"La tutoría en educación a distancia tiene una serie de características específicas que la diferencian del resto de los roles docentes. Se trata del único sistema prolongado de interacción personal directa entre la institución académica y el alumno. De todos los sistemas de comunicación utilizados en la educación a distancia es, pues, el más flexible y capacitado para adaptarse a las necesidades planteadas por cada alumno. Esto es lo que confiere a la función tutorial a distancia una importancia decisiva”
En el ámbito de la enseñanza a distancia no universitaria, el profesor-tutor es la figura básica en la dirección y el mantenimiento del proceso de enseñanza-aprendizaje. Desarrolla entre otras funciones las de orientación, seguimiento y evaluación de dicho proceso. Ocupa un lugar clave; es un punto de referencia. Ofrece la posibilidad de orientación relativa a cualquiera de los aspectos que pueden afectar el aprendizaje del alumno.
El alumno dispone de la opción de relacionarse directamente con la institución docente en la que estudia, puede llevar a cabo su aprendizaje mediante un uso completamente autónomo de los materiales, y puede abordar en solitario las dificultades para desarrollar sus estudios derivadas de su situación personal. Pero también tiene la posibilidad real en los tres casos de utilizar el recurso más versátil de la educación a distancia: el profesor-tutor.
Las características de la acción tutorial en la educación a distancia son las siguientes:
- Se desarrolla alrededor del alumno. Es éste quien decide el ritmo de aprendizaje, la profundidad o el sentido de las orientaciones, aclaraciones o refuerzos que necesita.
- No es imprescindible para que el aprendizaje se produzca.
- Actúa como mecanismo potencial de intermediación entre los materiales y sistemas de comunicación didáctica y los alumnos.
- No controla los aspectos básicos de diseño y planificación del curso, aunque puede influir en ellos mediante su actividad mediadora.
- Lleva a cabo la evaluación de acuerdo con procedimientos previamente establecidos
- Orienta en aspectos no estrictamente didácticos (administrativos, de relación con la institución docente, de apoyo ante las dificultades que plantea el estudio...)
Funciones del profesor-tutor
Las funciones que debe desarrollar el profesor-tutor tienen que ver con los tres ámbitos de intermediación en los que realiza su tarea: el ámbito personal, el ámbito académico y el ámbito administrativo. A cada uno de estos tres ámbitos corresponden respectivamente las
funciones orientadoras, las
funciones didácticas y las
funciones de enlace. Las principales funciones son las siguientes:
Funciones orientadoras
La componente tecnológica sobre la que se desarrolla habitualmente la educación a distancia no debe hacernos olvidar que el tutor es fundamentalmente un educador. Esta condición confiere a las funciones orientadoras una importancia capital, pues en ellas se fundamenta una parte esencial de la relación educativa. Las más relevantes son las siguientes:
Funciones orientadoras
- Dar a conocer el funcionamiento del sistema de educación a distancia
- Reforzar el esfuerzo del alumno, tratando de evitar la sensación de soledad
- Clarificar el uso de los materiales y sistemas de comunicación
- Regular el ritmo de trabajo del alumno, vinculándolo a sus metas y a sus posibilidades efectivas
- Ayudar a controlar sentimientos de ansiedad ante dificultades del estudio.
- Favorecer la comunicación entre los alumnos, mediante iniciativas de trabajo grupal
Funciones didácticas
La preponderancia del trabajo individual y solitario del alumno en los sistemas de educación a distancia no supone la inexistencia de un proceso de enseñanza aprendizaje. La dirección de dicho proceso corresponde obviamente al tutor, que debe desarrollar las siguientes funciones didácticas:
Funciones didácticas
- Aclarar los objetivos, contenidos y criterios de evaluación
- Orientar sobre la organización y desarrollo del proceso de aprendizaje
- Prevenir posibles dificultades de aprendizaje y aclarar las dudas que aparezcan
- Adaptar los contenidos y actividades a las características del alumno
- Complementar las posibles lagunas y suplir las posibles deficiencias del material didáctico
- Enmarcar los aprendizajes realizados por el alumno en contextos más amplios
- Fomentar el uso de recursos educativos y culturales complementarios
- Evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje
Funciones de enlace
El alejamiento espacial y temporal del alumnado del centro docente tradicional. La inexistencia en algunos casos de este tipo de centros, como en el caso de las universidades, organizaciones docentes y curso virtuales, por ejemplo, obligan al tutor a ejercer una serie de funciones de enlace entre cada participante y la institución docente a la que pertenece. Este tipo de funciones permiten contextualizar los procesos de enseñanza-aprendizaje a distancia y les otorgan un cierto sentido colectivo. Las más importantes son las siguientes:
- Conocer la estructura y los mecanismos de funcionamiento de la institución docente que ofrece la enseñanza a distancia
- Informar a los alumnos de las posibilidades de acceso a instalaciones y sistemas de información, derivadas de su condición de tales.
- Facilitar información sobre las gestiones de tipo administrativo que deban llevar a cabo los alumnos con la institución docente.
- Vincular al alumnado con la institución docente, informándole y animándole a participar en actividades no lectivas.
Tipos de tutoría
Existen diversas formas de apoyo tutorial en educación a distancia, que pueden clasificarse atendiendo a los siguientes puntos de vista:
Finalidad de la tutoría
Como cualquiera de las iniciativas que se llevan a cabo en la educación a distancia, las sesiones de tutoría deben estar sujetas a una minuciosa planificación. Esta planificación debe tener en cuenta el tipo de interacción, el agrupamiento de los alumnos y su finalidad. En el caso de los dos primeros criterios la planificación realizada por el tutor será determinante en el formato que adopte la tutoría. Pero en el caso de la finalidad, las intenciones y necesidades del alumno tendrán una importancia considerable.
¿Quién toma la decisión sobre la finalidad de la tutoría? En cuanto a las líneas generales de planificación lo hará el tutor. Se pueden programar sesiones tutoriales para orientar sobre procedimientos específicos para el aprendizaje a distancia (a comienzos del curso) o sobre elección de alternativas de continuidad en los estudios (cuando el curso declina). Pero en el desarrollo concreto del curso serán las demandas del alumno las que irán determinando la finalidad de cada una de las sesiones de tutoría.
En líneas generales puede decirse que las tutorías que tienen
finalidad didáctica son aquellas destinadas a resolver dudas sobre los contenidos, a la corrección de actividades o ejercicios realizados por el alumno, a la ampliación de determinados aspectos de un tema, al refuerzo de cuestiones sobre las que se han realizado aprendizajes insuficientes o erróneos, a la puesta en común de trabajos, etc.
Las tutorías que tienen
finalidad orientadora son las dirigidas a la adquisición o mejora de técnicas de estudio, a la utilización adecuada de los sistemas de comunicación y de los materiales didácticos correspondientes al curso, al asesoramiento sobre itinerarios educativos o formativos que den continuidad a los estudios que realiza el alumno, al apoyo y consejo sobre dificultades personales externas que influyen sobre la dedicación o la continuidad en el estudio, etc.
No obstante lo indicado anteriormente, es difícil encontrar tutorías con una sola finalidad. Puede haber sesiones tutoriales específicamente diseñadas para cubrir determinados objetivos concretos en momentos muy determinados del curso, tales como las que pueden plantearse con carácter orientativo a comienzos del mismo. Pero en general
las buenas tutorías(como las buenas clases presenciales) deberían
compartir la finalidad didáctica y la finalidad orientadora. Esto supone partir del principio de educación individualizada:
La enseñanza individualizada parte de una organización y de unos programas que pueden tener carácter general y aplicarse a un grupo de participantes pero que a la hora de su aplicación tienen en primer lugar en cuenta las características de cada individuo. (Puente, J. M., 1990: 38)
Organización de la tutoría en función de los destinatarios
La concepción más clásica de la atención tutorial a distancia supone una atención individualizada. Esta es una de las
mayores ventajas de esta modalidad educativa. La naturaleza de la educación a distancia supone necesariamente un proceso de enseñanza-aprendizaje muy flexible e individualizado. Esto supone que los diferentes alumnos del grupo pueden encontrarse en momentos y situaciones muy diversos en cuanto al estudio de los contenidos del curso. Por ello la atención personalizada que ofrece la tutoría individual es la que más se ajusta a las necesidades de aquellos.
Desde el punto de vista de la planificación, las
tutorías individuales se organizan como periodos de tiempo en los que es posible una comunicación interpersonal entre tutor y alumno. Una vez establecida la planificación, la iniciativa para dicha comunicación suele corresponder al alumno.
La comunicación personalizada entre tutor y alumno puede coincidir o no en el tiempo. Si esta interacción está sincronizada, es decir si (como se dice ahora) la
comunicación se realiza en
tiempo real, las tutorías individuales pueden ser
presenciales (comunicación cara a cara),
telefónicas o
telemáticas (utilizando herramientas de mensajería instantánea y videoconferencia).
Si la comunicación no tiene lugar en tiempo real, es decir si se produce una
comunicación asíncrona, diferida en el tiempo, las tutorías individuales pueden ser
por correspondencia, si se utiliza la escritura en soporte papel o
telemáticas, si se utiliza el
correo electrónico.
Además de las tutorías individuales pueden organizarse
tutorías colectivas. Las tutorías colectivas tienen un doble sentido. En primer lugar pretenden cumplir un
papel socializador, del que tan necesitados están los estudiantes a distancia. En segundo lugar pretenden atender los aspectos más prácticos de la materia (sesiones de laboratorio, taller, puestas en común, etc.)
Las tutorías colectivas deben ser planificadas de acuerdo con estos dos aspectos básicos, tratando de plantear encuentros
cara a cara entre alumnos que permitan promover algunos intercambios entre ellos en determinados aspectos de su proceso de aprendizaje.
En la actualidad, el formato básico de las tutorías colectivas es el de un
encuentropresencial entre los miembros del grupo. Pero cada vez resulta más asequible la puesta en marcha del formato de
videoconferencia, creando las denominadas
aulas virtuales. Dichas aulas pueden ponerse en marcha de un modo poco costoso utilizando algunos programas gratuitos de mensajería instantánea y de telefonía IP. Las dificultades para la utilización efectiva de este tipo de tecnologías radican en la escasez de infraestructuras telemáticas a disposición de los usuarios.
Las tutorías colectivas presenciales pueden adoptar distintas fórmulas. Pueden utilizarse para exponer un determinado tema o cuestión de especial dificultad mediante una exposición de tipo magistral; pueden adoptar la estructura de un seminario entre los alumnos para la realización de pequeñas investigaciones, trabajos colectivos o puestas en común; pueden consistir en la realización de prácticas (de laboratorio, de taller, de conversación entre alumnos en el caso del aprendizaje de idiomas, etc.); pueden ser foros de discusión, debate e intercambio.
Dentro de las tutorías colectivas presenciales cabría distinguir entre las de
gran grupo, (que suelen ser las más utilizadas) para la realización de actividades como las indicadas en el párrafo anterior, y las de
pequeño grupo, centradas en grupos de alumnos formados en torno a determinados tipos de trabajo, inquietudes, e incluso a ritmos y actividades de estudio compartidos. No siempre es posible conformar este tipo de grupos en esta modalidad. Su creación depende siempre de las características del alumnado y suele propiciarse en las tutorías presenciales de gran grupo. Aun teniendo presentes las dificultades para lograrlo, es interesante fomentar este tipo de agrupamientos que, en ocasiones, mitigan un tanto la sensación de soledad de los estudiantes.
Tipos de tutoría en función de la interacción alumno-tutor
Teniendo en cuenta el tipo de interacción entre los alumnos y el profesor tutor las tutorías pueden ser
presenciales o
a distancia.
Las tutorías presenciales son las de mayor relevancia en los actuales modelos de educación a distancia, aunque no las más frecuentes necesariamente. El déficit de interacciones
cara a cara entre alumnos y tutor las confiere un triple valor. En primer lugar admiten una
acción flexible por parte del docente. Éste puede aportar su conocimiento científico y pedagógico en función de las necesidades que vaya detectando (aclarando dudas, volviendo atrás, reforzando o ampliando, utilizando diferentes tecnologías o medios didácticos, etc.).
En segundo lugar permiten un
refuerzo personal instantáneo y directo por parte del principal referente y recurso que posee el alumno en cuanto al proceso de enseñanza-aprendizaje se refiere. Este tipo de refuerzo es precioso en la educación a distancia, en la que el alumno
siente un cierto aislamiento y desasosiego en relación con los resultados efectivos de su esfuerzo en orden al logro de aprendizajes reales.
En tercer lugar suponen una puerta al
aprendizaje socializado, al permitir una interacción con otras personas que se hallan jugando el mismo rol. El refuerzo de la función socializadora del aprendizaje es importante en cuanto aprendemos siempre con los otros y para los otros. Esto, que es una evidencia, no siempre es percibido adecuadamente por los estudiantes a distancia, en los que predomina una sensación de aislamiento que a veces anula cualquier otra referencia.
Las tutorías prototípicas de la educación a distancia son las
tutorías a distancia. Éstas tienen diferentes características según que el medio de interacción que se utilice sea oral o escrito. Las
tutorías telefónicas, suelen ser utilizadas para resolver dudas o dificultades puntuales que tengan los alumnos. Estas dudas o dificultades pueden referirse a aspectos didácticos o de orientación, pero para ser resueltas por este medio no deben ser de una gran magnitud. A veces se utiliza la tutoría telefónica para evaluar una situación o resolver una dificultad de mayor amplitud que haya sido planteada previamente por escrito por el alumno.
Las tutorías a distancia que utilizan el lenguaje escrito tienen mayor sentido cuando se refieren a aspectos centrales del proceso de enseñanza-aprendizaje. La más clásica y más utilizada tradicionalmente es la
tutoría por correspondencia. Este método de intercambio de información suele ser el más empleado para la evaluación de las actividades previstas en las unidades didácticas (remisión de los ejercicios al tutor, análisis, corrección y valoración, por parte de éste, y devolución al alumno de las sugerencias de actuación derivadas de este proceso). Tiene el inconveniente de la lentitud, lo que a veces lo hace inadecuado para la evaluación de actividades puntuales, que son imprescindibles para la continuación del proceso de aprendizaje. Por eso a veces se complementa, como hemos indicado, con llamadas telefónicas.
Para paliar estas dificultades se vienen utilizando de manera creciente las tecnologías de la información y la comunicación. Estas tecnologías tienen la dificultad de que el acceso a las mismas es escaso, aunque esto puede no ser así a medio plazo. Para consultas e intercambios de información no muy extensa se usa el fax. Pero el hecho de que su contenido tenga algunas dificultades para procesarse digitalmente lo está arrinconando en beneficio de otras tecnologías telemáticas.
Las
tutorías telemáticas están alcanzando una importancia creciente en la educación a distancia. Cabría distinguir aquí las enseñanzas a distancia en soporte telemático que utilizan
plataformas virtuales y materiales diseñados para un acceso a los mismos a través de Internet, de los cursos a distancia en soportes convencionales que pueden utilizar tecnologías telemáticas (singularmente el correo electrónico) para la comunicación entre alumnos y tutores.
El presente curso pertenece a la primera clase. Como puede comprobar el lector, el curso se aloja en una
plataforma virtual a través de la cuál puede gestionarse y llevarse a cabo el proceso de formación. El curso funciona en dicha plataforma como un entorno exclusivo, que contiene entre otros recursos, un sistema de
mensajería interna y otro de
foros, diseñados para llevar a cabo tutorías individuales y colectivas.
Este tipo de plataformas ofrece una gran versatilidad ya que permite transferir con suma rapidez grandes cantidades de información, que pueden ser manipulada directamente y devuelta al emisor en el mismo formato que éste utilizó.
Fuente:
www.ite.educacion.es