Evaluación

La evaluación en el Aprendizaje Basado en Proyectos

24 Febrero, 2020

El documento destacado de esta semana corresponde al material de estudio de un curso abierto de aprendizaje basado en proyectos impartido el año 2013 por Intef-Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado, dependiente del Ministerio de Educación y Formación Profesional de España. El módulo del que forma parte el documento que compartimos trata específicamente de la evaluación en el aprendizaje basado en proyectos y tiene como propósitos reflexionar respecto de la necesidad de replantearse los mecanismos de evaluación tradicionales y valorar la necesidad de adoptar estrategias de evaluación alternativas; a la vez que presenta tres propuestas de evaluación ajustadas al aprendizaje basado en proyectos: el diario de aprendizaje, las rúbricas y el portafolios.

Dadas las exigencias curriculares actuales, que buscan la formación integral de los estudiantes, con énfasis en el desarrollo de competencias y habilidades, el aprendizaje basado en proyectos gana terreno como metodología de enseñanza –aprendizaje. El ABP, sigla con la que se conoce el aprendizaje basado en proyectos, es un método pedagógico que  involucra a los estudiantes de una manera activa en su aprendizaje, ya que deben desarrollar una investigación a partir de un problema o pregunta desafiante que esté relacionada con sus intereses y su mundo real. En esta búsqueda deben generar preguntas y buscar distintas fuentes para encontrar soluciones. En todo este proceso, la comunidad escolar reflexiona sobre qué, cómo y por qué están aprendiendo. Finalmente, los estudiantes presentan sus proyectos a una audiencia real de su comunidad. Esta metodología estimula el aprendizaje colaborativo y le da más significado y conexión con el mundo real a lo que aprenden. Gracias a esta metodología los estudiantes aprenden a aprender y desarrollan mayor autonomía, confianza, creatividad, pensamiento crítico, entre otras habilidades. Los profesores aumentan la colaboración, se sienten más motivados y recuperan el rol de guía, lo que también tiene un efecto muy positivo en la comunidad educativa.

Enseñanza y evaluación son las dos caras de una misma moneda. Entre ambas debe haber una correlación absoluta: nuestra manera de enseñar debe determinar nuestra manera de evaluar porque, de manera inevitable, nuestra manera de evaluar condiciona la manera de aprender de nuestros estudiantes. Por ello, si nuestro estilo de enseñanza está cerca de la instrucción directa y nuestro estilo de evaluación consiste en un examen escrito en el cual solicitamos de nuestros estudiantes que reproduzcan el contenido que nosotros expusimos en la fase de presentación, el mensaje en relación con el estilo de aprendizaje de nuestros estudiantes es bien claro: es necesario memorizar los contenidos y ninguna otra competencia es necesaria. Si, por el contrario, tenemos intención de valorar cómo se aprende y qué se aprende durante el desarrollo de nuestro proyecto y al final del mismo, así como la calidad del producto final y otros aspectos que encontremos relevantes (relaciones entre los estudiantes, relaciones dentro del grupo, cambio actitudinal, etc.), entonces tenemos necesidad de buscar mecanismos de evaluación alternativos más allá de las herramientas convencionales: estamos hablando de una evaluación alternativa para una enseñanza alternativa.


Trujillo Sáez, Fernando (2013) La evaluación en el aprendizaje basado en proyectos. Cursos tutorizados en línea. En abierto. Intef-Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado. Ministerio de Educación y Formación Profesional. España. Recuperado de formacion.intef.es

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