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10 consejos para enseñar con éxito las normas de clase

En todo centro educativo, existen normas de convivencia cuyo propósito es hacer valer los derechos y deberes de cada integrante de la comunidad. Las normas de convivencia en el aula, indican como debe ser el comportamiento y ayudarán a resolver muchos problemas, facilitando la búsqueda de soluciones. Estos comportamientos logran mejoras, como puntualidad, respeto, responsabilidad y la capacidad de sobreponerse a situaciones de estrés o frustración. Estas normas son muy importantes para asegurar el orden y mantener el respeto dentro del aula, evitando conductas que pueden ser perjudiciales, y fomentando buenas prácticas para que en un futuro los estudiantes puedan ser mejores personas, tanto a nivel personal como social.

Entendiendo la importancia de las normas, también es muy importante cuestionarse qué tan efectivas están siendo las que se establecen en sala, y que tan eficiente es la metodología con las que se están enseñando a los estudiantes. Es en este sentido que los próximos 10 consejos pueden ayudar a mejorar la comprensión e impacto que tienen las normas en las aulas de clases.

10 consejos para enseñar de forma efectiva y con éxito las normas de clase.

Aquí van algunos consejos o pautas que pueden mejorar el buen cumplimiento de las normas de clase. Antes de continuar, es necesario aclarar que este artículo no tiene la intención de dar a conocer qué normas deberían aplicarse en los centros educativos. Dichas normas deben ser elaboradas en los centros, e idealmente, consensuadas con toda la comunidad educativa. Hecha esta aclaración, aquí van algunas consideraciones sobre cómo gestionar las normas de clase en un aula:

1. Normas progresivas. Se trata de evitar dar todas las normas de golpe y en la misma sesión lectiva. Si das todas las normas en una misma sesión, estas suelen quedar muy diluidas y al estudiante le cuesta retenerlas.

2. De lo urgente a lo importante. Es fundamental enseñar a los estudiantes que no todas las normas de clase tienen la misma consideración. Si estas normas se enseñan de forma progresiva, podrá conseguirse que el estudiante aprenda a distinguir entre las esenciales y las importantes.

3. Menos es más. En función de la edad de tus estudiantes, el número de normas debería ser distinto. Según la edad se podría optar por 3, 5 o 10 normas de clase.

4. De la teoría a la práctica. En muchas ocasiones se piensa que con enunciar una norma de clase ya queda fijada en el grupo de estudiantes. Desgraciadamente, esto no suele ocurrir. De nada sirve explicar las normas de clase. Las normas de clase no se explican. Las normas de clase deben enseñarse y la mejor manera de hacerlo es a través de la puesta en práctica, es decir, dar a conocer casos prácticos en los que los estudiantes se puedan sentir identificados.

5. Me puede pasar a mí. El estudiante hará suya una norma si es consciente de que esa norma de clase le puede afectar directamente a él en algún momento del curso escolar. ¿Qué significa esto? Que debes intentar que el estudiante interiorice esa norma y la haga suya.

6. De la palabra al texto. Para fijar una norma de clase no es suficiente con enunciarla en voz alta. Por tanto, de lo que se trata es de fijar dichas normas de clase por escrito. Una actividad que funciona realmente bien es colocar a los estudiantes en grupos y que cada grupo trabaje con una norma determinada. Dicho trabajo podría ser un collage, una norma dibujada de una situación determinada, etc. Una vez trabajadas estas normas, cada grupo a través de un portavoz la explica al resto de sus compañeros. Finalmente, se podrían colgar en las paredes del aula.

7. Acción y reacción. Otro aspecto a considerar a la hora de dar a conocer las normas de clase tiene que ver con las consecuencias de no cumplir con dichas normas. De nada sirve enseñar una norma si el estudiante desconoce cuál es la consecuencia de incumplirla. En este sentido, hay que ser muy claro porque cada derecho implica un determinado deber.

8. Las normas y sus circunstancias. Es importante hacer ver a los estudiantes que el cumplimiento de una norma va en consonancia a las circunstancias que pueden rodear dicha norma, circunstancias que tienen que ver con la edad, el grupo, la materia, el entorno escolar, etc. De ahí que sea realmente útil hacer supuestos con el grupo y ver los posibles matices que toda norma encierra.

9. Las normas también se hacen mayores. Las normas no deberían ser algo que se enseña solamente a principio de curso y quedan como algo inamovible. Las normas deben ser algo vivo y deberían estar sujetas a los cambios que se producen por determinadas circunstancias. Esto quiere decir que se deberían poder eliminar, incorporar, matizar, e incluso cambiar su orden importancia.

10. La finalidad de una norma. Es de gran importancia no sólo enseñar una norma, sino de transmitir a los estudiantes qué finalidad tienen cada una de las normas trabajadas en el aula. Entonces, ¿para qué sirve una norma? Una norma debería ayudar a un estudiante a crecer en su desarrollo personal, a asumir determinadas responsabilidades y a tomar las mejores decisiones.

Moll, Santiago (2015) 10 consejos para enseñar con éxito las normas de clase. Blog educativo Justifica tu Respuesta. España. Recuperado de justificaturespuesta.com

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