Aprendizaje
Las TIC y el desarrollo del aprendizaje en educación inicial
El artículo se propone describir, la aplicabilidad de las nuevas Tecnologías de información y comunicación (TIC) además el desarrollo del aprendizaje en educación inicial, tomando en cuenta el avance asombroso de la tecnología su relación directa entre ésta y el surgimiento de estrategias para la operacionalización con niños y niñas, seres con gran potencial, en virtud, de la inexistencia de trabas mentales ante el conocimiento. Con la entrada progresiva de las nuevas TIC se ha logrado un cambio social, los cuales designan a la vez un conjunto de innovaciones tecnológicas pero también las herramientas que permiten una redefinición radical del funcionamiento de la sociedad. La educación inicial se inserta en un enfoque de educación y desarrollo humano como un continuo. En este sentido, la labor del docente, es ofrecer conocimientos abiertos al análisis, la reflexión y al cambio, que faciliten el aprendizaje y propiciar entornos más variados. A tal efecto, se realizó una revisión bibliográfica exhaustiva, además, la formación profesional y laboral de la autora. Por cuanto, concibe a la investigación como un proceso sistemático orientado a la comprensión en profundidad de fenómenos, tendiente a la generación de conocimientos, bien para transformar o simplemente aportes teóricos en pro del mejoramiento de la educación. Por consiguiente es una investigación documental en un estadio descriptivo. Finalmente, es importante el ejemplo de la niñez ante los cambios y la inexistencia de fuerzas restrictivas y parámetros cognitivos predeterminados que obstaculizan la aceptación de la tecnología en el hecho educativo. La educación, debe adaptarse a cada individuo, pues, presenta diversas habilidades, destrezas y capacidades cognoscitivas para aprender; la tarea del mediador es saber reconocerlas y tratar de orientar sus estrategias y recursos. Las TIC son herramientas que facilitan el aprendizaje y el desarrollo de habilidades cognitivas, cuando están bien orientadas por un mediador.
Introducción
La tecnología avanza a pasos agigantados en cuanto a la forma de acceder, aprender e interactuar con la información, provocando así cambios radicales en el proceso de aprendizaje en las décadas venideras. Uno de los grandes problemas para el uso e introducción de las TIC en el terreno educativo radica en la existencia y calidad del recurso tecnológico.
Un inconveniente tradicional en los medios de instrucción, consiste en determinar la manera de diseñar software, páginas Web, entre otros medios tecnológicos para cumplir de una forma eficaz la fusión de su elaboración; es decir, que la comunicación de sus mensajes sea más eficaz y la interacción establecida con el usuario sea lo más útil posible. En definitiva facilitar el aprendizaje y recuerdo de la información por éstos transmitidos y propiciar entornos de aprendizaje más variados. Para lograr este cambio, se insta a lo niños y niñas a aprender a través de la estimulación de la vista, el oído, el tacto y mente; combinando texto, imágenes, sonido, animaciones y videos con la ayuda de la multimedia (Poole, 1999).
Como seguimiento de las ideas planteadas, para Mata (1997), la educación debe formar a un alumno capaz de analizar, profundizar, buscar y encontrar. La labor del docente en educación inicial, es ofrecer conocimientos abiertos al análisis, la reflexión, y al cambio, por tanto, la instrucción aplicable, debe tratar de adaptarse a cada individuo, pues presenta diversas habilidades, destrezas y capacidades cognoscitivas para aprender; la tarea del mediador es saber reconocerlas y tratar de orientar sus estrategias y recursos hacia éstas.
En la educación tradicional, generalmente, se percibe al niño y/o niña como un ser inferior, susceptible de correcciones constantes, exigiendo el acato de reglas, conductas y posturas ideológicas conductistas, en este sentido, indefectiblemente, poco a poco se cercena la imaginación y creatividad, pues, la fuerza restrictiva del docente constituye una epidemia, la cual va diseminando con el quehacer educativo. Se anulan las vías alternas para facilitar el aprendizaje, aislando al ser en iniciación académica de las tecnologías educativas. Es fácil etiquetar la niñez, con criterios de imposibilidad motriz, cuando realmente existe una discapacidad mental del docente a asumir cambios educativos, por temor, ignorancia o paradigmas anacrónicos arraigados (Martínez, 1999).
No obstante, constantemente se vive una revolución en la forma de acceder, aprender e interactuar con la información, provocando así cambios radicales en el proceso de instrucción-aprendizaje. Según lo expresado por Sánchez (1999), las nuevas tecnologías de la información, conocimiento y comunicación como el computador e Internet, y sus formas de uso a través de software educativo y la diversidad de servicios de la red, pueden constituirse en buenos aliados de la educación y el aprendizaje constructivista y significativo.
Así mismo, el autor antes citado, aclara que se perfilan demandas para formar nuevas generaciones de niños, niñas y jóvenes creativos, flexibles, innovadores, adaptables, eficientes y pertinentes al mundo en que viven con la incorporación y adaptación de las Nuevas Tecnologías de Información y Comunicación (NTIC), para modernizar las prácticas educativas a través de la gestión administrativa, fomentar el trabajo colaborativo, además de la integración gradual de la tecnología como apoyo al aprendizaje de contenidos en las diferentes áreas del saber; todo esto con la finalidad de dar respuesta a las demandas de la sociedad por el conocimiento y la información.
Las tecnologías de información y comunicación (TIC)
Las TIC agrupan un conjunto de aparatos necesarios para administrar la información, y especialmente los ordenadores y programas necesarios para convertirla, almacenarla, administrarla, transmitirla y encontrarla. Los primeros pasos hacia una sociedad de la información se remontan a la invención del telégrafo eléctrico, pasando posteriormente por el teléfono fijo, la radiotelefonía y la televisión. Ahora bien, Internet, la telecomunicación móvil y el GPS pueden considerarse como nuevas tecnologías de la información y la comunicación (Vaughan, 2002).
Al respecto, la revolución tecnológica existente en la humanidad está supeditada en buena parte a los avances significativos en las tecnologías de la información y la comunicación. Los grandes cambios que caracterizan esencialmente la sociedad son: la generalización del uso de las tecnologías, las redes de comunicación, el rápido desenvolvimiento tecnológico y científico y la globalización de la información.
Es de inferir, como la introducción progresiva de estas tecnologías ha logrado un cambio social. Se habla, por tanto, de sociedad de la información o sociedad del conocimiento. En efecto, se trata del cambio en profundidad de la propia sociedad. Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación designan a la vez un conjunto de innovaciones pero también las herramientas que permiten una redefinición radical del funcionamiento de la sociedad. En este sentido, la expansión de las ciencias aplicadas de la información y la comunicación basadas en la microelectrónica, la informática, la robótica y las redes de comunicaciones se está produciendo a gran velocidad en todos los ámbitos socioeconómicos y con ellos la educación como factor indispensable en la ideología social (Heller, 2005).
A modo de contextualizar, en cuanto al ámbito educativo, las TIC son medios y no fines. Es decir, son herramientas y materiales de construcción para facilitar el aprendizaje, y por consiguiente, el desarrollo de habilidades. Del mismo modo, la tecnología es utilizada tanto para acercar mutuamente al mundo y al aprendiz. Dentro de estas tecnologías, brevemente, se podrían citar la televisión educativa, software y páginas Web (Heller, 2005).
La niñez, no ha de separarse de las TIC. El bloqueo mental y rechazo a las tecnologías en la adultez deviene de el no uso de tales recursos en el sistema educativo, por consiguiente, comenzar tal cultura con los seres desde sus primeros años de formación académica sería el inicio de una nueva era educativa.
El aprendizaje está íntimamente ligado con las TIC. Es de observar la identificación de los niños y niñas con los juegos de video, el motivo es la animación, los colores, la multimedia, lo novedoso y llamativo. El aprendizaje en la etapa de formación inicial es fundamental, pues es éste el momento de amar u odiar la educación, de allí nace el querer aprender y esto será un valor perdurable, dependiendo indiscutiblemente de la primera impresión del saber, bien como un proceso de torturas o un quehacer cotidiano sin más complicaciones que la concentración y deseo.
Educación inicial
La educación inicial se inserta en un enfoque de formación y desarrollo humano como un continuo, enfoque integral globalizado el cual se vincula con la educación básica para darle secuencia y afianzamiento a los lazos afectivos, los cuales constituyen la base de la socialización y de la construcción del conocimiento en un proceso constructivo y relacional con el contexto (Ministerio de Educación y Deportes, 2006).
Por ende, la educación inicial ha de ser concebida como una etapa de atención integral al niño y la niña desde su gestación hasta cumplir los seis (6) años, o ingresar a la educación básica, a través de la atención convencional y no convencional, con la participación de la familia y la comunidad. Comprende dos niveles, a saber, maternal y preescolar, con fundamento legal en el cual se consagra como obligatoria, conforme a lo preceptuado en el artículo 103 de la Constitución Bolivariana de la República Bolivariana de Venezuela.
A este respecto, el nivel maternal se refiere a la educación integral de niños y niñas, desde la gestación hasta cumplir los tres (3) años de edad, en cuya etapa la familia y especialmente la madre, cumplen un papel fundamental, considerando especialmente las necesidades de afecto y comunicación, como aspectos esenciales en la formación integral (Ministerio de Educación y Deportes, 2006).
Ahora bien, el nivel preescolar se orienta a niños y niñas de tres (3) a seis (6) años o hasta su ingreso a primer grado de educación básica, y al igual que el nivel maternal, ofrece atención en instituciones educativas, en el núcleo familiar y en la comunidad, fortaleciendo el área pedagógica ejecutada por distintos actores educativos o personas significativas, promoviendo experiencias de aprendizaje en aras de facilitar el desarrollo pleno sus potencialidades y así encarar con éxito la escolarización de la Educación Básica. En igual sentido, Venezuela a través de la suscripción de convenios y tratados internacionales, ha concebido en su ordenamiento jurídico positivo vigente, que el aprendizaje comienza desde el nacimiento (Poole, 1999).
Como seguimiento de las actividades anteriores, se planteó mejorar la calidad de los programas de desarrollo integral y educación de la primera infancia, mediante el fortalecimiento de los sistemas de capacitación y acompañamiento familiar y a los diversos agentes que contribuyen la salud, nutrición, crecimiento y educación temprana, como procesos integrados, continuos y de calidad (Ministerio de Educación y Deportes, 2006).
Otro punto destacado, es el mejoramiento de los procesos de monitoreo y evaluación de los servicios y programas dirigidos a la primera infancia, estableciendo estándares nacionales consensuados y flexibles, considerando la diversidad como eje central. El óptimo aprovechamiento de las tecnologías y medios de comunicación para llegar a las familias quienes habitan en zonas alejadas y difíciles de alcanzar por los programas institucionalizados.
Igualmente, la educación inicial es uno de los factores estratégicos para garantizar la equidad, disminuir los efectos de la pobreza y promover la justicia en pro de la consolidación de la democracia, la convivencia social, así como en el apoyo al desarrollo económico y a la competitividad de nuestros países.
Por otra parte, la educación inicial de calidad contribuye a disminuir los índices de repitencia, deserción y sobreedad en los siguientes niveles, constituyendo así una inversión de alta rentabilidad social que impacta en la eficacia y eficiencia interna de los sistemas educativos. A tal efecto, surge la inserción de la educación inicial en la carta magna, se aprueba la Ley Orgánica de Protección del niño, niña y adolescente, el currículo de educación inicial, entre otras normativas legales al respecto. Es conveniente destacar la importancia que tiene la educación de la primera infancia y el estudio de cómo se produce el aprendizaje desde los primeros años de vida.
Desarrollo de los aprendizajes
El desarrollo integral y el aprendizaje infantil es el resultado de diversas y complejas interrelaciones entre sus componentes de carácter biológico y las experiencias recibidas del entorno físico, social y cultural en el transcurso de su vida. A lo largo de este proceso, se avanza en el conocimiento y en el control de los aspectos de expresión del lenguaje, del cuerpo, social, intelectual, moral y emocional caracterizadores de la vida del ser social.
En este contexto, la práctica pedagógica procura aprendizajes significativos para asegurar que los conocimientos adquiridos en los espacios educativos puedan ser utilizados en circunstancias de la vida cotidiana del niño y la niña. El docente en educación inicial debe tomar en cuenta los intereses y potencialidades de los niños y niñas, así como sus conocimientos previos.
Un aspecto relevante, es la globalización de los aprendizajes, la cual está sustentada, en la concepción psicológica de que la percepción infantil de la realidad no es fragmentada sino captada por totalidades. Este fundamento implica una organización, gerencia y planificación educativa basada sobre las relaciones y no sobre elementos aislados, pues se debe educar al niño y la niña para toda la vida (Sánchez, 1999).
La globalización en cuanto elemento didáctico, consiste en organizar el conocimiento atendiendo las potencialidades, intereses y niveles de desarrollo de los niños y las niñas, formándolos(as) para que sean capaces de enfrentar situaciones futuras. Es decir, no se trata que adquieran habilidades por separado, desconectadas entre sí, sino conjuntos de capacidades, conectadas con la realidad.
En este sentido, los ejes considerados son: (a) la afectividad, (b) la inteligencia y (c) lo lúdico, por tanto, los dos primeros han de comenzar al inicio de la vida y se van fortaleciendo con los procesos de desarrollo de la vida; el tercero se considera medio de aprendizaje utilizado en la educación infantil. Es de destacar, que al asumir lo lúdico como actividad fundamental y ubicarlo como eje del currículo, se proyecta su utilización en diferentes momentos y actividades del proceso educativo. De acuerdo con esto, se concibe un criterio de intencionalidad, por lo cual se incluye en la planificación educativa, debiendo destacar el juego como una actividad didáctica, para lograr determinados objetivos del currículo, sin perder de vista, los intereses de los niños y niñas, sus potencialidades, propiciando la iniciativa y creatividad.
La adopción del aspecto lúdico usando las TIC en las situaciones de aprendizaje requiere de la utilización de una pedagogía organizada con base en estrategias didácticas para valorar el placer de jugar y aprender. En este sentido, el docente como mediador debe propiciar escenarios de juegos entre grupos para garantizar la interacción entre los niños y niñas, la comunicación y expresión oral artística y creativa, en un ambiente tecnológico que fomente la confianza y la creación libre.
Por su parte, las actividades lúdicas planificadas usando las TIC en la acción pedagógica, son fundamentales para el desarrollo cognoscitivo e intelectual, y si se desarrollan en un ambiente de afectividad propiciarán la imaginación, creatividad, esfuerzo y dedicación.
La educación inicial y el reto hacia las nuevas tecnologías
La sociedad ha generado una nueva forma de hacer educación, siendo responsable de todo avance científico. La misma tiene la tarea de aplicar cambios y transformaciones radicales en todos los niveles de la existencia.
Hoy en día, se producen cambios vertiginosos, permanentes y sustanciales en el mundo de lo social, científico, técnico y tecnológico.
Los nuevos paradigmas sociales, el conocimiento como poder sobre todas las cosas, las ciencias de las comunicaciones, la tecnología digital y el acceso a los ordenadores con mayor facilidad, ha generado la problemática esencial de la sociedad: tarea que debe solucionar la educación a través de estudios científicos en su multidisciplinariedad.
En virtud de la globalización, la ciencia avanzando diariamente, la tecnología en evolución constante, se percibe la necesidad de involucrar la educación con las nuevas tecnologías, y en este sentido, hacer de esto un estilo de vida, por tanto, la educación inicial es la más idónea para comenzar esta revolución educativa. Sin embargo, se presenta de antemano la incultura y analfabetismo ante la tecnología.
La sociedad moderna y la generación contemporánea están siendo sumidas a las nuevas tecnologías y medios virtuales de comunicación. El educando escolar aprende de la televisión, el universitario encuentra una gama de materiales e informaciones actualizados en el Internet que en las bibliotecas. Por tanto, las nuevas tecnologías aplicadas en la educación son una necesidad.
En este sentido, Phenix (citado en Poole, 1999:247), emite una opinión cónsona con la idea esbozada anteriormente, y en tal sentido plantea:
El elemento más fundamental de la educación es el cambio. Está implícito en su misma definición. Todo aprendizaje requiere cambio.
La educación, como proceso, debe moverse o avanzar. El estancamiento es, por tanto, directa y fundamentalmente, lo opuesto a la educación. Es el mal básico de la educación.
A estos cambios y nuevas formas de hacer educación, surge el saber y conocer sobre las técnicas del manejo de equipos para el desarrollo de prácticas educativas de modo eficiente, ante esta realidad los más pequeños de la casa no escapan de ser tocados por esta nueva tecnológica. La formación científica y tecnológica de calidad es un desafío pendiente, por cuanto, no ha sido incorporada de modo adecuado en los niveles educativos. Ese desafío es de primera importancia dada la necesidad de contribuir a la formación de ciudadanos competentes que actúen reflexivamente en una sociedad marcada por los recientes cambios en ciencia y tecnología (Sánchez, 1999).
Las TIC no pueden desvincularse del desarrollo de los aprendizajes en la educación inicial pues es indudable la atracción experimentada por los niños y niñas ante la tecnología, lo colorido, el audio y video de los proyectos multimedia infantiles, a tal efecto, plantear el aspecto lúdico y usar las TIC para el desarrollo de la lecto-escritura, el primer encuentro con las letras, sonidos de las mismas, así como el desenvolvimiento motriz a través del aprendizaje condicionado, conductista, por ensayo y error - en un principio, y posteriormente por interacción con los demás niños y niñas, es una realidad no susceptible de ser desechada a priori.
Si bien, al aspecto motriz de los infantes no está en pleno desenvolvimiento, las TIC, vinculando cada uno de los sentidos, presenta una luz para el mejor desempeño y coordinación cuerpo-mente. El menospreciar investigaciones cuyo fundamento es la educación inicial vinculadas a las TIC, sólo implica compresión mental, estableciendo barreras a los infantes cuando sólo los adultos padecen de tales males.
Consideraciones finales
Es frecuente hablar sobre la utilización de hardware y software novedosos como medios de instrucción. No obstante, en la educación inicial es relativamente abordado el tema, sobre todo en aquellas etapas comprendidas entre los (3) y seis (6) años. El paradigma adulto imperante en este sentido, es la improcedencia de la tecnología con la niñez. El escepticismo acerca del tópico, hace del mismo un estudio recibido con poco agrado entre los docentes de educación inicial y los gerentes de las instituciones educativas.
Comentó al respecto Maquiavelo (citado en Poole, 1999:14) lo siguiente:
Debe siempre recordarse que no hay nada más difícil de planificar, ni de éxito más dudoso, ni peligroso de manejar, que la creación de un sistema nuevo. Pues el que lo inicia tiene la enemistad de todos aquellos a quienes beneficia la conservación de las antiguas instituciones y sólo hallará algunos tibios defensores en aquellas personas que tienen algo que ganar con las nuevas.
Lo idóneo, en principio, -sin ánimo de criterios negativos y pesimistas pero tampoco ilusorios-, es la resistencia al cambio, existe una determinada inercia en el quehacer docente en la educación inicial, expresada coloquialmente si no está dañado no lo repares, es decir, posturas paradigmáticas y concepciones anacrónicas, desfasadas que hacen de la educación inicial una pieza digna del Louvre. Sin embargo, el Ministerio de Educación y Deportes, en su afán por implementar políticas revolucionarias a nivel educativo, promueve y aprueba un currículo de educación inicial (descrito ampliamente en párrafos anteriores), con cambios drásticos, sólo alcanzables con la colaboración docente.
Por consiguiente, el reto es enorme, pero debe existir la convicción de lograrse, pues el aporte de cada docente, padre, madre, representante hará la diferencia. El hecho de encender la luz en la mente de cada niño y niña, es una experiencia indescriptible digna de ser vivida por cada individuo sobre quien recae la responsabilidad de la instrucción.
Es condición sine qua non para la niñez el estar en contacto desde temprana edad con las TIC, a tal efecto, es importante citar a Froebel (citado en Poole, 1999), cuando expresó que todo lo que un niño puede llegar a ser está ya en el mismo niño y sólo puede alcanzarse por un desarrollo desde su interior. El propósito de la educación es extraer cada vez más del hombre antes que ir añadiendo más cosas (Sánchez, 1999).
Por otra parte, la crisis económica hace de la tecnología un medio de información para una élite, sin embargo, esto no es suficiente para el equilibrio social de una nación. Es necesario garantizar la igualdad de oportunidades reales en cada niño y niña para desarrollar la capacidad intelectual indispensable para progresar en una sociedad cuyo eje fundamental es la información (Pujol, 1999).
Retrotrayendo a la ontología del término filosofía (amor a la sabiduría), es oportuno comentar que sólo haciendo del aprendizaje un hecho cómodo, libre, satisfactorio e internalizando en el niño y niña el amor por el conocimiento, como necesidad, se logrará hacer de la instrucción y de la formación académica, una verdadera experiencia trascendental, significativa, pues se ha facilitado lo esencial para el proceso, la motivación a aprender, de qué sirve adquirir cantidades de información sobre diversas áreas, si en el camino se extravía el ansía de aprender, si se pierde el deseo de poner en práctica lo aprehendido, siendo incapaz de extraer el sentido de las experiencias futuras conforme suceden.
Aún cuando es indiscutible la incomodidad ante la tecnología, e incluso el miedo y temor a ésta, la autora del presente ensayo plantea como recomendación para superar tal debilidad, el enfrentarlo. Comenzar tal cultura con los seres desde sus primeros años de formación académica sería el inicio de una nueva era educativa.
Cabe insistir en el ejemplo de la niñez ante los cambios y la inexistencia de fuerzas restrictivas y parámetros cognitivos predeterminados que obstaculizan la aceptación de la tecnología en el hecho educativo.
En este sentido, la instrucción aplicable, debe tratar de adecuarse a cada individuo, pues, presenta diversas habilidades, destrezas y capacidades cognoscitivas para aprender; la tarea del mediador es saber reconocerlas para orientar sus estrategias y recursos conforme a un conocimiento previo del niño y la niña, su familia y su comunidad.
Finalmente, las TIC son herramientas que facilitan el aprendizaje y el desarrollo de habilidades cognitivas, cuando están bien orientadas por un mediador.
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Escrito por: María Elena Moreno. Universidad Rafael Belloso Chacín. Venezuela
Fuente: https://www.urbe.edu/