Evaluación

¿De qué formas se puede evaluar el aprendizaje?

¿Cuántos tipos de evaluación del aprendizaje existen? Se pueden utilizar hasta seis fórmulas para evaluar lo que aprenden los estudiantes dependiendo del objetivo y el momento. De modo que la próxima vez que alguien hable de “evaluación”, podrás plantear de qué tipo y qué objetivo se persigue con ella. A continuación explicamos en qué consisten cada una de las seis formas de evaluar propuestas:

1. Evaluación diagnóstica (también denominada preevaluación)

Evalúa las fortalezas, debilidades, conocimientos y habilidades de un alumno antes de la formación. Sirve para conocer el punto de partida. Es una base desde la que trabajar los conocimientos que los alumnos van a adquirir durante el programa formativo.

2. Evaluación formativa

Evalúa el rendimiento de un alumno durante la formación y, por lo general, se produce con regularidad durante todo el proceso de instrucción. Es como un repaso para poder revisar la idoneidad de la formación recibida por si fuese necesario realizar modificaciones en el método de enseñanza.

3. Evaluación sumativa

Mide el rendimiento de un estudiante al final de la formación. Es la forma de saber qué ha aprendido y qué no.

4. Evaluación por medias

Compara el desempeño de un estudiante con el de otros compañeros/as. Es una especie de evaluación grupal o “demográfica” que ayuda al docente a obtener medias y sacar conclusiones generales.

5. Evaluación basada en objetivos

Mide el rendimiento de un alumno frente a una meta, un objetivo específico o estándar. Consigue obtener datos y conclusiones más concretas sobre el proceso de enseñanza y aprendizaje.

6. Evaluación intermedia o de referencia

Evalúa el rendimiento del alumno por intervalos de tiempo periódicos. Normalmente coinciden con el final de períodos de calificación: meses, trimestres, etc. Ayuda a predecir el rendimiento de los estudiantes en las evaluaciones sumativas de final de año.

Te invitamos a desarrollar diferentes tipos de métodos evaluativos de acuerdo con las necesidades de tus estudiantes.

Fuente: McGraw Hill

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