Un alumno sordo en clase. Consejos para una buena integración

En nuestra sociedad existe poca información acerca de la Comunidad Sorda, viéndose normalmente como un mundo lejano al nuestro, el oyente. Afortunadamente, poco a poco las barreras de comunicación se van rompiendo, aunque todavía queda mucho trabajo por delante. Cuando un docente se encuentra con un alumno sordo en el aula se plantea muchas preguntas: ¿Cómo me comunico con el alumno sordo? En primer lugar debemos conocer las características de nuestro alumno: tipo de sordera, cómo se comunica o si hace uso de algún dispositivo como el audífono. Contar con un intérprete de lengua de signos puede facilitar las cosas, sin embargo debemos conocer ciertas estrategias para interaccionar con nuestro alumno sordo:

• Toca ligeramente su hombro cuando esté de espaldas a ti, para que te mire y puedas hablar con él.
• Si el alumno sordo está lejos, agita los brazos, da golpecitos en la mesa o en el suelo para que note las vibraciones, o enciende y apaga la luz.
• Háblale a un ritmo y tono de voz normal, utilizando expresiones faciales.
• La lectura labial es muy complicada, ya que muchas palabras diferentes se ven igual en los labios. Por lo tanto, hay que intentar vocalizar de manera clara pero sin exageraciones.
• Intenta evitar llevar barba o bigote y taparte la cara mientras hablas.

  ¿Cómo debo comportarme con él en el aula?

• Ubica al alumno en un lugar donde pueda tener una visión general del aula. Esta, debe estar bien iluminada.
• Utiliza recursos visuales como esquemas en la pizarra, presentaciones Power Point o dibujos. Es de gran ayuda facilitar material por escrito con anterioridad, pues el alumno sordo no puede atender a las explicaciones y tomar apuntes a la vez.
• Ten especial cuidado en no dar la espalda al alumno durante una explicación, como por ejemplo mientras escribes en la pizarra.
• Asegúrate de que ha comprendido las explicaciones y anímale a que pregunte si tiene dudas.

  ¿Cómo debo actuar con respecto a la integración del alumno con sus compañeros?

• Facilita pautas al resto de los alumnos sobre cómo comunicarse con su compañero sordo.
• Fomenta valores de colaboración y respeto, evitando conductas de sobreprotección o rechazo.
• Realiza actividades en parejas o grupos reducidos para facilitar la relación del alumno con sus compañeros.

Estas son solo algunas recomendaciones básicas, pero es importante informarse bien para poder dar la respuesta educativa más apropiada a estos alumnos. Antes de terminar es importante resaltar que a las personas sordas habitualmente no les gusta que se utilice el término “sordomudo”, pues en su gran mayoría pueden hablar (ya sea mejor o peor), no son mudos. Debemos darnos cuenta de que son personas normales, tienen sentimientos y vivencias igual que las personas oyentes, simplemente son sordas.   Fuente.