. (1997). Este criterio de reproducción, por tanto, no resuelve la inoperatividad de estos cursos y hace un flaco favor a los alumnos, que esperando encontrarse medios más eficaces, topan con cursos de la misma carga teórica pero con distinto formato. Este hecho, a posteriori, reforzará las malas expectativas que en general se le atribuyen a esta metodología, forzando al estudiante a una absorción estrictamente controlada (no autónoma) de los contenidos necesarios para el logro de un objetivo concreto.
  • Abundando más en las características de este tipo de cursos, podemos decir que por norma general giran en torno a una serie de obras de consulta que se aconsejan a título complementario. Si bien este tipo de apoyo puede ser bastante útil, ¿dónde queda la iniciativa del estudiante de consultar sus propias fuentes en función de sus inquietudes?
  • Para reforzar los tres argumentos anteriores diremos que, los materiales creados de forma centralizada suelen mostrar un corte conductista muy marcado. Debido a la gran cantidad de alumnos, las macrouniversidades tienden a la creación de paquetes formativos prefabricados en consonancia con las teorías de Peters. Este hecho hace que no se tengan en cuenta las experiencias del aprendizaje, sus necesidades o incluso sus estilos de aprendizaje. Este modo de producción refleja sus carencias en un estudio realizado por Rafael Celorrio sobre los materiales didácticos de la UNED en el centro asociado de Soria. Estos estudios concluyen que en el 90% de los casos, los alumnos piensan que en las unidades didácticas debe participar al menos un profesor de la facultad que conozca en cierta manera el perfil de los alumnos, cosa que no ocurre en la mitad de los casos, un 53% (1997:159). Otro hándicap importante de este tipo de cursos lo podemos ver en las afirmaciones realizadas por Gallego. D. Y De Alonso, C. (1997) acerca de los estilos de aprendizaje de los alumnos. Tras un análisis exhaustivo de estos estilos, llegan a la conclusión de que la auténtica igualdad de oportunidades no significa que los alumnos tengan el mismo libro, actividades o exámenes. El estilo favorito de enseñanza de la persona que elabora los materiales puede significar un favoritismo inconsciente hacia los alumnos con su mismo estilo de aprendizaje. En suma, además de fomentar las desigualdad, la producción de materiales conductistas que muchas universidades llevan a cabo, no deja grados de libertad a la originalidad del que aprende.

5. ¿Son más interactivos los materiales basados en las NTIC?

Según APARICI, R (1997) existe una clara frontera entre interacción e interactividad. Por interacción debemos entender el proceso de relación entre seres humanos, mientras que la interactividad implica la participación activa de los grupos humanos con una máquina. Aclarado este concepto, el valor añadido que por norma atribuyen las instituciones que crean materiales a distancia basados en las NTIC no deja de ser un tanto engañoso. Como afirma GARCÍA ARETIO (2001: 89), por desgracia, “no es sencillo contar con cuadros de profesionales familiarizados con las tecnologías de diseño y producción de los diferentes recursos propios de esta modalidad, ni siquiera para redactar textos adecuados, cuanto menos para elaborar materiales apropiados para una enseñanza de corte virtual”. Este hecho esta provocando que en los materiales que se anuncian como interactivos la única acción que facilitan es “la reproducción del itinerario diseñado previamente por el programador o diseñador que elabora el producto” (APARICI, R. 1997:186). En este sentido SÉNÉCAL (1995) afirma que, a menos que se haga algo para remediarlo, la interactividad que actualmente ofrecen una gran parte de los materiales de corte virtual es, más que una propiedad de los mismos, un modo de hacerlas comercialmente más atractivas.

6. ¿Podemos cambiar la EAD con las nuevas tecnologías de la información y la comunicación?

La EAD a través de la NTIC es un proceso muy complicado que sugiere, en las instituciones que la imparten, una serie de cambios de amplio calado tanto desde el punto de vista institucional como metodológico. A la siguiente prueba nos remitimos. En un documento público elaborado por la UNED (1998) se puede leer: “... el riesgo de que el uso elevado por los alumnos de estas potentes herramientas pueda dar lugar a una demanda excesiva de tiempo y dedicación para el profesorado, puede eliminarse o, al menos reducirse, en la medida en que su uso quede limitado a la transmisión de información de ida (del profesor al alumno), excluyendo, entretanto no se cuenten con las adecuadas plantillas de profesorado, su utilización interactiva (pág. 4)” Como se puede observar, un cambio radical en la adopción de modelos de enseñanza más innovadores no siempre puede generar pingües beneficios a corto plazo desde el punto de vista educativo. Es necesario un proceso de amoldamiento progresivo que en cualquiera de los casos, tampoco asegura un cambio exacerbado de los modos de actuación propios de una institución. Por otro lado, la inclusión de nuevas tecnologías en la EAD puede ayudar a que se suprima la distancia existente entre los protagonistas del proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero esta hipotética ayuda requiere varias lecturas. Es cierto que a través de las NTIC los problemas de los que adolece esta modalidad de enseñanza en cuanto a la transmisión del «feedback» pueden verse reducidos, pero...¿podemos decir que este hecho ha cambiado los métodos utilizados por la EAD? La respuesta es dudosa. Por ejemplo, una metodología centrada en la utilización de la videoconferencia para la transmisión de contenidos puede ser mucho menos útil que un proceso de enseñanza basada en el vídeo o en el audiocasette. La utilización de la video conferencia desde la óptica de la mera transmisión estaría reproduciendo modelos de enseñanza a distancia tradicionales. En este sentido a través del vídeo y del audiocasette se podrían generar procesos de enseñanza más rica e individualizada. Resumiendo, damos por hecho que la utilización de las NTIC en la EAD pueden generar enormes beneficios en cuanto a la transmisión y comunicación entre alumnos e instituciones, pero desde el punto de vista educativo, ¿produce sustanciales mejoras? La pregunta la dejamos abierta. Fuente: www.rieoei.org Bibliografía •  APARICI, R (1997). <<Mitos de la educación a distancia y de las nuevas tecnologías>>, en MARTÍN RODRÍGUEZ, E. Y AHIJADO QUINTILLÁN, M. (1999), La educación a distancia en tiempos de cambios: Nuevas generaciones, viejos conflictos. Madrid: De la Torre •  APARICI, R Y MARÍ SÁEZ, V. (1997). Medios de comunicación y manipulación. Madrid: UNED. •  CELORRIO, R. (1995). <<Los materiales didácticos de la UNED: opinión de tutores y alumnos del centro asociado de Soria, en GARCÍA ARETIO, L. (coord.) (1997), El material impreso en la enseñanza a distancia. Madrid: UNED. •  GALLEGO, D. Y DE ALONSO, C. (1997). <<Estilos de aprendizaje y diseño de material impreso para la Educación a Distancia.>>, en GARCÍA ARETIO, L.(coord.) (1997), El material impreso en la enseñanza a distancia. Madrid:UNED. •  GARCÍA ARETIO, L. (1987). Rendimiento académico y abandono en la Educación superior a Distancia. Madrid :UNED. •  -(2001) La educación a distancia. De la teoría a la práctica. Barcelona: Ariel. •  LOCKWOOD, F. (1989). <<Evaluación de actividades incluidas en los textos>>, en MARTÍN RODRÍGUEZ, E. Y AHIJADO QUINTILLÁN, M. (1999), La educación a distancia en tiempos de cambios: Nuevas generaciones, viejos conflictos. Madrid: De la Torre. •  NUA INTERNET SURVEYS. ¿How many on line?. www.nua.ie/surveys. (16/08/2000) •  MATTELART, A. (1995). Una comunicación desigual, en El Correo de la UNESCO, febrero, pp.11-14. FERNÁNDEZ DE BUJÁN, F. (2001). La enseñanza a distancia. Madrid:UNED. •  ROSS, P (1990). <<Towards a new measure of succes:developing independent learners>>, en •  MARTÍN RODRÍGUEZ, E. Y AHIJADO QUINTILLÁN, M. (1999), La educación a distancia en tiempos de cambios: Nuevas generaciones, viejos conflictos. Madrid: De la Torre. •  SANYAL, B.C. (1976). The role of none guion formal higher education to meet labour market needs. Reunión de LACFEP, Caracas, septiembre. SARRAMONA, J.(1981). Problemas y posibilidades de la educación. Universitas 2000.Caracas. •  SÉNÉCAL, M. (1995). ¿La interactividad conduce a la democracia?, en El Correo de la UNESCO, febrero, pp. 16-18. •  UNED (1998). Plan para la mejora de la calidad en la UNED. Acciones al servicio de los objetivos prioritarios, p.4

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