Convivencia Escolar

La educación para la vida: el reto de aprender a ser y a vivir juntos en la educación secundaria

18 Noviembre, 2019

El artículo que destacamos esta semana intenta dar respuestas a las preguntas que siempre han resonado en educación: ¿Se puede educar para aprender a convivir con otros?, ¿se puede educar para aprender a ser? El texto se enfoca en la etapa de Secundaria, porque éste es el momento crítico en que cada persona, desde su singularidad, necesita conocerse para ir eligiendo, libremente, lo que quiere ser; en definitiva, para comenzar a ser consciente de su propio ser, de su propia identidad. Aprender a convivir con los demás es también aprender a conocerse a uno mismo. El artículo, desde la reflexión y fundamentación, pretende orientar a educadores, padres y madres, profesores y profesoras, en formas de actuación que facilitarán a los educandos el desarrollo de aprendizajes que le permitan tener recursos personales y sociales para desenvolverse en la sociedad cambiante que les ha tocado vivir.

La Unesco constituyó la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, para reflexionar sobre la forma en que la educación ha de hacer frente a los retos del futuro. Este informe sirve para extraer recomendaciones que han de orientar el diseño de las políticas educativas a nivel mundial y se fundamenta en cuatro pilares: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a vivir juntos. A pesar de las recomendaciones, no sólo del Informe Delors (1996), sino también del informe “Aprender a ser” del año 1973, ni la política educativa, ni los centros, ni los profesores, ni orientadores, ni familias, ni ninguna institución de la sociedad civil se ha preocupado de formar explícitamente en dos de los pilares propuestos: “aprender a ser” y “aprender a convivir juntos”. Durante mucho tiempo hemos dado excesiva importancia al conocer, al desarrollo de la dimensión cognitiva, y nos hemos despreocupado de otras dimensiones básicas del ser humano, como la afectiva, la moral y la cívica, incluso de la espiritual o trascendental.

Una de las finalidades de la educación es formar a personas, o el desarrollo integral de la persona y su capacidad para transformar la sociedad, propósitos que se han olvidado en este proceso. No sólo formar a personas que tengan recursos para adquirir conocimientos, sino que manifiesten también calidad en sus comportamientos. Y esto no es más que educar en habilidades, actitudes y valores. En efecto, todos sabemos que para ser íntegros y realizarse como personas no basta con tener muchos conocimientos, también hay que analizar actitudes y valores de nosotros mismos y de los demás, hay que elaborar conjuntamente las normas de convivencia para comprender el significado de las normas sociales, hay que “vivir” estos contenidos, generando espacios de reflexión, debate y acción, favoreciendo la comunicación, el intercambio de opiniones, la expresión de sentimientos, la aceptación de la diferencia, el respeto mutuo y la construcción de  acuerdos. Estos objetivos sólo se lograrán con el compromiso de todos los miembros de la comunidad educativa, especialmente del profesorado, y, por supuesto, con apoyo de  la familia, de las instituciones políticas y de la sociedad civil.

García López, Rafaela; Candela Pérez, Isabel (2010). La educación para la vida: el reto de aprender a ser y a vivir juntos en la educación secundaria. Revista Edetania: estudios y propuestas socio-educativas, ISSN 0214-8560, Nº. 38, págs. 41-56. Recuperado de dialnet.unirioja.es

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