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14 pasos para que tu hijo ame la lectura

13 Febrero, 2017

14 pasos para que tu hijo ame la lectura Nunca es demasiado pronto para enseñarle a tu hijo a amar la lectura. Sin embargo, cuando se trata de niños de 1 a 3 años, la meta no es que lean a los clásicos antes de terminar el preeescolar. "Apropiado a su etapa del desarrollo" es la clave, dice Roni Leiderman, responsable del Centro Familiar de la Universidad de Fort Lauderdale, Florida. "Los padres a menudo quieren presionar demasido a los niños, pero en realidad, ellos aprenden mediante el juego, de ahí la importancia de hacer de la lectura, algo divertido", agrega. Hay varias formas divertidas de ayudar a tu pequeño a que aprenda a amar los libros y las historias. Y, sorprendentemente, no todas ellas implican sentarse con un libro a leer. 1. Usa los libros para crear lazos No se trata solo de leer palabras. En esta etapa se trata más de disfrutar de la interacción con papá o mamá. Cuando tu hijo se sienta en tu regazo para que le leas en voz alta, no está solamente disfrutando de los libros sino de la atención total que le prestas en ese momento. 2. Establece un ritual Fijar un tiempo para leer establece una rutina tranquilizadora que a los niños les encanta. Por eso es que leer un cuento antes de irse a dormir es una tradición tan antigua. Pero no te olvides de que hay muchos otros eventos diarios que proporcionan buenas oportunidades para la lectura. De vez en cuando intenta establecer un nuevo ritual leyendo un cuento durante el desayuno, durante el baño, nada más llegar de la guardería, o incluso mientras tu hijo esté sentado en el orinal. Algunos niños pequeños (y también niños más grandes) que duermen muy profundamente y tienen mucha dificultad para despertarse por la mañana, se levantan más fácilmente si sus padres los "despiertan" con la lectura de un cuento, en vez de sacarlos a la fuerza de la cama. 3. Escoge libros apropiados A los niños pequeños les encantan los libros de cartón, los libros de plástico que se pueden meter en la tina y los que tienen ilustraciones que se despliegan; lo importante es que un libro se pueda sujetar fácilmente y que sea fácil de manipular. Les encantan las historias acompañadas de dibujos brillantes, claros y realistas. Y, por supuesto, les encantan las rimas. Esto no quiere decir que tu hijo de dos años no aprecie las historias que escogen sus hermanos mayores; quién sabe ¡puede que Harry Potter acabe siendo su libro favorito! Pero asegúrate de que también tiene acceso a libros más simples. 4. Repite, repite, repite Reprime tus bostezos si has leído el cuento de Caperucita roja cada noche durante el mes pasado y tu hijo te pide que se lo leas de nuevo. La repetición es la clave en estos años. La razón por la que a los niños les gusta leer las mismas historias una, y otra, y otra vez es que están deseando aprender. Pronto te darás cuenta de que tu niño ha memorizado sus pasajes favoritos y que le hace mucha ilusión participar, diciendo las frases clave él mismo; ambos son signos de que cada vez está más listo para leer. 5. Exagera Pierde tus inhibiciones cuando le estés leyendo a tu hijo. Ruge como el papá oso en Ricitos de oro y gruñe como el cerdito de Los tres cerditos. A los niños les gusta el drama tanto como a los adultos; de hecho, quizás a tu hijo le encante pretender que es el lobo que se come a la abuela de Caperucita. Anímale, incluso si esto hace que la lectura vaya más despacio. Obtendrá más beneficios de la historia si está participando activamente. 6. Fomenta sus intereses Escoge libros acerca de sus actividades favoritas: visitar el zoo, nadar, jugar a atrapar una pelota. Respalda sus videos y programas de televisión favoritos con libros acerca de los personajes. Puede que te parezca un misterio lo mucho que le gustan los Teletubbies, pero si a tu hijo le encantan estas alegres criaturas, también le encantarán los libros acerca de sus aventuras. Síguele por donde te lleve, pero experimenta también con una variedad de libros. Quizás tu hija pequeña, que adora a sus muñecas, te sorprenderá pidiéndote que le leas historias acerca de dinosaurios y monstruos una y otra vez. 7. Visita la biblioteca Incluso a los bebés les encantan las visitas a la biblioteca durante las horas de lectura colectiva para niños, y son una aventura fantástica para los niños de más de un año. Tu hijo puede descubrir uno de sus nuevos cuentos favoritos cuando se lo presente el bibliotecario con su animada lectura, que quizás vaya acompañada de algunos dibujos o marionetas para ilustrar la acción. Y, por supuesto, las bibliotecas permiten a los padres y a los niños llevarse a casa muchos libros sin tener que gastarse ni un centavo. 8. Conecta el audio Hay muchos libros maravillosos en casete o disco compacto. Puedes aplacar la impaciencia de tu hijo por escuchar El gato con botas por millonésima vez, justo mientras tienes que empezar a cocinar la cena, conectando el casete (con o sin el libro de imágenes que lo acompaña). También puedes grabar libros e historias tú misma o pedir a los amigos queridos o familiares que lo hagan. Escuchar la voz de la abuela leyendo una historia favorita es un regalo especial. 9. No hagas que los libros sean una recompensa No le digas a tu hijo que puede escuchar una historia si se acaba la cena. Cuando la lectura está asociada con sistemas de premio y castigo, no es una experiencia positiva. En vez de eso, escoge momentos para leer que sean apropiados, como cuando quieres que tu hijo esté tranquilo antes de dormir una siesta. 10. Cómo manejar a un niño inquieto Hay algunos niños muy impacientes que no pueden quedarse quietos durante toda la lectura de una historia. No te preocupes. Simplemente escoge algo corto, hojéalo durante unos pocos minutos (o incluso segundos) y deja que tu hijo se vaya. Al día siguiente puedes intentar una sesión un poco más larga. Algunos niños siempre estarán más interesados en correr que en leer. Si tu hijo es del tipo al que le gustan las actividades físicas, puede responder mejor a actividades que no están relacionadas con los libros, como las que se describen abajo. 11. Haz que contar historias sea una parte de la vida Cuenta historias durante la cena o cuando estás en el auto. Historias clásicas como Blancanieves y los siete enanitos están bien, o anécdotas acerca de tu propia niñez, o historias que presentan a tu hijo como el personaje principal. Confecciona libros con los dibujos de tu hijo o con sus fotos favoritas, y cuéntale historias acerca de ellos o pídele que sea él el narrador. 12. Señala las palabras Allá donde vayas puedes mostrar a tu hijo que las palabras son una parte importante de la vida diaria. Incluso los niños pequeños aprenden rápidamente las señales de tráfico como ALTO. Los imanes para el refrigerador que tienen las letras del alfabeto son muy comunes en muchas casas. Otras familias ponen etiquetas en las estanterías en las que se lee BLOQUES, MUÑECOS, etc. Si tu hijo está en un grupo de juego o en una guardería, déjale una nota cada día en su almuerzo. Aunque no pueda leer GATO, ver la palabra impresa en un pedazo de papel, junto con un adhesivo o dibujo de un gatito, será algo divertido que alentará su interés por leer. Si esto te parece demasiado ambicioso, intenta dibujar un corazón o una cara con una sonrisa donde simplemente se lea "Te quiero"; esto le ayudará a interesarse por el significado que tienen las palabras. 13. Háblale con frecuencia Los niños de familias que hablan en la mesa tienen vocabularios más amplios, de acuerdo con investigadores de la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Habla con tu hijo y no tengas miedo de usar palabras y frases complejas. Contesta sus preguntas y escucha sus explicaciones. Los niños son curiosos y se preguntan una y otra vez acerca del mundo; por eso, no seas tímida y explora sus intereses con él. 14. Demuéstrale tu propio amor por los libros Tu hijo quiere imitarte. Si ve libros por toda la casa y sabe que te gusta sentarte a leer uno siempre que tienes un momento para ti misma, aprenderá que los libros son esenciales para la vida diaria. Mostrarle que te gusta leer será más motivador que hacer que cumpla con las horas establecidas para leer un cuento.

Fuente.

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