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Sociedad multicultural de información y educación. Papel de los flujos Electrónicos de información y su Organización
1 Octubre, 2012
En este siglo XXI nos enfrentamos al reto de construir una sociedad de información multicultural que, con base en la educación, la democracia y el respeto individual y colectivo, amplíe las oportunidades de desarrollo y justicia para todos, en un ambiente de convivencia pacífica y de armonía con el medio que nos rodea. El presente trabajo resalta la importancia de los flujos electrónicos de información para este propósito y la estructuración de políticas de información que deben insertarse prioritariamente, a su vez, en las políticas públicas e institucionales. Se reitera la importancia de una educación de calidad, que requiere cambios paradigmáticos y una transformación del proceso de enseñanza-aprendizaje centrado en el receptor del proceso. Las tecnologías integradas de información y comunicación son ya coadyuvantes indispensables del proceso educativo. Se hace referencia a los nuevos papeles que desempeñan los profesionales de la información, quienes deberán colaborar de manera interdisciplinaria en proyectos multidisciplinarios de educación que satisfagan las demandas sociales de una educación permanente. Se resalta la importancia de la organización de la información y el papel de las bibliotecas digitales para la educación presencial, a distancia y virtual.
Sociedad multicultural de información y educación. Papel de los flujos Electrónicos de información y su Organización
- Escrito por: Margarita Almada.
Introducción
La construcción de una sociedad del conocimiento tiene como eje fundamental a la educación. Frente a la mundialización o globalización actual, la educación es un tema que debe abordarse en todos los países y regiones del mundo, tanto para considerar nuevos paradigmas educativos y de comunicación de la inforión, como para las tecnologías de la información que mejor apoyen los procesos y la transferencia y acceso al conocimiento. Con la misma importancia deben incluirse aquellas características locales indispensables para que la educación sea de calidad, y con las características culturales que mantengan un sano equilibrio entre la modernidad y la tradición, entre lo global y lo local, para una sociedad mundial y una comunidad local, ambas de progreso para el bienestar y la convivencia. Dentro de las políticas educativas propuestas por los países latinoamericanos, los flujos electrónicos de información, su organización y distribución y las bibliotecas digitales, deben alcanzar un papel más relevante de lo que hasta ahora se ha manifestado. Deben tomarse como insumos prioritarios para la educación y el conocimiento; con el soporte de las tecnologías de la información transforman los medios y procesos a través de los cuales se accede al conocimiento. Se reconoce que la comunicación, la información y el conocimiento son componentes inseparables de los procesos educativos; sin embargo, falta identificar en esta estrecha e inseparable vinculación a los nuevos actores que han de incluirse también en la planeación de los programas educativos. Los especialistas, investigadores y profesionales de las disciplinas relacionadas con la información y la comunicación, tales como la bibliotecología, la ciencia de la información, la documentación, la archivología y la ciencia de la comunicación, deben integrarse en grupos multidisciplinarios con los docentes y pedagogos, con psicólogos, sociólogos, lingüistas, computólogos, ingenieros en telecomunicaciones e informáticos, en el planeamiento interdisciplinario de proyectos y programas de educación en sus diversas modalidades y niveles.Información e igualdad de oportunidades
Inicio este trabajo con algunas definiciones que, si bien pueden parecer obvias, nos ayudan a establecer un marco de referencia para reflexionar sobre los flujos de información en la educación, especialmente la educación a distancia y virtual, que, cada vez más, se va incorporando como elemento de apoyo a la educación presencial y como opción para ampliar la oferta educativa a la sociedad. La comunicación como fundamento de la cultura humana y, por ello, como elemento esencial de la interacción social, se puede definir sencillamente como el intercambio de significados entre individuos por medio de un sistema común de símbolos. En realidad no es hasta el siglo XX que, debido a los avances científicos y tecnológicos que dan lugar a la comunicación masiva, aparecen definiciones explícitas y se proponen teorías de la comunicación. La comunicación juega un papel primordial en la modificación del comportamiento humano. Se ha observado que la adopción de tecnologías por un sector de la sociedad o por múltiples grupos sociales puede cambiar su forma de vida. El uso de la red Internet y de la «World Wide Web», por ejemplo, están cambiando la manera en que trabajamos, nos comunicamos, compramos, difundimos información, accedemos a información, hacemos transacciones bancarias, cursamos estudios y nos divertimos; es decir, transforman nuestro quehacer cotidiano. Las tecnologías de la información penetran en los sectores de mayor desarrollo socioeconómico, modificando la manera de transmitir y distribuir mensajes, muy especialmente a partir del uso de la Internet en los diversos sectores académicos, económico/financieros sociales y políticos. Si consideramos que esas tecnologías de la información y la comunicación nos facilitan dichas acciones, entonces debemos usarlas para ampliar las oportunidades de educación, convivencia, empleo y bienestar para toda la población, sobre todo para aquella que hasta ahora, a comienzos del siglo XXI, permanece aún marginada y sin las mismas oportunidades de justicia, educación y desarrollo. Se requiere evitar el ensanchamiento de la brecha entre una minoría privilegiada que se beneficia de todo tipo de progreso, y la proporción considerable de la humanidad relegada a soportar sólo los inconvenientes. La relación comunicación/información es tan estrecha que el conjunto integra una interdisciplina. El desarrollo y la integración de diversas tecnologías de telecomunicaciones e información posibilitan el transporte y la transferencia de mayores volúmenes de información, reduciéndose considerablemente el tiempo y facilitando la interacción entre las personas y con la información. Ello contribuye al fortalecimiento y engrandecimiento del propio ciclo de información, que pasa por encima de barreras políticas y nacionales. Contribuye así al surgimiento de una nueva etapa en la evolución de la sociedad internacional, en donde la información se convierte en el medio fundamental de interrelación, intercambio, comercialización, educación y trabajo; lo que se ha dado en llamar globalización o mundialización. La sociedad ha evolucionado de una economía basada en la manufactura de bienes físicos a otra de servicios, en la que la sociedad que tiene acceso a ellos utiliza la información como medio para alcanzar sus metas y maximizar así el valor de la actualización y posesión de la misma. De tal manera, en esta etapa se hacen evidentes nuevas estructuras de poder entre las sociedades y naciones privilegiadas que poseen información y aquéllas desposeídas de ella.La educación en el siglo XXI
Una sociedad del conocimiento será aquella que, a partir de alcanzar el nivel de una sociedad educada, puede recuperar información para enriquecer su conocimiento y tomar las decisiones pertinentes a su propio desarrollo personal y colectivo. Si bien a finales del siglo XX aumentaron las oportunidades de acceso a la información y al conocimiento, con millones de personas usando estas tecnologías en todo el mundo, la mayor parte de la población mundial aún no la puede utilizar para su beneficio. Ante esta realidad, la educación, la formación profesional, la formación académica y la actualización como proceso permanente de vida, se convierten en pilares fundamentales de las reformas sociales, económicas y políticas que deberán enfrentar las sociedades del siglo XXI. En el documento de la UNESCO (1995) sobre la educación en el siglo XXI, se manifiesta que no puede plantearse ni instrumentarse una transformación de la sociedad hacia un desarrollo sostenible, en armonía con el medio ambiente, con justicia y seguridad, con empleo y alivio de la pobreza, en convivencia pacífica y democrática —puntos todos ellos manifestados en y por la mayoría de los países en la actualidad—, sin una transformación del proceso educativo. La educación puede favorecer la creatividad de cada individuo, contribuyendo también a promover la cohesión en una sociedad cada vez más mundializada. En dicho documento se indican como principales temas para el planteamiento de la educación para el siglo XXI:- Las principales tendencias y tensiones en la educación.
- Los cuatro pilares fundamentales de la educación.
- La educación como proceso de vida, y
- La educación y las nuevas tecnologías de comunicación e información.
Información y conocimiento
Para ampliar las posibilidades de acceso a una institución educativa de calidad, se requiere involucrar a nuevos actores en el proceso educativo. Esos nuevos actores serán, sin duda, los especialistas en la organización, manejo, acceso, recuperación y distribución de la información desde sus diversas perspectivas disciplinarias. Recordemos que la educación es un proceso permanente de enriquecimiento continuo del conocimiento y del saber hacer o «saber cómo hacer»; es también el mejor medio para la construcción privilegiada de cada persona y de las relaciones entre individuos, grupos y naciones. Los seres humanos nos encontramos, en la actualidad, divididos entre la mundialización o globalización y la búsqueda de nuestras raíces, nuestros puntos de referencia y nuestro sentido de pertenencia. Si aceptamos que el proceso de enseñanza/aprendizaje debe diseñarse para que cada individuo aproveche al máximo sus capacidades, el concepto de educación debe ampliarse en tiempo y espacio para que realmente sea un proceso de vida, la educación a través de toda la vida. Sin duda estamos en la transición hacia una sociedad cognoscitiva, es decir, dirigida por el conocimiento. Al mismo tiempo, debemos estar conscientes de los fracasos en la aplicación del conocimiento para un bienestar más amplio y justamente distribuido, precisamente por la naturaleza endógena de los mecanismos de acumulación y aplicación del conocimiento. Tanto en países desarrollados como en desarrollo, queda aún mucho por discutir y avanzar en cuanto a la aplicación de las TIC (tecnologías de la información y la comunicación). Entre los temas relacionados con la educación se mencionan:- los que las consideran como herramienta y soporte para mejorar la calidad del proceso educativo. Ya no deben observarse las tecnologías integradas de información y comunicación únicamente como soportes tecnológicos, sino como elementos integradores e incluyentes de los procesos de acceso y recuperación de información y transferencia de conocimiento y de enseñanza/aprendizaje;
- los cambios profundos y aun paradigmáticos que requiere el proceso educativo, tanto por el oferente como por el receptor, y
- los aspectos sociales y culturales, legales, políticos y económicos de la transferencia electrónica de la información, que deberán considerarse al planear la distribución, organización, acceso y recuperación local, nacional o mundial.
Las nuevas tecnologías al servicio del desarrollo educativo
Desde siempre la información, en tanto vehículo de transmisión de conocimiento, ha constituido un factor esencial en el avance de la sociedad. El actual desarrollo de todas las disciplinas se caracteriza, entre otros factores, por una aceleración en la recopilación, almacenamiento, procesamiento y transmisión de información, lo cual ha producido diversos efectos como elemento estratégico para el desarrollo integral de la sociedad. La existencia de la ciencia social se basa en la capacidad de tratar a un grupo social como una organización y no como una aglomeración. La comunicación es el aglutinamiento que forma las organizaciones. Sólo la comunicación permite a un grupo pensar unido, ver unido y actuar unido. La información juega un papel fundamental en las relaciones internacionales, tanto como medio de comunicación entre personas, como instrumento de entendimiento y conocimiento entre las naciones. Este papel se torna aún más importante y crucial en las relaciones internacionales contemporáneas, ya que los nuevos desarrollos tecnológicos otorgan a la comunidad internacional rápidos y sofisticados medios de comunicación que permiten la transmisión casi instantánea de información a diferentes regiones del globo. No obstante, la distribución de la información en el mundo actual se caracteriza por desequilibrios básicos que reflejan un desnivel general que afecta a la comunidad internacional; ello se manifiesta en una amplia variedad de campos, especialmente en las esferas políticas, legales, técnicas y financieras (Deutsch, 1956). La posesión y oportuna aplicación de la información es factor esencial de progreso; es elemento indispensable para el uso racional de recursos, para avances científicos, tecnológicos, sociales y culturales, y como prerrequisito para el desarrollo; es, pues, un recurso vital para el proceso educativo y para el avance del conocimiento. Por ello, en nuestros días la información adquiere una connotación especial y, por lo tanto, es indispensable considerar el estudio y la investigación en el campo como prioritarios y como actores es importantes a considerar en la transformación del proceso educativo (Ascencio, Gil, 1989). La importancia de la información y su relevancia en los procesos de enseñanza/aprendizaje es obvia; pero también lo es la necesidad de comprender los procesos de los flujos de información y su organización. Para que una persona se eduque necesita adquirir información que enriquezca sus conocimientos, y, a través de ellos, adquiera nuevos conocimientos, habilidades y actitudes que le faciliten tomar decisiones para su desarrollo personal y colectivo. Deberá tener acceso a la información y al conocimiento registrados que sean relevante para su aprendizaje. La educación permanente es la construcción continua de la persona, de su saber y de sus aptitudes, de su facultad crítica, de sus actitudes y capacidad de actuar; debe habilitar para desarrollar una conciencia crítica de cada individuo sobre sí mismo y fomentar su plena participación en el trabajo y en la sociedad. De aquí la importancia de dirigir los planes educativos hacia una «sociedad educadora y educada» para el próximo siglo. Ello no se alcanzará si no se logra ampliar la oferta educativa de calidad con equidad y con apoyo en las llamadas nuevas tecnologías de la información. El concepto de educación continua o educación a lo largo de la vida tiene las ventajas de su flexibilidad, su diversidad y su disponibilidad en tiempo y espacio. La educación continua, la educación a distancia y el aprovechamiento de las tecnologías de la comunicación y la información, deberán ofrecer mayores oportunidades para el desarrollo del proyecto personal de cada individuo.Organización de la información y transferencia de conocimiento
La universidad virtual, entendida como la apertura de la universidad hacia la comunidad extramuros con el apoyo de las tecnologías de la información para ampliar la oferta de servicios de docencia y difusión de la cultura, así como la interacción de grupos intra y extramuros a través del espacio cibernético, requiere revisar la infraestructura tecnológica, los recursos humanos multidisciplinarios y la estructura y organización de los contenidos y flujos de información necesarios para su funcionamiento. Los antecedentes de «universidad virtual» los encontramos en las infraestructuras de apoyo a la transferencia de información electrónica para los sectores de educación superior e investigación, la educación y formación a distancia y elementos de las educaciones abierta y continua. También debemos incluir los estudios e investigaciones sobre el comportamiento de las personas en la búsqueda y acceso a la información oportuna, relevante y pertinente a sus intereses, y en la organización de información y administración de servicios de información electrónicos. Los flujos electrónicos de información son insumo indispensable de los procesos multimodales de enseñanza/aprendizaje. Las investigaciones sobre flujos electrónicos de información —políticas, organización, recuperación y uso— son importantes para la proyección interdisciplinaria de la educación continua a distancia y de la universidad a distancia y virtual. Más que nunca los especialistas en las diversas disciplinas afines a la información, la comunicación y la educación —incluyendo los aspectos editoriales, edición y publicación electrónica—, deben colaborar de manera interdisciplinaria con todos los actores que participan en el diseño, desarrollo y puesta en marcha de los procesos de educación a distancia y de educación virtual. Hago énfasis en la palabra interdisciplinaria, porque cada uno de los participantes en un proyecto multidisciplinario tendrá que apreciar la perspectiva de los especialistas de otras disciplinas, con objeto de tener una visión integrada del problema y de las necesidades de académicos, alumnos y administradores en el proceso educativo. Al desarrollar sistemas de información para la educación continua a distancia y virtual, debemos considerar la posibilidad de un autor/usuario; es decir, quien accede a esta modalidad educativa puede ser, a su vez, oferente y receptor de información. Los sistemas deben ser organizados para el acceso coherente, amplio, oportuno y pertinente para el participante del proceso educativo. Los primeros desarrollos tecnológicos para la transferencia de información electrónica prácticamente no tomaron en cuenta la necesidad de la participación de especialistas en la organización de contenidos de información. Sin embargo, ante la demanda de facilitar el acceso y de mejorar la recuperación de la información, se ha requerido incorporar, cada vez con mayor participación, a los profesionales de información expertos en la organización, acceso o recuperación de información. Los proyectos de universidad en línea, teleducación o educación o universidad virtual, requieren de grupos interdisciplinarios de desarrollo, apoyados en investigaciones interdisciplinarias, en los que participen investigadores en educación y pedagogía, cómputo —inteligencia artificial— y cibernética, informática y telecomunicaciones, psicología, lingüística, bibliotecología, ciencias de la información y de la comunicación, etc. Reitero la importancia de incluir en los equipos de trabajo a especialistas en bibliotecología e información, con objeto de apoyar el mejor flujo y organización de contenidos sobre soportes electrónicos para su interacción a distancia, incluyendo los materiales p Así han surgido nuevas tecnologías para apoyar la organización del conocimiento: estructuras y relaciones en el ambiente en línea, aplicaciones de estructuras tradicionales y no tradicionales a los sistemas digitalizados de recuperación de información (motores de búsqueda, bases de conocimiento distribuidas y multilingües, etc.). Se dice que la recuperación de la información debe ser oportuna y relevante para las necesidades del usuario de la información. El concepto de relevancia es subjetivo; dependerá de cada individuo, de sus conocimientos y de su juicio de selección. ¿Cómo se logra entonces consistencia en la recuperación? Dependerá sobre todo de la organización de la información y de los modelos matemáticos de recuperación que se apliquen a los flujos electrónicos de datos y de información, así como de la percepción y comprensión del tema y de su terminología. En la actualidad, el estudio de las teorías de la información y la recuperación se incluyen en algunos programas de postgrado en bibliotecología y en ciencias de la información, en ingeniería —investigación de operaciones, telecomunicaciones, electrónica—, cibernética, ciencias administrativas y procesos de toma de decisiones, y en ciencias cognoscitivas en algunas universidades. Sin embargo, aún queda mucho por investigar en estos campos y mucho que revisar en los programas curriculares para entender mejor el complejo fenómeno interdisciplinario de la transferencia de información y de conocimiento; en éste último habría que agregar a las neurociencias y a las ciencias del comportamiento. Sin embargo, aunque los principios que rigen los flujos de la información electrónica nos sugieren amplias posibilidades para la educación a distancia y la universidad virtual, la planeación de los sistemas en red y las ventajas o desventajas de los sistemas integrados de información aún deben analizarse. En ocasiones, las administraciones universitarias privilegian las tecnologías de la información sobre los recursos y servicios de la información (Branin, J., D’Elia, G., Shaugnessy, T., Adams, C., 1997). Sin una adecuada inversión de recursos humanos y económicos en la planeación y organización de los flujos de información para la universidad virtual, ésta no podrá funcionar como tal.Educación a distancia y universidad virtual
La biblioteca digital debe ser, para la educación a distancia y virtual, el centro de administración del conocimiento de la institución. Las bibliotecas que participen en la educación virtual serán centros de conocimiento virtuales que distribuyan las colecciones digitalizadas y una gran cantidad de recursos informativos en medios electrónicos, aprobados por los maestros y por los bibliotecólogos, para el acceso oportuno de flujos de información relevantes para los cursos. Un curso de educación a distancia, de acceso a través de un portal o sitio Web, podrá incluir:- Los objetivos y propósitos del curso.
- La descripción del curso.
- Las notas de seminario.
- Las publicaciones, artículos y referencias bibliográficas.
- Los formatos de examen.
- El acceso a bibliotecas digitales.
- Las vinculaciones a otros materiales relevantes en el Web.
- Una sección de interés general.
- Los chats, listas de discusión, teleconferencias y otros medios para la comunicación colectiva o individual entre los alumnos o con los maestros, tutores e instructores.
- Distanciamiento; pérdida de la misión educadora del docente si no logra una interacción con los alumnos y entre ellos mismos. Se puede confundir el papel de los facilitadores, instructores y supervisores, que son personal de apoyo, con el del maestro.
- Cerrazón en lugar de apertura para acceder a la información. El peligro de que, en vez de ampliarse las posibilidades de acceso, como podría pensarse al usar Internet, su carencia actual de organización de la información podría conducir al alumno distante a acceder sólo a los materiales informativos preparados ex profeso para el curso, sin completar la búsqueda en las bibliotecas digitales y sin recurrir a otros recursos informativos y materiales organizados en el medio cibernético para facilitar su acceso y recuperación.
- Las posibilidades de acceso podrían reducirse por la ausencia de un control bibliográfico adecuado que le impidiera fácilmente recuperar la información pertinente a través de Internet. Al no tener éxito en su búsqueda, el alumno recurre sólo a lo que el maestro coloque en el Web. Así se perdería la esencia del cambio educativo, que busca que el alumno aprenda a aprender y a buscar la información pertinente que dé respuesta a sus dudas e inquietudes; que le apoye en la resolución de los problemas que se le presenten buscando diversas opciones, y, por ello, diversas fuentes y recursos de información y de conocimiento registrados electrónicamente. Sería una educación basada en «los apuntes» del maestro o del instructor, con lo que el alumno no aprendería a buscar, a acceder y recuperar información, a relacionarla con su problema y a encontrar opciones para su resolución; es decir, el alumno acumularía datos e información, pero no aprendería a resolver problemas de la vida real.
El proyecto EVA, un ejemplo de participación tecnológica
Como ejemplo de participación tecnológica mencionaré un proyecto mexicano, desarrollado por el área de inteligencia artificial en el Centro de Investigación en Computación del Instituto Politécnico Nacional, denominado Proyecto EVA (espacios virtuales de aprendizaje). En este proyecto ya no se considera la tecnología de la información únicamente como soporte de la educación virtual, sino como copartícipe del proceso mismo. Su conceptualización se basa en una educación virtual asíncrona con cuatro espacios virtuales; los tres primeros son el de los receptores o alumnos, el tutorial y el de laboratorio o experimental, todos ellos alrededor de un espacio central, que es el del conocimiento y que se refiere a la transferencia del conocimiento registrado; y como esfera cubriendo a los cuatro espacios virtuales anteriores está la evaluación. Este proyecto contiene la posibilidad de una total interacción virtual entre los alumnos usando tecnologías avanzadas, como chats, usenets, telerreuniones, etc., y entre ellos y las otras esferas virtuales del conjunto virtual de aprendizaje. Este interesante proyecto contempla el desarrollo ad hoc de biblioteca digital, y ya se han incorporado publicaciones electrónicas y administración/gestión de la información en la esfera central llamada «del conocimiento». Encuestas hechas a personal académico sobre el uso de tecnologías de la información indican que, si bien ayudan a ese personal, le hacen ocupar un tiempo importante en la búsqueda y organización de su información, a veces con la percepción de no haber sido exhaustivo. También es cierto que las dos características cualitativas principales para el uso de tecnologías de la información por personal académico son: que satisfagan las necesidades de apoyo para la tarea por desempeñar, y los patrones de hábito de uso. Muchos de los agentes causales determinan tanto la utilización como los hábitos de uso (Lending, 1997). En cuanto a las políticas de información necesarias para avanzar en el desarrollo nacional y regional de la educación a distancia y virtual multimodal, se requiere incorporar a los sectores de telecomunicaciones, de computación, de electrónica y de informática para apoyar la imprescindible necesidad de nuestros países de lograr un desarrollo educativo amplio y sostenido. Es obvio que los sectores educativo y académico juegan el papel fundamental, pero también es esencial la participación del gobierno, de la industria, del comercio y de organismos no gubernamentales, para que el uso de tecnologías de información y comunicación avanzadas tengan los resultados esperados. A pesar de los múltiples programas de educación a distancia y de las instituciones de nivel nacional e internacional que advierten haber creado programas de educación virtual, instituciones virtuales, universidad virtual, son etapas ciertamente importantes, pero aún primitivas. Falta contar con suficientes y adecuadas fuentes de información digitalizada, más útiles, que realmente satisfagan nuestras necesidades cognoscitivas con diversos niveles de información. Continuamente se presentan versiones mejores de los diversos programas informáticas que apoyan la organización electrónica de la información y de documentos, y la creación de instrumentos auxiliares (tesauros, índices, etc.) para el acceso y recuperación precisos de información, así como la integración de tecnologías de telefonía y periféricas que facilitan aún más la interconexión y la navegación, simultáneamente con varias tecnologías y fuentes de información. Sin embargo, debido al volumen de información en sitios Web, que surge como si fueran «hongos cibernéticos» porque ahora el ciclo de publicación y actualización de sitios se reduce a horas en vez de meses, así como por la diversificación de fuentes de información, la organización de los sitios Web, que parecería sencilla por todas los avances en las tecnologías, se hace más compleja y hasta frustrante. Para enfrentar estos problemas, recientemente han aparecido artículos sobre la «administración de contenidos» (content management), entendida como el proceso de crear y desplegar información en la Web. Se pretende que la administración de contenidos reduzca el costo de la creación y el mantenimiento de sitios Web; sin embargo, la recuperación de la inversión puede alargarse debido a los costos efectuados en el rediseño del proceso y en la capacitación. Ello ha dado lugar a descentralizar la responsabilidad de la administración de contenidos. El proceso de administrar contenidos se facilita con una base de datos sobre la publicación de conocimientos (knowledge base publishing) que es, en realidad, un inventario de activos intelectuales tales como catálogos, tesauros y otros materiales que ayudan a la creación y adquisición, descripción y clasificación, integración de formatos, colaboración y despliegue en la Web, con objeto de transformar los activos en bienes terminados y reciclarlos para propósitos nuevos (Montague Institute Review, 2000). La universidad virtual debe facilitar la interacción entre maestros y alumnos y su acceso a un conjunto de documentos electrónicos para el curso, así como posibilitar búsquedas sobre el tema o temas afines en bibliotecas digitalizadas y otras fuentes de información que sean útiles para enriquecer el conocimiento, para resolver problemas, para ser más competitivos. El estudiante necesita tener la autodisciplina suficiente como para cumplir con sus proyectos sin la constante supervisión presencial del maestro. Algunos cursos a distancia permiten que el alumno establezca el paso al que va avanzando en su acumulación de conocimientos, análisis e interpretación de información que inciden en su propia formación. El maestro debe identificar los materiales necesarios para el curso y ser creativo para propiciar la interacción y la participación de los alumnos. Los cursos deben ofrecer la posibilidad de que los alumnos tengan interacción vía electrónica con otros maestros y con otros alumnos; es decir, que creen una verdadera comunidad virtual. Lo anterior precisa un análisis retrospectivo y prospectivo del proceso de enseñanza/aprendizaje, del papel del maestro y del tipo de materiales, métodos y contenidos que deben fluir electrónicamente.La universidad del futuro
¿Qué elementos principales formarán parte de la universidad del futuro? Incluirá, seguramente, la universidad extramuros, es decir, las actividades presencial y virtual. También habrá instituciones educativas totalmente virtuales dirigidas por instituciones educativas o creadas como centros de capacitación de algunas empresas u otro tipo de organismos cuya misión no es la educativa, pero que buscan capacitar o actualizar al personal. La universidad del siglo XXI requiere incluir una importante participación estratégica y protagónica de la biblioteca digitalizada como referente de estos materiales. Los acervos de las bibliotecas actuales y los documentos digitalizados en sistemas de información que se transfieren en el Internet y los Intranet, constituyen bibliotecas virtuales capaces de ofrecer documentos e información integrada en paquetes específicos para las necesidades de cada individuo. Una universidad del futuro puede ser totalmente virtual o una combinación de educación presencial y virtual. Lo que no habrá será una institución educativa y académica sin programas en línea y virtuales. Las administraciones universitarias deberán tomar esto en cuenta al elaborar sus políticas y sus planes de desarrollo. Mucho se ha hablado del modelo de biblioteca convencional como del gran almacén del conocimiento impreso y de los cambios que implica el almacenamiento y el acceso a los documentos electrónicos. La biblioteca, entendida por sus efectos de transmisión organizada de información, puede «construir o destruir» el edificio, pero nunca su función. La biblioteca tradicional empezó a transformarse hace algunas décadas, y en la actualidad lo hace con mayor rapidez; cambia su forma de trabajar y algunos paradigmas, mas no su esencia, que se fortalece en tanto el ser humano tenga la necesidad cognoscitiva de encontrar respuestas a sus preguntas. El cambio estratégico de educación «por si acaso» a aprendizaje «justo a tiempo», o una combinación de ambas, se dirige hacia una asociación entre sociedad e institución educativa, empresa capacitadora o de actualización u otras que garanticen el desarrollo continuo de las personas, y a la que pueden acceder cuando lo requieran para su propio desempeño profesional, técnico o social. Este es el sentido de la formación y actualización a lo largo de la vida; es el camino hacia una sociedad del conocimiento que busca un desarrollo más justo y equitativo para todos sus integrantes. La transformación del proceso educativo conduce hacia una educación «multimodal», donde la educación continua jugará un papel crucial y donde la forma de acceso virtual irá penetrando cada vez más en la sociedad. Los flujos electrónicos de información serán el recurso de transferencia cognoscitiva común para esa modalidad educativa. La viabilidad de ampliar la oferta educativa de calidad usando las nuevas tecnologías de la información, basada en un desarrollo tecnológico adecuado a las demandas educativas, con los recursos humanos preparados para nuevas modalidades y procesos de enseñanza y recursos informativos de amplia opción y electrónicamente accesibles, dependerá del desarrollo social y económico en la región; de las políticas públicas y del sector privado, que den prioridad a las políticas educativas y a la inserción de políticas de información e informática adecuadas para su mejor desempeño. También dependerá de la adecuada adopción y adaptación a las distintas modalidades que requieren las sociedades heterogéneas de cada nación latinoamericana y del desarrollo de la ciencia y la tecnología en el área. La sociedad del conocimiento, o lo que anticipamos será una sociedad de información educada y capacitada para aplicar la información para el beneficio individual y colectivo, no podrá ser una sociedad cultural y socialmente homogénea. Dentro de la heterogeneidad del desarrollo mundial de las sociedades y de las naciones, considero que irá surgiendo una sociedad multicultural del conocimiento, con respeto a las diferencias, con mayor justicia e igualdad de oportunidades, para que nadie quede aislado de la posibilidad de acceder a la información, al conocimiento y a la educación para estructurar su proyecto personal y social. Peter Drucker, en su libro sobre la sociedad postcapitalista1, se refirió en 1993 al mundo de los próximos años, sugiriendo que el «megaestado había llegado a un callejón sin salida». Ahora bien, el estado-nación encuentra cuatro tensiones: la transnacional, la regional la nacional y la subregional. Ante el proceso globalizante, los seres humanos enfrentamos también diversas tensiones:- La tensión entre lo global y lo local: las personas se van haciendo ciudadanas del mundo pero sin perder sus raíces, participando en la vida de su nación y de su comunidad local.
- La tensión entre lo universal y lo singular: la cultura se globaliza progresivamente, y no debemos ignorar ni las promesas ni los riesgos de la globalización, incluyendo la tendencia a olvidar el carácter único de cada persona, su vocación de elegir su propio destino y de desarrollar todo su potencial dentro de la riqueza de las tradiciones y de su propia cultura, que se ven amenazadas si no las cuidamos ante las evoluciones en curso.
- La tensión entre tradición y modernidad: ¿Cómo adaptarse a los cambios sin darle la espalda al pasado? ¿Cómo construir nuestra propia autonomía al lado del libre desarrollo de los demás? ¿Cómo dominar y aprovechar mejor el progreso científico? Debemos tomar muy en cuenta todos estos puntos al afrontar los retos de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (las telecomunicaciones, la informática y los flujos de información). Esta tensión se mantiene por la prevalencia de lo efímero e instantáneo en un mundo en el que la sobreabundancia de información y la emoción fugaz mantienen el foco de atención en los problemas inmediatos. La opinión pública exige respuestas rápidas y soluciones prefabricadas, cuando lo que realmente se necesita es una estrategia de reforma cuidadosa, paciente, concertada y negociada (UNESCO, 1995).