Estrategias para enseñar contenidos matemáticos a alumnos ciegos o con baja visión

Convertir las escuelas en espacios educativos en los que se valora la diversidad, donde todos tienen la posibilidad de aprender, en el que se minimizan las barreras y se maximizan las oportunidades, es el gran reto al que el sistema educativo se enfrenta en la actualidad. Es decir, convertirse en escuelas inclusivas. Esta tarea implica enormes desafíos y esfuerzos conjuntos, sin embargo, es indudable que las dificultades más complejas de enfrentar al respecto se dan al interior de las aulas. En cada sala de clases encontramos una gran diversidad, cada estudiante es único, con sus propias características y necesidades, por tanto, diversos. Pero, si a eso le sumamos que alguno de ellos padezca de alguna discapacidad física, el problema se hace más evidente, puesto que requiere que el docente domine diversas estrategias de manera que le pueda ofrecer las mejores oportunidades a ese estudiante, para que logre alcanzar la misma calidad de aprendizaje que sus compañeros y compañeras. Con el propósito de robustecer las herramientas y estrategias con las que cuentan los profesores, es que hemos seleccionado este recurso didáctico de origen uruguayo, esperando que aporte en la mejora de la calidad de las oportunidades que se le ofrecen a los estudiantes ciegos o con baja visión en la asignatura de matemática, en un contexto inclusivo. Las estrategias que se presentan en el documento están encuadradas en el marco de un modelo social de discapacidad e inclusivo de la educación y utilización de materiales no convencionales. Se representan gráficamente distintos tipos de funciones con el objetivo de enseñar algunos contenidos de análisis matemático correspondientes al tercer año de bachillerato de la enseñanza media opción social. Mucho se habla acerca de atender la diversidad en el aula pero ¿Cómo lograrlo en la práctica concreta? Parece una frase más fácil de decir que de hacer. Una de estas diferencias tiene que ver con los diversos estilos de aprendizaje, los que se conforman como un estilo propio de aprender y enfrentarse a los conocimientos. Se puede incluir aquí la forma en que aprendemos, el modo en que enfocamos las tareas, como recibimos y elaboramos la información recibida, así como la forma de respuesta habitual a la misma. A lo largo del desarrollo del niño y la niña se va generando un estilo de aprendizaje predominante, que tendrá que ver con su forma de procesamiento cerebral de la información, las experiencias de aprendizaje dentro y fuera de la escuela, sus condiciones socio-económicas y culturales, así como los estilos educativos familiares. Fuente.