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La convivencia escolar y estrategias para mejorarla en infantil y primaria

18 Septiembre, 2019

El documento que compartimos como recurso didáctico aspira a ser un instrumento práctico y útil, por ello presenta una breve introducción teórica de los distintos apartados para luego proponer algunos ejercicios y estrategias concretas que se pueden realizar en las aulas tanto para prevenir posibles conflictos como para mejorar la convivencia. En el artículo se entiende la convivencia como la relación entre los miembros de una comunidad. Una buena convivencia exige el respeto mutuo y la aceptación de unas normas comunes; aceptación de otras opiniones y estilos de vida; resolución por medios no violentos de las tensiones y disputas. Para empezar a trabajar la convivencia en los centros, diversos autores proponen comenzar por cinco acciones básicas y de ahí ir extendiéndolas hasta donde se quiera o se pueda llegar. Las acciones básicas se resumen en: la comunicación, la cooperación, la gestión democrática de las normas, la expresión positiva de las emociones y la resolución constructiva de los conflictos.

Se comienza de una concepción de conflicto que lo entiende como un proceso natural, no como un hecho puntual, que se desencadena a partir de la contraposición de intereses y que es necesario para el desarrollo psicosocial de las personas. Las actuaciones que se desarrollen para prevenir y gestionar los diferentes tipos de conflictos en la convivencia deben compartir unas bases teóricas y metodológicas. En consecuencia, es importante que toda actuación diseñada en los centros destinada a mejorar la convivencia, se lleve a cabo con principios básicos y que se aúnen esfuerzos para que, partiendo de la realidad de cada Centro, se pueda utilizar un mismo lenguaje y ofrecer a los agentes educativos implicados pautas de actuación. Cuando se rompa la convivencia o se incumplan las normas y se haga necesario utilizar medidas correctoras, éstas deben tener un carácter recuperador, educador y reparador. Para su aplicación se deben tener en cuenta la situación personal, social y familiar del alumno. Así como que en todo proceso corrector se debe tratar de promover la comunicación y el diálogo.

El desarrollo de las competencias emocionales da lugar a la educación emocional, la que se concibe como un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona, con objeto de capacitarle para la vida. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social. Para ello se ha realizado una selección del conjunto de competencias emocionales propuestas por Bisquerra, cinco aptitudes que inciden directamente en la mejora de la convivencia y que se pueden trabajar en el aula, fundamentalmente en el espacio dedicado al Plan de Acción Tutorial. Estas cinco áreas dan cabida a todos los aspectos relacionados con las propias emociones (autoestima, programas de inteligencia emocional), así como su utilización en las relaciones interpersonales (asertividad y habilidades sociales, programas de mediación y de resolución de conflictos) y por tanto enlazan con el objetivo educativo de desarrollar al máximo todas las capacidades personales, en este caso las emocionales y las interpersonales.

Fuente: Silva Isla, Rosario (2011) La convivencia escolar y estrategias para mejorarla en infantil y primaria. Revista Temas para la Educación. Nº12 -Enero 2011. Federación de Enseñanza de CC. OO. de Andalucía. España. Recuperado de feandalucia.ccoo.es

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