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¿Por qué las personas no comprenden lo que leen?

Desde que es posible tener un mejor entendimiento de los numerosos y complejos procesos mentales y contextuales que intervienen en la lectura, se ha desarrollado una modificación gradual en su concepción inicial. De manera general, podríamos señalar que ha habido un cambio paulatino en la concepción de la lectura al pasar de un enfoque casi exclusivamente centrado en la adquisición de las habilidades más básicas en el inicio del proceso lector y en aspectos más relacionados con las disfunciones que pudiesen producirse en ese período, a otra concepción más amplia, puesto que abarca prácticamente a todo tipo de lectores y que se centra, fundamentalmente, en los procesos de comprensión. Actualmente la lectura se identifica como un proceso enormemente complejo, en el que entran en juego un importante grupo o niveles de representación, tipos de conocimiento, estrategias, motivación, planes de escritura y que afecta a todo el ciclo vital. Es más, el proceso de lectura no se acaba nunca pues continúa desarrollándose a lo largo de la vida. Este proceso de lectura se complica aún más pues también implica una amplia actividad interactiva. Todo para conseguir el valor más preciado de la lectura, comprender lo que se lee y extraer así el significado.

Actualmente, tanto la concepción lectora como su evaluación, se han ampliado hasta tal punto que hoy constituyen lo que se denomina como la «cultura lectora», como una habilidad básica sobre la que se desarrolla toda una actividad cultural, mediante la cual las personas nos desenvolvemos y aplicamos nuestros conocimientos y estrategias lectoras en múltiples contextos de la vida diaria de manera más o menos eficiente. La lectura ya no se identifica tanto con la decodificación del material escrito y su comprensión literal o con aquella habilidad simplista de leer y escribir per se, sino como sinónimo de una comprensión profunda, de saber utilizar y reflexionar sobre lo que se lee en base a alcanzar los objetivos y metas propuestos por el lector, ampliar sus conocimientos e, incluso, ser socialmente más participativo. Esta perspectiva de la lectura es la que se asume en el artículo, y es la forma en que se entiende la competencia lectora.

León, José A (2004) ¿Por qué las personas no comprenden lo que leen? Revista Psicología Educativa, Vol. 10, n.º 2 - Págs. 101-116. Recuperado de researchgate

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