Convivencia Escolar
8 dinámicas y actividades de autoestima para niños y adolescentes
Para nadie es una novedad que el desarrollo de la autoestima es fundamental a la hora de pensar en la formación integral y armónica de una persona, mucho menos para los profesores. Esto porque tener una autoestima adecuada es básico , no solo porque mejora el estado emocional de las personas, sino que también influye positivamente en sus relaciones sociales y potencia el desarrollo cognitivo.
Si pensamos en los más pequeños, con mayor razón se hace evidente la necesidad de que desarrollen un autoestima adecuada, dado que favorece que se sienten más seguros de sí mismos, tengan más amigos y puedan discernir con mayor facilidad lo que hacen bien y mal. Asimismo, la autoestima influye en la capacidad de los niños para afrontar nuevos retos, desarrollar diferentes habilidades y ser más autosuficientes. De hecho, los niños con una buena autoestima suelen ser más empáticos y asertivos, a la vez que aprenden con mayor facilidad y son más creativos. Por lo general, estas cualidades se van formando con el paso del tiempo, como reflejo de la percepción que los demás y, en especial, los padres, tienen del niño.
Cuando hacemos consciente la impacto que el desarrollo de un autoestima positiva y adecuada tiene en las personas, es cuando se nos genera la imperiosa necesidad de contar con las estrategias y recursos adecuados para potenciarla en los estudiantes. Si bien, esto se hace día a día con cada una de nuestras acciones, siempre es bueno contar con una "cartita bajo la manga" a la cual echar mano para intencionar que nuestros estudiantes se sientan valorados y desarrollen un mejor autoconcepto, generando una mayor autovaloración.
A continuación compartimos 8 estrategias que tienen este propósito, 4 de ellas dirigidas especialmente a niños/as y 4 a adolescentes, que pueden ser implementadas en casa por los padres y en los colegios por los profesores.
8 Dinámicas y Actividades de Autoestima para Niños y Adolescentes
Tener una buena autoestima es tan importante como tener un fuerte sistema inmunológico; protege de las adversidades y de las dificultades de la vida, otorgando la fuerza para luchar contra ellas cuando se presentan.
Nadie está libre de problemas, sin embargo se pueden enfrentar mejor si contamos con habilidades como una alta autoestima, además de otras como la resiliencia.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es la opinión general que tienes de ti mismo, se trata de un juicio sobre ti mismo, a la vez que una actitud sobre ti mismo.
Incluye:
- Creencias. Por ejemplo “valgo mucho” o “soy competente”
- Emociones: de orgullo, vergüenza, autorespeto, triunfo…
Si tienes una autoestima alta, tendrás un sentido de satisfacción que viene de reconocer y apreciar tu propio valor, amándote a ti mismo y aceptándote. Es muy importante para tu bienestar psicológico, para tener relaciones personales sanas y para tener una vida exitosa.
Lo contrario es tener un concepto negativo de ti mismo y es entonces cuando se da una autoestima negativa o baja.
¿Porqué es tan importante trabajar la autoestima en los niños?
Toda percepción y concepto que tienes sobre ti mismo, forma parte de un proceso de desarrollo. Este proceso comienza cuando eres un niño y se construirá a lo largo de toda tu vida.
De aquí, la gran importancia de que este proceso comience tempranamente. Para ello tienes que ofrecerles a los niños experiencias que le permitirán crear un sentido positivo de sí mismo.
Si un niño tiene baja autoestima tenderá a desarrollar un comportamiento negativo y ansioso, a través del cual se sentirá menos seguro y sensible frente a los demás.
Estas vivencias lo harán más proclive a tener dificultades en su proceso de aprendizaje, en su desempeño académico, e incluso dificultades para crear vínculos afectivos duraderos.
Para facilitar el desarrollo de una autoestima positiva, existen distintos ejercicios y dinámicas que tanto educadores como padres pueden realizar.
Las actividades que compartimos servirán como juegos para fomentar la autoestima en tus hijos y estudiantes diariamente; la infancia y adolescencia es una edad crítica en la que comienza a desarrollarse la autoestima.
4 dinámicas y actividades de autoestima para educadores y padres
El papel que desempeñan los educadores es muy importante. Después del hogar, la escuela es el lugar en el que más tiempo transcurren los niños.
1. Juego de las estrellas
A cada niño se le entrega una estrella que debe colorear con su color preferido. En ella deben escribir su nombre y las tres cosas que más le gusta hacer.
Una vez que todos hayan terminado, se intercambian las estrellas con el compañero que tiene al lado. Cada uno leerá en voz alta lo que al otro compañero le gusta hacer pero sin decir el nombre. El maestro preguntará a quien corresponde esa estrella.
Esta actividad exige que el niño reflexione acerca de lo que más disfruta hacer. El hecho de leer en voz alta los gustos de otro compañero, favorece la integración de sus preferencias con la de los demás.
La pregunta del maestro, en cuanto a quien pertenece esa estrella, reforzará el sentimiento de identidad del niño. “Esa estrella es mía”, es como decir, ese soy yo.
2. Juego de las profesiones
Pedirle a cada niño que seleccione dos trabajos o profesiones que les gustaría hacer. En la orientación para hacer la selección, pedirles que tomen en cuenta qué es lo que más les gusta y qué creen que es lo mejor que pueden hacer.
Seguidamente hacer una lista con las profesiones elegidas y organizar un día de “representación teatral”. Cada uno hará el trabajo que ha seleccionado, por ejemplo el bombero simulará apagar un incendio, la enfermera curar a un enfermo, etc. Después de cada representación pedir que todo el grupo aplauda al compañero.
Esta es una buena oportunidad para que el maestro destaque frente al grupo las fortalezas y el talento que cada uno ha demostrado en su rol.
3. El juego del sobre
A cada niño, o a cada adolescente se le entrega una hoja y un sobre. En la hoja debe escribir tres defectos que reconoce en sí mismo. También pueden ser características que no les gustan de sí y que desearían cambiar. Luego colocan la lista dentro del sobre y lo cierran.
Ese sobre llevará su nombre. Se lo pasan al compañero de al lado y este deberá escribir tres cualidades o virtudes que reconoce en la persona del sobre. Esto lo escribirá en el exterior. Luego dicho sobre se lo pasa al compañero de la derecha y este hará lo mismo. El juego finalizará cuando el sobre llegue a manos del dueño de dicho sobre.
La finalidad de este juego es mostrarle a cada uno, que si bien tienen defectos, también tiene muchas virtudes. De hecho cada compañero reconoce distintas virtudes, quizás algunas coincidentes. Pero en cualquier caso serán más que los defectos que él ha identificado.
En este juego los defectos no se comparten, buscando que el participante se quede con la grata sorpresa de todo lo bueno que los demás reconocen en él.
4. A quién le gusta quién
Esta actividad es ideal para plantearla entre los adolescentes. En ellos la estética y la imagen suele ser un elemento clave a la hora de hablar de autoestima.
A cada participante se le entrega una hoja con el nombre de un compañero. Cada uno debe escribir las tres cosas que más le gusta de esa persona. Todos tienen que elegir tres características físicas o personales que le gusten del compañero que le ha tocado. Luego el maestro juntará todas las hojas, y leerá en forma anónima y en voz alta cada uno de los atributos. El hecho de que sea anónimo alentará a expresar lo que en otro caso no se animarían.
El pedir que mencionen tres aspectos que les gusten, les ayudará a ver que todos tienen algo positivo y agradable. Además, se darán cuenta que no todo pasa por lo físico. A su vez, cuando a cada uno le llegue el turno de escuchar sus cualidades, se sentirá muy contento. Incluso sorprendido de conocer aspectos de sí que otros valoran como positivos.
Actividades de autoestima
Los padres juegan un rol fundamental en la creación de una sólida y positiva percepción del niño sobre sí mismo. La familia es el lugar en donde el niño es querido y valorado tal como es. Desde que es un bebé, incluso dentro del vientre materno, el niño percibe sensaciones de valor. Naturalmente no puede discernir esos valores pero los recibe como estímulos, que serán positivos o negativos dependiendo de sus figuras de autoridad.
5. Asignar tareas concretas
Asígnale a tu hijo cada semana por ejemplo, una tarea específica. “Esta semana tienes que recoger todos tus juguetes y guardarlos en su lugar”.
Puede ser un ejemplo sencillo, en el que claramente le das una responsabilidad. El hecho de que le hayas encomendado algo, le transmite el mensaje de que tú crees que él puede hacerlo. Esa confianza que estás depositando en tu hijo, hará que el sienta el compromiso de responder frente a ella. Además de tener un objetivo a lograr, tendrá un deber “moral” que cumplir.
6. Emplea frecuentemente las palabras “por favor” y “gracias”
Muchas veces puedes omitir agradecerle a tu hijo por algo que ha hecho. Seguramente no lo haces porque piensas que no lo valorará como tal.
Sin embargo, cuando le pides por favor algo a alguien, le transmites respeto. Eso le hará sentir que tiene valor y por tanto reforzará su autoestima.
7. Pregunta y escucha con atención
Además de las preguntas más “triviales” como ¿tienes hambre o frío?, hazle preguntas de calidad.
¿Qué significa y que objetivo persigue este ejercicio? Sencillamente darle a tú hijo el espacio suficiente para que se exprese. Estimularlo mediante preguntas más exigentes, como por ejemplo “¿qué fue lo que más te gusto de lo que hicieron hoy en la escuela?”. De esa forma “obligarás” a que tenga que describir sensaciones o pensamientos. Cuando lo haga escúchalo con mucha atención. Si el televisor está encendido por ejemplo, entonces baja el volumen para escucharlo. De esa forma el entenderá que lo que tiene para decir es importante.
Nunca interrumpas su conversación por atender el móvil. Lo que tu hijo tiene para contarte es más importante, y ese mensaje es el que tienes que transmitirle exactamente.
8. Destaca lo positivo y mejora lo negativo
Ningún extremo es bueno, y esto es una ley casi universal. Todos los niños, incluyendo tus hijos, tienen defectos y virtudes. Rasgos de su personalidad o conductas que te gustan más o menos.
Cuando lo bueno se pone de manifiesto no pierdas la oportunidad de expresarle claramente tu orgullo. “Te felicito hijo por la buena tarea que has hecho”, puede ser un buen ejemplo de reconocimiento.
Por el contrario, si ha sumado 2 más 3 y eso no le da 5, entonces hay que decirle el error. Pero hay que decírselo de una manera positiva. Generarle inmediatamente una segunda oportunidad, o una tercera si fuera necesaria es muy importante. Cuando logre el resultado correcto, hazle ver que fue capaz de superar la dificultad.
La autoestima es conocerse a sí mismo con virtudes y defectos, y tener confianza en la propia capacidad para superar dificultades.
Aplicando estos ejercicios, tus hijos podrán fortalecerse interiormente y de este modo prepararse de la mejor manera posible para las vicisitudes de la vida.
Fuente: https://www.lifeder.com/