Convivencia Escolar

Prevención de adicciones desde la familia

19 Octubre, 2018

Parte de la convivencia escolar se relaciona con el desarrollo de habilidades blandas de todos los integrantes de una comunidad educativa. Para lograrlo, es necesario potenciar el fortalecimiento de aspectos emocionales y valorativos como el autoconocimiento, la autovaloración, el autoestima, la empatía, entre otros.  Esta difícil tarea implica incorporar en los programas de convivencia escolar propósitos y experiencias que colaboren con la formación integral de los estudiantes, incluyendo acciones que tiendan a la prevención de adicciones, y que involucren a todos los integrantes de la comunidad. Es en esta línea que compartimos un documento elaborado por la Junta de Andalucía en España, cuyo propósito es constituirse en un material de trabajo en Escuela para Padres con el fin de prevenir adicciones en los estudiantes. La adicción a las drogas, el tabaco, el alcohol y otro tipo de tóxicos, es una realidad entre los jóvenes a nivel mundial, por lo tanto la escuela debe hacerse cargo. Debe quedar en claro que prevenir no es reprimir, sino educar, para que el niño o el adolescente elija conscientemente no depender de ninguna sustancia para poder desenvolverse en la vida, sentir plenamente y superar las adversidades, no porque así se lo inculcaron, sino porque comprendió lo nocivo que resulta para su vida, y escogió la no dependencia. Las drogas, el alcohol y el tabaco entra en las escuelas de muchas maneras, en general como travesura o modo de hacerse notar dentro del grupo de pares, y genera un hábito muy difícil de erradicar con consecuencias terribles para la salud psicofísica de los menores, y  futuros adultos. Si bien hay en las escuelas asignaturas específicas que contemplan estos temas en sus currículums, los hechos demuestran que no es suficiente lo que se está haciendo, pues cada día son más los adolescentes adictos, aún cuando conocen los riesgos a los que se exponen. Esto ocurre por la etapa de la vida por la que transitan, en la que se sienten que nada puede pasarles, hasta que se enfrentan con la terrible realidad de no ver la salida. El problema es real y grave, jóvenes y adultos debemos tomar conciencia de ello, éstos últimos siendo ejemplo de no caer y superar las adicciones, pues ¿cómo decirle a un joven que no beba o fume si sus padres o docentes lo hacen?. Y desde las instituciones educativas tomar medidas y realizar acciones concretas, intencionadas, refrendadas en el programa de convivencia escolar institucional, que evidencien que se están haciendo cargo de esta realidad en el marco de la formación integral de sus estudiantes y de toda la comunidad educativa. Estas medidas deben incluir experiencias no solo con los estudiantes, sino también con cada uno de los estamentos de la comunidad, por tanto, realizar talleres para padres, reuniones de reflexión entre profesores, son algunas instancias que no pueden faltar. El documento ofrece información simple y concreta para trabajar la prevención de adicciones en talleres para padres, en un formato amigable, que se puede adaptar a la realidad de cada institución educativa. Fuente.

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